AND – Perú: Para salvarse del derrocamiento, Pedro Castillo intenta dar un golpe de Estado y es detenido
Ángel de Carvalho
09 diciembre 2022
Perú: Para salvarse del derrocamiento, Pedro Castillo intenta dar un golpe de Estado y es detenido
Pedro Castillo (centro) fue detenido tras un intento de autogolpe. Foto: Renato Pajuello/Reproducción
El 7 de diciembre, el rondero contrarrevolucionario, hasta entonces presidente reaccionario y vende-patria, Pedro Castillo, fue destituido por el parlamento peruano y detenido por la Policía Nacional del país tras intentar cerrar el parlamento y promover un golpe de estado. La orden de arresto se dio después de que Castillo disolviera el Parlamento el día en que estaba programada una sesión para votar su juicio político. Los episodios se desarrollan en un momento en que el Perú atraviesa la mayor crisis de su historia, expresión concentrada de la crisis general de la sociedad peruana.
El parlamento del país había programado una sesión para el 12/07 para votar una orden de vacancia (una especie de juicio político) contra el entonces presidente. Castillo, desesperado por salvarse, ordenó el mismo día una serie de medidas: disolución temporal del parlamento, nuevas elecciones para el Congreso, toque de queda entre las 10 pm y las 4 am hora local, reorganización del sistema judicial (desde el Poder Judicial hasta el Ministerio Público, Consejo Nacional de Justicia y Corte Constitucional), la devolución de las armas ilegales al Estado y la instauración de un gobierno de emergencia excepcional y un gobierno transitorio de excepción. Luego del golpe de Castillo, la constitución del país sería anulada y el gobierno de emergencia gobernaría por decreto-ley hasta la elección de un nuevo parlamento y el establecimiento de una nueva circunscripción.
Momentos después de que Castillo anunciara sus acciones, varios ministros del gobierno reaccionario y vende-patria de Castillo anunciaron su renuncia a sus cargos. El “contragolpe parlamentario” contó con la participación de las dos fracciones de las clases dominantes reaccionarias allí representadas y contó con la participación de las genocidas Fuerzas Armadas del Perú.
Los diputados del país, por su parte, decidieron adelantar la votación para la destitución de Castillo y optaron, en amplia mayoría, por la destitución de Castillo. El entonces mandatario, a su vez, intentó huir a la Embajada de México, donde pediría asilo. En el trayecto, el MP peruano emitió una orden de aprehensión contra Castillo y la Policía Nacional, cumpliendo la orden del poder judicial y de las Fuerzas Armadas reaccionarias, detuvo al expresidente. La vicepresidenta Dina Boluarte fue la encargada de asumir el gobierno.
La destitución de Castillo es el tercer intento de destituir al ahora expresidente peruano de su cargo. A principios de noviembre, Castillo, desesperado por salvarse de la crisis política, convocó una misión de la Organización de Estados Americanos (OEA) para salvarse de la crisis y la miseria entregando el país al imperialismo yanqui (EE.UU.).
Los hechos del 07/12 en Perú expresan la gravísima crisis política del viejo Estado peruano, que concentra en sí varios aspectos de la crisis general que atraviesa el Perú. Según una nota difundida por el Movimiento Popular Peruano (MPP), la crisis también evidencia la relación de colusión y pugna entre las dos fracciones de la gran burguesía (burocrática y compradora), relación que ahora “se expresa en la lucha política de el presente, lo que ha llevado en el reemplazo del gobierno del contrarrevolucionario Pedro Castillo Terrones, verdugo del presidente Gonzalo, erigido en representante de la gran burguesía burocrática en el 2021, por estas cosas sorprendentes que tienen a toda sociedad en crisis final, por la gobierno de Dina Boluarte, que expresa, en medio de la pugna, la colusión de las dos fracciones reaccionarias, representadas en el parlamento (la de la gran burguesía compradora y la de la gran burguesía burocrática)”.
Frente a la pugna actual dentro de la reacción peruana, el MPP afirma que todo conduce a una mayor acción reaccionaria con las fuerzas armadas como protagonistas: “Toda esta pugna, ¿a qué lleva?, a una situación por parte de Castillo de cerrar el parlamento y por parte de este destituir a Castillo. ¿Quién decidirá? Las Fuerzas Armadas a través de la manifestación de su Comando Conjunto”.
Sobre el nuevo gobierno, los revolucionarios peruanos aseguran que será “cautivo de las fuerzas armadas y del parlamento mayoritario de la fracción compradora” y que “nuevamente será un gobierno débil, con condiciones y características similares al depuesto, condenado al fracaso en sus tres tareas reaccionarias: reestructurar el Estado, impulsar el capitalismo burocrático y aniquilar la guerra popular. Por tanto, se seguirá acentuando la profunda crisis política del viejo Estado”.
Y ante la lucha de las masas populares, el MPP señala: “Las masas se vuelven efervescentes, todo esto bajo un gobierno débil, fallido como el de Castillo, que no ha cumplido, ni podría cumplir, sus promesas electorales. Sin embargo, la situación no cambia mucho para la reacción y sus dificultades irán en aumento. Esto es bueno para la revolución, es bueno para avanzar en la tarea de la reorganización general del Partido en y para la Guerra Popular”. Y concluyen: “En situaciones como esta, con un cambio de gobierno, sabiendo que el nuevo gobierno será mucho peor para las masas, es necesario movilizarlas para luchar por la defensa de sus derechos, libertades y beneficios conquistados con sangre, elevarla a la lucha política, es decir cumplir con la tarea pendiente y seguir desarrollando la revolución de nueva democracia con guerra popular”.