Voz Popular: CONTENIDO Y SIGNIFICADO DE LA G.R.C.P.

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CONTENIDO Y SIGNIFICADO DE LA G.R.C.P.

La presente edición culmina una serie de números de “Voz Popular“ dedicados a la Gran Revolución Cultural Proletaria de China. En el número 6 incluimos las fundamentales orientaciones del Presidente Mao Tsetung que guiaron al proletariado y pueblo chinos en la GRCP y los documentos básicos de PCCH, elaborados bajo la dirección del Presidente Mao, que abrieron la lucha contra la burguesía. El numero 7 estuvo dedicado a destacar los hitos más importantes del proceso de la GRCP. En esta oportunidad nos corresponde analizar el contiendo y significado de la GRCP así como los actuales acontecimientos que se vive en China derivados del reciente golpe de Estado de derecha.

I. LAS DOS LINEAS EN LA GRAN REVOLUCIÓN CULTURAL PROLETARIA

El 1° de Octubre de 1949 la victoria de la revolución democrática del pueblo chino, obtenida a través de una prolongada guerra popular del campo a la ciudad, se transformó en revolución socialista. El proletariado chino, dirigido por el grande, glorioso y correcto Partido Comunista de China y su gran maestro el Presidente Mao Tsetung, después de haber conducido a las inmensas masas populares en la destrucción del imperialismo, el feudalismo y el capitalismo burocrático, dirigió sus armas contra la burguesía, instauró la dictadura del proletariado e inició la construcción de la nueva sociedad socialista. Mas la burguesía no podía aceptar retirarse tranquilamente del escenario de la historia; habiendo sido desalojada violentamente del Poder por el proletariado en armas, se dispuso a reconquistar sus antiguas posiciones urdiendo toda clase de maquinaciones, infiltrándose en el naciente Estado Socialista y en el seno del propio Partido Comunista y escogiendo la superestructura especialmente los diversos terreados de la cultura- como guardia desde donde socavar la dictadura del proletariado y preparar su usurpación del Poder.

Se le presentó así al proletariado el grave problema de cómo continuar la revolución bajo la dictadura del proletariado. En estas circunstancias, al iniciares la década del 60, el Presidente Mao, haciendo una sabia condensación de la lucha de clases en China y a nivel mundial y extrayendo las lecciones de la restauración del capitalismo en la Unión Soviética, inició y dirigió personalmente la Gran Revolución Cultural Proletaria de China sin precedentes en la historia. Dijo: “La presente Gran Revolución Cultural Proletaria es complemente necesaria y muy oportuna para consolidar la dictadura del proletariado, prevenir la restauración del capitalismo y construir el socialismo”. Las masas revolucionarias, con el proletariado a la cabeza, respondieron al llamado, el cielo volvió a tornarse rojo sobre China; los monstruos burgueses fueron revelados y aplastados uno a uno. Liu Shao-chi (”el Jruschov chino”), Teng Siao-ping y otros cultores del camino capitalista, desenmascarados como feroces enemigos del marxismo y del proletariado, fueron ignominiosamente derribados y sometidos a la férrea dictadura de la clase obrera. La revolución mundial se veía así fortalecida; el marxismo-leninismo-pensamiento Mao Tsetung se erigía como única arma capaz de emancipar al proletariado y a toda la humanidad.

En el transcurso de la GRCP se enfrentaron a muerte en todos los campos la línea roja del Presidente Mao y la línea negra, revisionista de Liu Shao-chi y de su lugarteniente Teng Siao-ping -hoy nuevamente “ rehabilitado” por la derecha que usurpa el Poder en China, no obstante haber sido condenado y destituido en dos oportunidades anteriores. La sección ”La lucha de dos líneas en la GRCP” que aparece en la presente edición, nos ayuda a comprender los planteamientos de ambas líneas en los campos más importantes.

1) El problema del Poder es el problema principal que tienen que resolver las clases revolucionarias; esto lo demuestra toda la historia de la lucha de clases mundial. Tal situación es también valedera luego de haberse implantado la dictadura del proletariado. Frente a este problema ha existido una enconada lucha entre las dos líneas. En el período de la revolución democrática en China, el Presidente Mao planteó que el camino que la correspondía seguir a China era el de la revolución de nueva democracia para barrer al imperialismo, al feudalismo y al capitalismo burocrático e implantar la dictadura conjunta de las cuatro clases revolucionarias del pueblo bajo la dirección del proletariado; Liu Shao-chi, por su parte, propugnaba seguir el camino capitalista, colocándose a la cola del Kuomintang y al servicio del imperialismo. Al fundarse la República Popular China se dio inicio a la dictadura del proletariado, camino correcto planteado desde tiempo atrás por el Presidente Mao; sin embargo, Liu Shao-chi se desesperó por establecedor la dictadura de la burguesía con el pretexto de que había de “consolidar” la revolución de nueva democracia. Luego de culminada en lo fundamental la transformación socialista de la propiedad de los medios de producción, el Presidente Mao planteó que la lucha de clases continuaba existiendo, que la burguesía se guarecía en el propio PCCH y que había necesidad de hacer una GRCP contra ella; por el contrario, Liu Shao-chi sostuvo que la lucha de clases se había extinguido, con el protervo propósito de debilitar la vigilancia del proletariado y favorecer el asalto del Poder por la burguesía. En suma, línea roja del Presidente Mao enseña A “NO OLVIDAR JAMÁS LA LUCHA DE CLASES”, apuntar a la toma del Poder cuando no se lo tiene y a su consolidación y teniendo como meta la instauración de la dictadura del proletariado y la construcción del socialismo y del comunismo. La línea revisionista de Liu Shao-chi y de su secuaz Teng Siao-ping tiene como fin, en cambio, establecer la dictadura de la burguesía y restaurar el capitalismo.

2) “Fara hacer la revolución se necesita un partido revolucionario”. También en torno a esta orientación del Presidente Mao se desarrolló la lucha de dos líneas en la GRCP. La línea roja del Presidente Mao pugna por construir un partido basado en el marxismo-leninismo-pensamiento Mao Tsetung, que parta de la concepción materialista dialéctica del mundo, que no desatienda ni por un momento la lucha de clases, que practique la critica y la autocrítica, que se funda estrechamente con las masas y que dirija su propia construcción de acuerdo a su línea política en cada una de las etapas de la revolución. Solo un partido así es digno de llamarse Partido Comunista y ser capaz de dirigir a las masas hacia el comunismo. Liu Shao-chi y Compañía (Cía.). concebían un partido al margen de la lucha de clases y de las masas, como un “club” de amigos integrado incluso por burgueses, conformado por elementos dóciles con aspiraciones de funcionarios y con los intereses privados al mando, y que se desarrollara adormecido por la paz que, según ellos, debía reinar en su seno; es decir, la idea de un organismo apoltronado, apartado de las masas, no dirigido por el proletariado sino por la burguesía, no para hacer la revolución sino para practicar la contrarrevolución.

3) La lucha de dos líneas tuvo como uno de sus focos fundamentales el problema militar. En esencia el problema radicaba en cómo entender los asuntos militares: como un problema político o como un problema meramente militar. La línea roja del Presidente Mao plantea colocar en todo momento la política al mando, lo que implica poner al mando el marxismo-leninismo-pensamiento Mao Tsetung, concibe que el Ejército Rojo, además de combatir contra el enemigo de clase, se debe dedicar a hacer trabajo político, de propagandización, movilización, politización y organización entre las masas y participar también en el proceso productivo; sostiene la gran concepción estratégica de la guerra popular que implica un desarrollo del marxismo, importante fruto de la línea roja del Presidente Mao es el armamento general de pueblo a través de la milicia popular. Luo Ruiching, derrocado en los inicios de la GRCP y hoy, al igual que Teng Siao-ping, nuevamente “rehabilitado” por la actual dirigencia china, actuó como el representante y protegido de Liu Shao-chi en el frente militar. Su línea revisionista contrarrevolucionaria colocaba como centro las técnicas militares y el poder de las armas desdeñando la política y el papel que juegan los hombres; se opuso tenazmente al concepto sobre la guerra popular y a la construcción de la milicia y adorando al Kuomintang, planteaba la “defensa pasiva” postrándose ante el enemigo.

4) ¿Confiar en masas o confiar en los individuos? ¿Hacer un trabajo de masas para servir a la revolución, a la toma del Poder por las armas y a su posterior consolación, o hacerlo para servir a la reacción, oponerse a la toma del Poder y socavar luego la dictadura del proletariado? La línea roja del Presidente Mao, partiendo de la concepción marxista de que las masas hacen la historia, concibe el trabajo de masas en función del Poder. Por el contrario, la línea revisionista de Liu Shao-chi y Teng Siao-ping, partiendo de su concepción burguesa de desprecio a las masas, propugna el economismo contrarrevolucionario. Antes de la toma del Poder centraba en la lucha económica, meramente sindical, sin salirse de los marcos legales que imponía la reacción; en el período de la dictadura del proletariado centra en el “movimiento por la producción” con en fin de oponerse a la continuación de la revolución. Liu y Teng negaron rotundamente la dirección del Partido sobre los sindicatos, concibieron a éstos como “sindicatos de todo el pueblo” y abogaron por el espontaneismo en el movimiento obrero con el fin de oponerse a que el marxismo-leninismo-pensamiento Mao Tsetung fuera fundido con las masas. En el campo, la línea negra de Li y Teng pregonó fanáticamente la economía de campesino rico y boicoteó arteramente la colectivización socialista en el agro, oponiéndose furiosamente a ésta con su falaz teoría de la “mecanización antes de la cooperativización”. Levantó luego la siniestra bandera del “zan zi yi bao” (aumento de tierras de uso privado, de mercados libres y de empresas responsables de su uso a la familia) tratando de abrir así anchurosa suerte al desarrollo del capitalismo. Así también rechazó porfiadamente el movimiento de educación socialista en las zonas rurales impulsado por la línea roja del Presidente Mao.

5) También la teoría fue arena de contienda aguda entre las dos líneas durante la GRCP. Se combatió en el campo de la teoría del conocimiento, sobre la contradicción, la ínter relación entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción, la investigación, el estudio, la dictadura del proletariado, etc. Una de las teorías más retrógradas y venenosas enarboladas por Liu Shao-chi, Teng Siao-ping y Cía. fue la vieja y revisionista “teoría de las fuerzas productivas” según la cual no es posible que el pueblo luche por derrumbar la dominación del imperialismo, la feudalidad y el capitalismo burocrático, ni que el proletariado transforme la revolución de nueva democracia en revolución socialista mientras las fuerzas productivas de la sociedad no hayan alcanzado un avanzado grado de desarrollo capitalista. Liu y Teng también utilizaron esta teoría reaccionaria para combatir el avance del socialismo argumentando falazmente la “extinción” de la lucha de clases y la “necesidad” de centrar en la producción, en el desarrollo de las fuerzas productivas. La línea roja del Presidente Mao plantea que la posibilidad de la toma del Poder radica en la existencia de una situación revolucionaria y de que la clase obrera tengo un Partido Comunista capaz de levantar a las amplias masas con las armas en la mano para derrocar el Poder de las reacción y que, una vez en el Poder, de lo que se trata es de “empeñarse en la revolución y promover la producción”, haciendo que el trabajo político dirija el trabajo económico.

6) Habiendo escogido la burguesía la cultura como base de operaciones para proveerse de una opinión pública favorable en sus febriles intentos de derrumbar al proletariado, la lucha entre las dos líneas se tornó especialmente aguda en este campo. En el terreno educacional, Lu Ting-yi y Chiang Nan-sisug, fieles lacayos de Liu Shao-chi, negaron el carácter de clase de la educación, trataron de separar a ésta de la política (de la política proletaria), introdujeron las teorías revisionistas sobre la enseñanza y se desvivieron por convertir los centros educacionales y las universidades en fabricas que produjesen seres revisionistas adiestrados para servir dócilmente a la burguesía y combatir al proletariado. En vez de medios de propagandización del proletariado en voceros de la burguesía, negándose a difundir el pensamiento Mao Tsetung y la política del Partido. En lo referente al Arte y la Literatura, Liu Shao-chi montó una pandilla de parásitos burgueses entre los que se cuentan a Deng Tuo, Liao Mo-sha, Wu Jan, Chou Yang, Lin Mo-jan, Chi Ye-ming, Sia Yen, Tien Jan y Shao Chüan-lin -algunos, a través de obras de todo género, trataron de orientar la literatura y el arte a dar loas a la burguesía y promover el espíritu de capitulación preparando condiciones para la usurpación del poder por la burguesía la restauración capitalista, negando así la indicación del Presidente Mao de que la orientación fundamental de la literatura y el arte proletarios es servir a los obreros, campesinos y solados. Haciendo eco a sus maestros revisionistas de la URSS, chillaron por una “literatura y arte de todo el pueblo”, bloquearon, adulteraron y combatieron las instrucciones del Presidente Mao sobre la critica y repudio a la literatura y arte reaccionarios, atacaron a Chiang Ching quien con empeño llevaba a la práctica la línea proletaria del Presidente Mao sobre arte y literatura, alabaron hasta el éxtasis las obras literarias y artísticas de la burguesía occidental y persiguieron y reprimieron a los trabajadores literarios y artísticos revolucionarios.

Estos son, a grandes rasgos, los principales puntos en los cuales combatieron encarnizadamente la línea roja del Presidente Mao y la línea negra, revisionista de Liu Shao-chi, Teng Siao-ping y Cía. durante la Gran Revolución Cultural Proletaria. En esta gran lucha de clases, las inmensas masas chinas, teniendo como eje al proletariado, bajo la directriz del instrumento del Ejército Popular de Liberación, cercaron, desenmascararon y derrotaron a los representantes de la burguesía ocultos en el Estado Socialista y en el propio Partido Comunista de China. Nuevamente la aurora volvió a brillar para el pueblo chino, el proletariado internacional y todos los pueblos revolucionarios del mundo.

II. LA GRAN REVOLUCIÓN CULTURAL PROLETARIA ES LA CONTINUACIÓN DE LA REVOLUCIÓN BAJO LA DICTADURA DEL PROLETARIADO

Problema fundamental y decisivo, en lo teórico y lo práctico, para la revolución mundial es el problema de la dictadura del proletariado. Marx fue el primero en plantear la necesidad histórica de la dictadura del proletariado como etapa de tránsito entre la sociedad capitalista y el comunismo. El dijo: “En cuanto a mí, no me cabe el mérito de haber descubierto ni la existencia de las clases en la sociedad moderna ni su lucha entre sí. Mucho antes que yo, algunos historiadores burgueses habían expuesto el desarrollo histórico de esta lucha de clases y algunos economistas burgueses la anatomía económica de éstas. Lo nuevo que yo he aportado ha sido demostrar 1) que la ´existencia de las clases´ sólo va unida a ´determinadas fases históricas de desarrollo de la producción´; 2) que la lucha de clases conduce necesariamente a la ´dictadura del proletariado´ ; 3) que sta dictadura no constituye de por sí más que el tránsito hacia la ´abolición de todas las clases´ y hacia una ´sociedad sin clases´.

¿Qué apunta a conseguir el proletariado a través de su dictadura de clase sobre la burguesía en el periodo del socialismo? Marx lo concretiza magistralmente: “Este socialismo es la ´declaración de la permanencia de la revolución´, la ´dictadura de clase´ del proletariado como punto necesario da transición para la ´supresión de las diferencias de clase en general´, para la supresión de todas las relaciones de producción en que éstas descansan, para la subversión de todas las ideas que brotan de estas relaciones sociales.

Ahora bien, como previeron sabiamente los clásicos del marxismo y como lo ha demostrados fehacientemente la historia de los últimos sesenta años, durante el período de dictadura del proletariado las clases y la lucha de clases continúan existiendo. La burguesía y todos los explotadores derrocados por la clase obrera pugnan por recuperar el poder perdido; mientras que, en la nueva situación del socialismo, aún subsisten los factores de restaurar el capitalismo. Lenin nos ensaña: “La dictadura del proletariado es la guerra más almenada y más implacable de la nueva clase contra un enemigo ´más poderoso´, contra la burguesía, cuya resistencia ´se decuplica´ con su derrocamiento (aunque no sea más que en un solo país) y cuyo poderío consiste, no sólo en la fuerza del la burguesía, sino además, en la ´fuerzas de la costumbre´, en la fuerza de la ´pequeña producción´. Pues, por desgracia, ha quedad todavía en el mundo mucha y mucha pequeña producción y la pequeña producción ´engendra´ capitalismo y burguesía constantemente, cada día, cada hora de modo espontáneo y en masa. Por todos estos motivos, la dictadura del proletariado es necesaria, y la victoria sobre la burguesía es imposible sin una guerra prolongada, tenaz, encarnizada, a muerte, una guerra que exige serenidad, disciplina, firmeza, inflexibilidad y una voluntad única.” “Es mil veces más fácil vencer a la gran burguesía centralizada que “vencer” a los millones y millones de pequeños propietarios éstos, con su actividad corruptora, cotidiana, prosaica, invisible, imperceptible producen ´los mismos´ resultado que necesita la burguesía y que ´restauran´a la burguesía. Quien debilita en lo más mínimo la disciplina férrea del partido del proletariado (en especial durante su dictadura), ayuda de hecho a la burguesía contra el proletariado.

Las anteriores tesis de Lenin muestran hoy su plena vigencia luego de cincuenta y tantos años. Otra cuestión importante es la subsistencia del derecho burgués bajo la dictadura del proletariado. El marxismo nos enseña que el derecho burgués bajo el capitalismo se caracteriza por reconocer la propiedad privada individual sobre los medios de producción, mientras que el socialismo convierte esos medios en propiedad común; de esta forma el derecho burgués queda abolido. Pero tal cosa es tan solo parcial puesto que bajo el socialismo la distribución de los productos se practica “según el trabajo”, lo que implica que una cantidad igual de productos sea repartida a hombres física e intelectualmente desiguales por una cantidad desigual de trabajo (ya que la distribución se hace con arreglo a la duración o intensidad del trabajo). Esta situación, que es producto natural de las condiciones en que se hace la sociedad socialista, solamente puede ser restringida bajo la dictadura del proletariado. Lenin, profundizando su análisis, señala que la existencia de ese derecho burgués presupone necesariamente la existencia de un “Estado burgués” que proteja ese derecho y que, en consecuencia, durante la primera fase del comunismo existo aún un “Estado burgués, sin burguesía”. Estas cuestiones nos permiten ver la misión que le está asignada históricamente al proletariado de construir una sociedad sin clases, emancipar a la humanidad y hacerla ingresar del reino de la necesidad al de la libertad, es muy compleja, debe ser cumplida en medio de grandes tormentas y no concluye, en modo alguno, con la toma del Poder por el proletariado. Como dice Lenin: “La burguesía está vencida en nuestro país, pero todavía no está extirpada, no está aniquilada, ni siquiera del todo destrozada. Por eso se plantea en el orden del día una nueva y más alta forma de lucha contra la burguesía, la transición de la tarea más sencilla de la expropiación ulterior de los capitalistas a la tarea mucho más compleja y difícil de crear las condiciones que imposibiliten la existencia y el resurgimiento de la burguesía. En evidente que está es una tarea incomparablemente superior y que sin cumplirla no hay todavía socialismo.

No se trata pues tan solo de ejercer la dictadura sobre la burguesía y las clases reaccionarias ya derrocadas; se trata fundamentalmente de eliminar las condiciones materiales, objetivas, reales, provenientes históricamente de la vieja sociedad y que constituyen el peligro constante de engendrar burguesía y restaurar el capitalismo. Y esto, según Lenin, se logrará pasando absolutamente todo el poder que la burguesía detenta en la sociedad, en todos sus aspectos, a manos de la clase obrera. Así, nos ha dicho: “La revolución que hemos iniciado, que hemos estado realizando durante dos años y que estamos firmemente resueltos a llevar hasta el fin (aplausos), es posible y factible solo a condición de que logremos traspasar al Poder a la nueva clase, a condición de que la burguesía, los esclavistas capitalistas, los intelectuales burgueses, los representantes de todos los poseedores, de todos los propietarios, sean reemplazados de abajo arriba por la nueva clase en todas las esferas de gobierno, en todo la causa de la construcción estatal, en toda la dirección de la nueva vida.

¿Cuándo, entonces, y en qué condiciones habrá de arribarse a la sociedad sin clases? El propio Marx se encarga da darnos respuesta: “En una fase superior de la sociedad comunista, cuando haya desaparecido la subordinación esclavizadora´ de los individuos a la división del trabajo, y con ella, la oposición entre el trabajo intelectual y el trabajo manual; cuando el trabajo no sea solamente un medio de vida, sino la primera necesidad vital; cuando, con el desarrollo multifacético de los individuos, crezcan también las fuerzas productivas y corran a pleno chorro los manantiales de la riqueza colectiva, solo entonces podrá rebasarse totalmente el estrecho horizonte del derecho burgués, y la sociedad podrá escribir en su bandera: ¡De cada cual, según su capacidad; a cada cual, según sus necesidades!”.

El Presidente Mao, resumiendo la experiencia práctica de la dictadura del proletariado en China y analizando la experiencia positiva y negativa de la teoría del marxismo-leninismo sobre la dictadura del proletariado, advirtió: “¿Por qué Lenin hablaba de la necesidad de ejercer la dictadura sobre la burguesía? Este problema es preciso tenerlo claro. La falta de claridad al respecto conducirá al revisionismo. Hay que hacerlo saber a toda la nación.

La revolución democrática china destruyó la propiedad imperialista, la propiedad feudal y la propiedad capitalista, la propiedad pública socialista fue haciéndose cada ves más preponderante en toda la sociedad, constituyendo un triunfo sin precedentes para el pueblo chino. Sin embargo, la naturaleza misma del derecho burgués no cambió. El Presidente Mao vio ahí el modio que podía utilizar la burguesía para restaurar el capitalismo: “En una palabra, China es un país socialista. Antes de la Liberación no difería mucho del capitalismo. Ahora todavía practica un sistema salarial de ocho categorías, la distribución a cada uno según su trabajo y el intercambio por medio del dinero, todo lo cual apenas es distinto de la vieja sociedad. La diferencia está en que el sistema de propiedad ha cambiado.” Señaló: “Nuestro país practica ahora un sistema de mercancías, un sistema salarial que es también desigual, como el de ocho categorías, y cosas por el estilo. Esto, bajo la dictadura del proletariado, sólo puede ser restringido. En virtud de lo anterior, será muy fácil para gentes como Lin Piao montar el sistema capitalista si escalan el Poder. Por eso, debemos estudiar más obras marxista-leninistas.

Una gran tesis del Presidente Mao que desarrollo el marxismo-leninismo es la siguiente: “Lenin dijo: ‘La pequeña producción engendra capitalismo y burguesía constantemente, cada día, cada hora, de modo espontáneo y en masa’. Esto ocurre también con una parte de la clase obrera y una parte de los miembros del Partido. Tanto entre los proletarios como entre los funcionarios de los organismos oficiales hay quienes incurren en el estilo de vida burgués”. Esta tesis hay que ligarla a su profunda afirmación de que “hay incomprensión acerca de dónde está ubicada la burguesía. Justamente está en el seno del Partido. Los seguidores del camino capitalista, dentro del Partido. Los seguidores del camino capitalista siguen todavía su camino”. Así explicó el Presidente Mao la base económico material amparada por el derecho burgués para el surgimiento de elementos burgueses en la clase obrera y en el Partido Comunista. Además, la existencia de la influencia de la burguesía y la influencia del imperialismo y el revisionismo internacionales constituyen la fuente política e ideológica de dicho surgimiento.

Estos problemas en torrno a la dictadura del proletariado llevaron al Presidente Mao a plantearse la cuestión del la continuación de la revolución bajo la dictadura del proletariado. El genial medio concebido por el Presidente Mao para emprender esta tarea de significación histórica fue la Gran Revolución Cultural Proletaria. La naturaleza de la Gran Revolución Cultural Proletaria es la de ser la continuación de la revolución bajo la dictadura del proletariado. Las tareas que se propone resolver es movilizar a las amplias masas, durante el período del socialismo, para hacer la revolución contra la burguesía, particularmente contra la burguesía en el seno del Partido. El significado de la GRCP es el de combatir y prevenir el revisionismo, consolidar la dictadura del proletariado, evitar la restauración del capitalismo y construir el socialismo. La teoría y práctica sobre la continuación de la revolución bajo la dictadura del proletariado a través de la GRCP es una brillante conquista del marxismo-leninismo-pensamiento Mao Tsetung y una invalorable contribución al avance de la revolución mundial hacia la meta del comunismo.

Finalmente, el mismo Presidente Mao se ha encargado de advertirnos para no relajar nuestra vigilancia revolucionaria y seguir pugnado por llevar la revolución hasta el fin: “La actual Gran Revolución Cultural Proletaria e sólo la primera y en el futuro habrá sin duda otras. En la revolución el problema de quién vencerá a quién solo será resuelto en un largo período histórico. Si no resuelven adecuadamente las cosas, en cualquier momento habrá posibilidad para una restauración capitalista. Todos los miembros del Partido Comunista y el pueblo de todo el país no deben pensar que todo estará resuelto después de una o dos grandes revoluciones culturales, o incluso tres o cuatro. Debemos estar siempre muy alertas y jamás bajar la vigilancia”.

III. CONTINUACIÓN DE LA GRAN REVOLUCIÓN CULTURAL PROLETARIA Y GOLPE DE ESTADO DE DERECHA EN CHINA

Luego de destruir el cuartel general burgués de Liu Shao-chi, se realizó en 1969 el IX Congreso Nacional del Partido Comunista de China que realizó un gran balance de la GRCP y representó una brillante contribución para el desarrollo histórico del PCCh, para la consolidación y desarrollo de la dictadura del proletariado en China y para el desarrollo del movimiento comunista internacional.

Le correspondió en ese momento a Lin Piao recoger la haraposa bandera de la burguesía y aprestarse a medir fuerzas con el proletariado. Representando a los viejos y nuevos burgueses en su intento de restaurar el capitalismo, Lin Piao adoraba el derecho burgués y se oponía tercamente a su restricción, preparando así el terreno para lanzarse en su loca y ambiciosa carrera por el Poder. También su programa contrarrevolucionaria tenía el mismo “asidero teórico” que el de sus predecesores maestros revisionistas: la “teoría de las fuerzas productivas”. Actuando como devoto feligrés de Confucio y pregonero de esa doctrina, Lin Piao renegó del Partido Comunista y traicionó al pueblo chino, llegando al colmo de su demencia al intentar de dar un golpe de Estado contrarrevolucionario asesinando al Presidente Mao y entregar a China inerme a las fauces del socialimperialismo soviético.

Casi al instante de ser derribado Lin Piao, Teng Siao-ping, el lugar teniente de Liu Shao-chi defenestrado junto con éste durante la GRCP, aprovechó la oportunidad para asomar sus nauseabundas facciones revisionistas. Después de haberse hincado y jurado mil veces ante el proletariado estar arrepentido de sus innumerables crímenes cometidos, Teng Siao-ping, apoyado por la burguesía de dentro y fuera del Partido, fue reptando siniestramente hasta llegar a ocupar altos cargos del Partido y del Estado y acumular un inmenso Poder. Ubicado en esa posición, desempolvó y sacó a luz su hediondo programa para restaurar el capitalismo al que retocó toscamente con el llamamiento de “tomar las tres instrucciones como clave”. El contenido real de su programa no es otro que el de promover la restauración capitalista y subvertir la dictadura del proletariado.

El Presidente Mao fue el primero en señalar: “¡Qué es eso de ‘tomar las tres instrucciones como clave’! La estabilidad y la unidad no significan renunciar a la lucha de clases. La lucha de clases es como la cuerda clave de una red y todo lo demás son mallas”. “Esta persona no se empeña en la lucha de clases; nunca ha mencionado esta clave. Sigue todavía con su ‘gato blanco o gato negro’, sin hacer distinción entre el imperialismo y el marxismo”. “El no entiende marxismo-leninismo; representa a la burguesía. Dio su palabra de ‘nunca intentar la revocación del veredicto’, pero lo que dijo no merece crédito”. Viéndose inmediatamente contragolpeado por las masas, desesperadamente Teng provocó un incidente contrarrevolucionaria en la Plaza Tien An Men a inicios de 1976 con el objeto de proveerse de una opinión pública favorable, recibiendo, como justa respuesta, el golpe del puño de hierro del proletariado y su destitución, a propuesta del Presidente Mao, de todos sus cargos de dentro y fuera del Partido.

Sin embargo, la burguesía había ido ganando mayores posiciones en el Partido, en el Ejército y en el Estado. El infinitamente lamentado fallecimiento del Presidente Mao ocurrido el 9 de setiembre de 1976, fue un recio golpe para el proletariado internacional y todos los pueblos del mundo, particularmente para el pueblo chino. La burguesía, por el contrario, no cabía en sí de deleite y consideró propicia la ocasión para derribar al proletariado. Aún el pueblo chino no se había recobrado de sus primeros instantes de sorpresa y de dolor ante tan sensible fallecimiento cuando las manos asesinas de la burguesía consumaron un golpe de Estado.

Como denunciáramos en nuestro número anterior, los usurpadores del poder, con Jua Kuo-feng a la cabeza, inmediatamente se apresuraron a cocinar cuidadosamente la “rehabilitación” de Teng Siao-ping, la que, en efecto, se produjo en julio de 1977. ¿Por qué esta “rehabilitación”? Porque Teng Siao-ping es el autor del programa contrarrevolucionario que hoy, está siendo aplicado en China. Revisemos algunos aspectos de este programa.

El sistema de “control directo y exclusivo de empresas por parte del ministerio correspondiente” abogado por Teng es un ejemplo de policentrismo opuesto absolutamente a la dirección unificada del Partido que busca escindir la economía socialista de propiedad de todo el pueblo y transformarla en una propiedad de los dirigentes seguidores del camino capitalista. Para la administración de las empresas ideó un conjunto de reglamentos destinados a implementar su viejo afán de “controlar, restringir y reprimir” a la clase obrera. Al igual que los revisionistas soviéticos, Teng Siao-ping coloca los incentivos materiales y la puesta de las ganancias al mando como núcleo, da prioridad a la tecnología y se apoya en “expertos” para administrar las empresas. La revolucionaria política de “lucha-crítica-transformación” trazada por el Presidente Mao fue calumniada de “anarquista”. ¿Qué, implica todo esto sino abrir de par en par las puertas a la burguesía?

También en lo externo Teng Siao-ping pretende entregar a China a los imperialistas tratando de convertirla en una colonia o semicolonia. Tirado de bruces en la ciénaga del capitulacionismo, Teng Siao-ping aplica su política de “si es extranjero, es bueno”, postrándose ante las técnicas y equipos extranjeros y propiciando su amplia importación prometiendo entregar a los grandes monopolios imperialistas mundiales las riquezas de China, especialmente sus riquezas minerales. Este negociado de la independencia y autonomía de China es una asquerosa política de traición nacional a la que Teng ha tenido el descaro de bautizar como “gran política”.

Teng Siao-ping utiliza, de igual modo, su vieja táctica de promover el criminal economismo contrarrevolucionario para azuzar a las masas contra el Partido. ¡Esta es una pérfida actitud! A raíz de la GRCP la economía de China y la vida de las masas ha mejorado incuestionablemente. Y esto se ha logrado no por “incentivos materiales” sino por el entusiasmo revolucionario, producto de la fusión del marxismo-leninismo-pensamiento Mao Tsetung con las masas y forjado en medio de la lucha de clases contra la burguesía. Sin embargo Teng se atreve a proferir esta venenosa afirmación: “Adoptar una actitud de indiferencia ante las dificultades en que se encuentran las masas en su vida cotidiana es absolutamente intolerable”. ¡Vean Uds.! ¡Un burgués redomado que se “preocupa” de la situación de las masas! Al insistir Teng Siao-ping en promover esta vieja política sanchopancista muestra su claro intento de confundir al pueblo, dividir a las masas, torpedear la dirección del Partido sobre ellas y socavar la dictadura del proletariado para desbrozar el camino de la restauración del capitalismo. Recientemente en China se ha decidido un “aumento de salarios”, pero, ¿cuál es la política que los guía? Escuchemos sus propias palabras: “Para decidir si el salario de una persona debe ser incrementado, se hacen discusiones entre las masas de su entidad para evaluar su conciencia política, su actitud hacia el trabajo, sus contribuciones comparativamente grandes a la revolución y construcción socialistas, así como a los que se dedican a la investigación científica o trabajo técnico”. Tal criterio revisionista de los “incentivos materiales” es ahora utilizado para pretender que las masas bajen la cabeza y sirvan sumisamente al programa de Teng. ¡Este es un vulgar chantaje fascista al estilo de la Unión Soviética!

Otra característica típica de esta línea contrarrevolucionaria es la del uso del eclecticismo -que se nos quiere presentar con la etiqueta de “dialéctica” para encubrir sus intenciones-, Teng sostiene, por ejemplo, que “es incorrecto” no velar por continuar la revolución en la superestructura y la base económica mientras que “no es tampoco correcto” dejar de velar por la producción poderosa y capaz de trabajar de modo independiente”; afirma que “es injusto no criticar la tendencia a ignorar la política”, pero que “tampoco es correcto no exigir ni animar a los científicos y técnicos a estudiar la profesión”; que “es injusto no criticar la tendencia a despreciar a las masas en la investigación científica”, pero que “tampoco es correcto no poner en juego el papel de los institutos especializados de la ciencia y de los especialistas”; que “es injusto no prestar atención a conducir a los científicos y técnicos a estudiar y resolver los problemas urgentes en la producción actual”, pero que “tampoco es correcto considerar que solo los intelectuales ya bien transformados pueden ser utilizados”; que “es injusto considerar que la filosofía no juega un papel de guía en las ciencias naturales”, pero que “tampoco es correcto considerar que la primera puede sustituir las segundas y que conclusiones concretas sobre problemas científicos específicos pueden sacarse partiendo de los principios generales de la filosofía”. Nos preguntamos: ¿puede hacerse este tipo de afirmaciones en un momento como el que atraviesa China de feroz lucha entre las dos líneas, las dos clases y los dos caminos? ¿Por qué deliberadamente se evita hacer la diferenciación entre la contradicción principal y las secundarias, y entre el aspecto principal y el secundario en cada contradicción? ¿Qué es esto sino eclecticismo de la peor especie?

Antes de ser destituido Teng Siao-ping a proposición del propio Presidente Mao, decía: “Dejen de criticar la teoría de las fuerzas productivas. Si la crítica continúa, la producción no se elevará” y calumniaba malignamente al PCCH diciendo que “solo habla de política y no de economía, solo de revolución, y no de producción”. Hoy habiendo usurpado nuevamente el Poder, Teng habla a través de la Comisión de Planificación Estatal de China: “El Presidente Mao señaló explícitamente por primera vez en la historia del desarrollo del marxismo que, aún después de completada fundamentalmente la transformación socialista de la propiedad hay consonancia y contradicción a la vez entre las relaciones de producción y las fuerzas productivas y entre la superestructura y la base económica. Esta contradicción sigue siendo la contradicción fundamental en la sociedad socialista, y la lucha de clases no ha terminado de ningún modo. En tales circunstancias, las fuerzas productivas sociales deben todavía desarrollarse en el curso de los constantes esfuerzos por resolver la contradicción fundamental y al impulso de la lucha de clases”. ¡Esta es, monda y lironda, la vieja y revisionista teoría de las fuerzas productivas cuyos orígenes se remontan hasta Bernstein! ¡Y tienen el descaro de imputarle esta teoría al propio Presidente Mao! Las frases “la lucha de clases no ha terminado de ningún modo” y “al impulso de la lucha de clases”, no son sino una tosca y vulgar hoja de parra que no logra cubrir su ferviente deseo de negar la lucha de clases y restaurar el capitalismo.

Uno de los objetivos fundamentales del programa de Teng Siao-ping es el de revocar la GRCP a la que califica de “ultraizquierdista” por combatir a los seguidores del camino capitalista, que “hirió” a “cuadros experimentados” y que sirvió para “derribar” “buenos cuadros del Partido”. El dijo: “olvídense de todo lo ocurrido durante la Gran Revolución Cultural, no piensen en ello en absoluto ni menciónenlo. Yo, que tengo mala memoria, lo he olivado por completo”. Luego afirmo que había que “resumir” las experiencias de la GRCP, borrando así de un plumazo el balance hecho en el IX Congreso del PCCh. Por esta razón es que no puede extraviarnos que, últimamente, en el XI Congreso del PCCH se haya dado por “terminada” la GRCP.

En todos los campos la línea revisionista de Teng Siao-ping se hace manifiesta. Se pretende propagar la teoría de la extinción de la lucha de clases en la construcción del Partido, formar a la militancia en el espíritu del servilismo y transformar el grande, glorioso y correcto Partido Comunista de China, de Partido para la revolución en Partido para la contrarrevolución, para la restauración del capitalismo. En los problemas militares, se quiere cambiar la línea del Presidente Mao de colocar la política al mando y apoyarse en las amplias masas, por la línea revisionista de poner las técnicas militares al mando y confiar tan solo en el poderío de las armas. En la educación, se coloca los incentivos materiales al mando y se restablecen los elitistas exámenes de ingreso burgueses. En la literatura y el arte se promueve la liberalización burguesa, se abre las puertas a obras revisionistas vedadas en la GRCP, y se da “independencia” a los intelectuales. En el terreno de la ciencia y tecnología, se pone el trabajo profesional al mando y no la política, divorcia a los científicos y técnicos de los obreros y campesinos y los encierra entre cuatro paredes, eliminado la dirección del Partido sobre el trabajo científico y tecnológico.

Tales son algunos de los aspectos de de la línea revisionista de Teng Siao-ping.

Para concluir, reproduzcamos algunos párrafos de la Declaración del VI y VII Plenos del CC del PCP, importante documento que guía al proletariado y pueblo peruanos en la lucha revolucionaria, en los que se enjuicia con precisión el golpe de derecha perpetrado en China:

El fallecimiento del Presidente Mao Tsetung, como la muerte de todos los grandes dirigentes del proletariado, ha generado profundes conmociones y amplias repercusiones en China y en el mundo; y, en las condiciones en que se desarrollaba la lucha en China, propició la coyuntura para que la derecha dando un golpe de Estado usurpe el poder de la dictadura del proletariado, socave las conquistas de la Gran Revolución Cultural Proletaria y abra las puertas a la restauración capitalista, a la capitulación y al revisionismo. La lucha de clases en China entre revolución y contrarrevolución, entre marxismo-leninismo-pensamiento Mao Tsetung y revisionismo, entre la línea proletaria del Presidente Mao y la línea burguesa revisionista, contrarrevolucionaria y capitulacionista que encabeza Teng Siao-ping ha entrado en momentos cruciales, complejos y difíciles; se recurre a métodos extraños y sorpresivos en el tratamiento de los problemas y la lucha, se producen cambios importantes y amplios en la dirección y en las organizaciones, principalmente del Partido, a las vez que se suspende la campaña de crítica contra el viento revocatorio revisionista de Teng Siao-ping, se cuestiona abiertamente la Gran Revolución Cultural Proletariado, se desarrolla la capitulación, especialmente nacional y se enarbola como bandera el programa contrarrevolucionario de Teng. Todo esto no es sino un golpe de derecha en la aguda lucha de las dos líneas en el periodo de la continuación de la revolución aprovechando la coyuntura y repercusiones de la muerte del Presidente Mao Tsetung.

“La situación surgido en China no es en problema sin importancia. Es, por el contrario, un problema de transcendencia para los revolucionarios y comunistas del mundo y todos debemos prestarle especialisima atención, pues, de la usurpación del poder deriva el cambio general de la línea tanto en el desarrollo del socialismo como en la política internacional. La cuestión clave del marxismo es la dictadura del proletariado, esta es su esencia, y un golpe de derecha y su usurpación es problema de suma gravedad e importancia; y no es cuestión sólo de China, es cuestión de todos los comunistas ya que sus repercusiones tienen que ver con la revolución mundial. La experiencia de la restauración y de la usurpación del poder en las URSS son lecciones frescas que no podemos olvidar.

“Mariátegui nos enseño: ‘Del destino de una nación que ocupa un puesto tan principal en el tiempo y en el espacio no es posible desinteresarse. La China pesa de mesiado en la historia humana para que no nos atraigan sus hechos y sus hombres’. Esta gran verdad sigue siendo valida hoy más que nunca para todos los comunistas y revolucionarios del país. Pero si bien los sucesos de China, después del fallecimiento del Presidente Mao en especial, nos muevan a justa preocupación y a la obligación de defender las banderas del marxismo, precisamente para defenderlas guiémonos por sus propias previsiones:

‘Si la derecha lleva a cabo un golpe de estado anticomunista en China, estoy seguro de que no conocerá tampoco la paz, y muy probablemente su dominación será de corta vida, ya que esto no será tolerado por ninguno de los revolucionarios, que representan los intereses del pueblo, constituido por más del 90 por ciento de la población’.

‘Ya sea en China o en otros países del mundo, hablando en general, más del 90 por ciento de la población apoyará finalmente el marxismo-leninismo. En el mundo aún hay muchas personas que, debido al engaño de la socialdemocracia, el revisionismo, el imperialismo y toda la reacción aún no han tomado conciencia política. Pero, de todos medos despertarán gradualmente y apoyarán el marxismo-leninismo. La verdad del marxismo-leninismo es irresistible. Las masas populares se levantarán invariablemente en revolución. La revolución mundial triunfará inexorablemente’.

El proletariado internacional y todos los pueblos revolucionarios del mundo cuentan hoy con el arma más poderosa que existe sobre la tierra, con “el telescopio y el microscopio” que nos permiten escudriñar todos todos los rincones del universo, con la esperanza de la infinita fuerza material y espiritual que, en suma, significa el glorioso marxismo-leninismo-pensamiento Mao Tsetung que impulsa la revolución mundial. “¡Hoy ser marxista e adherir al marxismo-leninismo-pensamiento Mao Tsetung!”.

La GRCP brilla en el firmamento su resplandor eterno jamás podrá ser apagado. El puñado de revisionistas contrarrevolucionarios que hoy pretende cabalgar sobre el heroico pueblo chino no prevalecerá; es un minúsculo remolino que pretende oponerse al arrollador avance de un río que se desborda embravecido.

¡ENARBOLEMOS LA GRAN REVOLUCIÓN CULTURAL PROLETARIA!

¡VIVA EL MARXISMO-LENINISMO-PENSAMIENTO MAO TSETUNG!

INFORME ANTE EL IX CONGRESO NACIONAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CHINA

Hecho el 1° de abril y aprobado el 14 de abril de 1969

IV.

LAS POLÍTICAS DE LA GRAN REVOLUCIÓN CULTURAL PROLETARIA

Para proseguir la revolución en el terreno de la superestructura, es necesario aplicar concienzudamente la política proletaria en los diversos aspectos formulada por el Presidente Mao.

En la “Circular” del 16 de mayo de 1966 y en la “Decisión de 16 Puntos” aprobada en agosto del mismo año, ya está explícitamente estipuladas las políticas de la Gran Revolución Cultural Proletaria. Las recientes instrucciones del Presidente Mao, incluida la de que “en la etapa de la lucha-crítica-transformación de la Gran Revolución Cultural Proletaria, hay que prestar seria atención a las políticas”, han concretado aún más las diversas políticas.

Ahora, la cuestión principal consiste en cumplirlas.

Las diversas políticas del Partido, incluidas la política para con los intelectuales, la política de cuadros, la política hacia los “hijos que pueden ser educados”, la política para con las organizaciones de masas, la política concerniente a la lucha contra el enemigo, la política económica, etc., se refieren a un tema general, el de tratar correctamente los dos tipos de contradicciones de naturaleza distinta: las contradicciones entre nosotros y el enemigo y las existentes en el seno del pueblo.

La mayoría o la gran mayoría de los intelectuales formados en los viejos centros docentes pueden o quieren integrarse con los obreros, campesinos y soldados. Deben “ser reeducados”, bajo la guía de la acertada linea del Presidente Mao, por los obreros, campesinos y soldados. Hay que estimular a los que alcanzan éxitos en esta integración y a los guardias rojos y jóvenes instruidos que entusiastamente van a las zonas montañosas o al campo.

El Presidente Mao nos ha enseñado: “Hay que ampliar el radio de educación y disminuir el radio de ataque” y “aplicar la enseñanza de Marx de que sólo emancipando a toda la humanidad puede el proletariado alcanzar su propia emancipación final”. Al tratar a los que han cometido errores, se debe poner el énfasis en darles educación y reeducación, realizar un paciente y minucioso trabajo ideológico-político entre ellos y seguir realmente “la orientación de ‘sacar lecciones de los errores pasados para evitarlos en el futuro, y tratar la enfermedad para salvar al paciente’, con el fin de lograr los dos objetivos: aclarar en lo ideológico los problemas y unir a los camaradas”. En cuanto a los elementos buenos que han cometido el error de seguir el camino capitalista, hay que “liberarlos” sin demora cuando hayan elevado su conciencia política y se hayan ganado la comprensión de las masas, asignarles trabajos adecuados y alentarlos a acudir a las masas obreras y campesinas para transformar la propia concepción del mundo. En cuanto a aquellos que han hecho algún progreso y han comenzado a adquirir cierta conciencia política, hay que proceder según el criterio de unidad y continuar ayudándolos. El Presidente Mao ha señalado recientemente: “El proletariado es la más grande clase en la historia de la humanidad. Es la clase revolucionaria más poderosa en lo ideológico, en lo político y por su fuerza: puede y debe unir en torno suyo a la aplastante mayoría para aislar al máximo al puñado de enemigos y atacarlo.”

En la lucha contra los enemigos, se debe aplicar la política de “explotar las contradicciones, ganarse a la mayoría, combatir a una minoría y aplastar a los enemigos, uno por uno”, política consecuentemente propugnada por el Presidente Mao. “Hay que conceder importancia a las pruebas y a la investigación y el estudio; está estrictamente prohibido obtener confesiones mediante coacción y fiarse de ellas.” Hay que aplicar la política del Presidente Mao de “tratar con clemencia a los que confiesan sus crímenes y con rigurosidad a los que rehúsan hacerlo”, y de “dar una salida”. Nos apoyamos principalmente en las amplias masas populares para ejercer la dictadura sobre el enemigo. En cuanto a los elementos malvados o sospechosos, descubiertos durante el movimiento de depuración de las filas de clase, se debe seguir la política de “no ajusticiar a ninguno y no proceder a arrestos en la mayoría de los casos”, excepto los contrarrevolucionarios activos cuyos crímenes, tales como asesinato, incendio o envenenamiento, han sido fehacientemente comprobados, y a los cuales hay que tratar de acuerdo a la ley.

En cuanto a las autoridades académicas reaccionarias burguesas, hay que criticarlas y observarlas, o criticarlas y darles empleo, o criticarlas y asegurarles los medios de subsistencia; en resumen, criticar su ideología y darles una salida. Tratar esta parte de las contradicciones entre nosotros y el enemigo como contradicciones en el seno del pueblo favorece a la consolidación de la dictadura del proletariado y a la desintegración del campo enemigo.

Hay que estudiar las condiciones específicas en cada entidad cuando se cumple las diversas políticas del Partido. Allí donde la gran alianza revolucionaria aún no esté suficientemente solida, se debe ayudar a las amplias masas revolucionarias a realizar, conforme a los principios revolucionarios, la gran alianza revolucionaria por campos de trabajo, ramas profesionales o cursos escolares, de modo que se unan para luchar contra el enemigo. En las entidades donde el trabajo de depuración de las filas de clase todavía no ha comenzado o acaba de comenzar hay que empuñar ese trabajo con firmeza y realizarlo bien siguiendo la política del Partido. En las entidades donde ha cumplido en lo fundamental ese trabajo, hay que empeñarse firmemente en otros tareas conforme a las instrucciones del Presidente Mao para las diversas fases de la lucha-critica-transformación. Al mismo tiempo, es necesario prestar particular atención a las nuevas tendencias de la lucha de clases. ¿Qué hacer si los elementos malvados otra vez se tornan agresivos? El Presidente Mao ha hecho una famosa afirmación: “Los materialistas consecuentes son intrépidos […]”. Si los enemigos de clase vuelven a provocar disturbios, simplemente movilizaremos a las masas para aplastarlos de nuevo.

Justamente como lo señala la “Decisión de 16 Puntos”, “la Gran Revolución Cultural Proletaria es una poderosa fuerza motriz para el desarrollo de las fuerzas productivas sociales en nuestro país”. En los últimos años, nuestra agricultura ha obtenido sucesivamente ricas cosechas. Una floreciente situación se presenta en la producción industrial y en la ciencia y la técnica. El entusiasmo de las amplias masas trabajadoras en la revolución y la producción se ha elevado a una altura nunca antes conocida. Muchas fábricas, minas y otras empresas han batido repetidas veces sus récords de producción, llevando la producción a niveles nunca vistos en la historia. La revolución técnica se desarrolla sin cesar. El mercado es próspero y los precios son estables. Hasta fines de 1968, hemos saldado toda la deuda pública. Nuestro país ha llegado a ser un país socialista libre de deudas tanto internas como externas.

“Empeñarse en la revolución y promover la producción” es un principio completamente justo, pues expone correctamente la relación entre la revolución y la producción, entre lo espiritual y lo material, entre la superestructura y la base económica y entre las relaciones de producción y las fuerzas productivas. El Presidente Mao siempre nos enseña: “El trabajo político es la arteria vital de todo nuestro trabajo económico.” Al fustigar a los oportunistas que se oponían al enfoque político del problema, Lenin dijo: “La política no puede sino ser colocada por encima de la economía. Razonar de otro modo es olvidar el abecé del marxismo.” (Lenin: Obras completas, t. XXXII, pág. 72, edición china.) Señaló, además, que colocar en un mismo plano la política y la economía significaba también “olvidar el abecé del marxismo”. (Ibíd.) La política es la expresión concentrada de la economía. Sin hacer la revolución en la superestructura, sin movilizar a las grandes masas obreras y campesinas, sin criticar la línea revisionista, sin desenmascarar al puñado de renegados, agentes secretos, dirigentes seguidores del camino capitalista y contrarrevolucionarios y sin consolidar la hegemonía del proletariado, [?]cómo se podría continuar consolidando la base económica del socialismo y desarrollando las fuerzas productivas socialistas? Esto no quiere decir reemplazar la producción por la revolución, sino hacer que la revolución mande, promueva y lleve adelante la producción. Debemos realizar investigaciones y estudios y resolver de manera activa y adecuada y con paso seguro los numerosos problemas referentes a las políticas para la lucha-critica-transformación en el frente económico, conforme a la línea general formulada por el Presidente Mao de “poner en tensión todas las fuerzas y pugnar por marchar siempre adelante para construir el socialismo según la norma de cantidad, rapidez, calidad y economía”, al gran concepto estratégico de “hacer preparativos para enfrentar la guerra, hacer preparativos contra las calamidades naturales y hacerlo todo en bien del pueblo” y a toda una serie de principios, como el de “tomar la agricultura como base y la industria como factor dirigente”. Debemos poner en pleno juego el entusiasmo y la iniciativa creadora revolucionarios de las masas populares de las distintas nacionalidades, empeñarnos enérgicamente en la revolución y promover vigorosamente la producción, y cumplir o sobrepasar los planes para el desarrollo de la economía nacional. Se puede afirmar que la gran victoria de la Gran Revolución Cultural Proletaria continuará promoviendo el surgimiento de nuevos saltos adelante en el frente económico y en toda nuestra construcción socialista.

V.

VICTORIA FINAL DE LA REVOLUCIÓN EN NUESTRO PAÍS

La victoria de la Gran Revolución Cultural Proletaria de china es en verdad grandiosa. Sin embargo, de ninguna manera debemos considerar que ya podemos dormir sobre los laureles. En una conversación en octubre de 1968, el Presidente Mao señaló: “Hemos conquistado grandes victorias. Pero, la clase derrotada seguirá haciendo forcejeos. Esa gente existe todavía, y también esa clase. Por eso, no podemos hablar de victoria final. No podemos hacerlo incluso en los próximos decenios. No debemos perder la vigilancia. Según el punto de vista leninista, la victoria final de un país socialista no solo requiere los esfuerzos de su propio proletariado y de sus amplias masas populares, sino que depende, además, del triunfo de la revolución mundial y de la abolición del sistema de explotación del hombre por el hombre en todo el globo terrestre, o sea, la emancipación de toda la humanidad. Por lo tanto, es erróneo, contrario al leninismo, y no corresponde a la realidad hablar a la ligera de la victoria final de la revolución en nuestro país.” La lucha de clases experimentará vueltas y revueltas. No debemos olvidar jamás la lucha de clases ni la dictadura del proletariado. Actualmente, en el curso de la ejecución de las políticas del Partido, todavía existe la lucha entre las dos líneas y existe la interferencia proveniente de la “izquierda” o de la derecha. Para llevar a feliz término las labores en las diversas fases de la lucha-crítica-transformación, aún debemos hacer ingentes esfuerzos. Debemos seguir de cerca al Presidente Mao y apoyarnos firmemente en las amplias masas revolucionarias para superar las dificultades y zigzags en el camino de avance y conquistar mayores victorias para la causa socialista.

VI.

CONSOLIDACIÓN Y CONSTRUCCIÓN DEL PARTIDO

La victoria de la Gran Revolución Cultural Proletaria nos ha proporcionado valiosas experiencias acerca de cómo construir el Partido en las condiciones de la dictadura del proletariado. Justamente como lo ha señalado el Presidente Mao ante todo el Partido, “la organización del Partido debe estar compuesta por los elementos avanzados del proletariado, debe ser una vigorosa organización de vanguardia, capaz de dirigir al proletariado y a las masas revolucionarias en el combate contra el enemigo de clase”. La instrucción del Presidente Mao ha definido nuestra orientación política para la consolidación y construcción del Partido.

El Partido Comunista de China se ha construido a base de la educación impartida por nuestro gran líder el Presidente Mao. Desde su fundación en 1921, nuestro Partido ha experimentado una prolongada lucha para tomar el Poder y consolidar la dictadura del proletariado mediante la fuerza armada. Dirigido por el Presidente Mao, nuestro Partido siempre ha estado en la primera línea del frente en las guerras revolucionarías y las luchas revolucionarias. Precisamente bajo la guía de la acertada línea del Presidente Mao, nuestro Partido, frente a enemigos internos y externos extremadamente poderosos y en circunstancias muy complejas, ha conducido al proletariado y a las amplias masas populares de China a luchar heroicamente y sin escatimar sacrificios, adhiriéndose firmemente, a los principios de independencia y autodecisión y de autosostenimiento y al internacionalismo proletario, y, como resultado, nuestro Partido se ha desarrollado desde los primeros grupos comunistas formados solamente por unas decenas de miembros, hasta el grande, glorioso y correcto Partido que hoy dirige la poderosa República Popular China. Comprendemos profundamente que sin la lucha armada popular, no existiría el Partido Comunista de China de hoy ni la República Popular China de hoy. Debemos tener siempre presente la enseñanza del Presidente Mao: “Ningún camarada del Partido debe olvidar jamás esta experiencia que hemos pagado con sangre.”

Todos los éxitos del Partido Comunista de China se han logrado gracias a la sabia dirección del Presidente Mao y constituyen victorias del pensamiento Mao Tsetung. Durante el último medio siglo, al dirigir al pueblo de las diversas nacionalidades de China en la gran lucha por el cumplimiento de la revolución de nueva democracia, al dirigir la gran lucha de la revolución y construcción socialistas de nuestro país, y en la gran lucha del movimiento comunista internacional de nuestra época contra el imperialismo, el revisionismo contemporáneo y la reacción de todos los países, el Presidente Mao ha integrado la verdad universal del marxismo-leninismo con la práctica concreta de la revolución y ha heredado, defendido y desarrollado el marxismo-leninismo en los terrenos político, militar, económico, cultural, filosófico, etc., elevando así el marxismo-leninismo a una etapa completamente nueva. El pensamiento Mao Tsetung es el marxismo-leninismo de la época en que el imperialismo se precipita hacia la ruina total y el socialismo avanza hacia la victoria en el mundo entero. Toda la historia de nuestro Partido ha demostrado la siguiente verdad: Cada vez que se aparta de la dirección del Presidente Mao y del pensamiento Mao Tsetung, nuestro Partido sufre reveses y derrotas; cada vez que sigue de cerca al Presidente Mao y actúa conforme al pensamiento Mao Tsetung, nuestro Partido avanza y triunfa. Debemos recordar siempre esta experiencia. En cualquier momento y en cualquier circunstancia, quien se oponga al Presidente Mao y al pensamiento Mao Tsetung, será condenado por todo el Partido y toda la nación.

Refiriéndose a la consolidación y construcción del Partido, el Presidente Mao dijo: “Un ser humano tiene arterias y venas, a través de las cuales el corazón hace circular la sangre, y respira con los pulmones, expeliendo anhídrido carbónico y absorbiendo fresco oxígeno, esto es, desechando lo viejo y asimilando lo nuevo. Un partido proletario debe también desechar lo viejo y asimilar lo nuevo, pues solo así puede mantenerse lleno de vigor. Sin eliminar lo inútil y asimilar sangre nueva, el partido carecerá de vigor.” El Presidente Mao expone con esta vivida metáfora la dialéctica de las contradicciones dentro del Partido. “La ley de la contradicción en las cosas, es decir, la ley de la unidad de los contrarios, es la ley más fundamental de la dialéctica materialista.” La oposición y lucha entre las dos líneas dentro del Partido es el reflejo, en el Partido, de las contradicciones entre las clases y entre lo nuevo y lo viejo en la sociedad. Si en el Partido no hubiera contradicciones ni luchas para resolverlas y si no se desechara lo viejo y se asimilara lo nuevo, la vida del Partido tocaría a su fin. La teoría del Presidente Mao sobre las contradicciones en el Partido es el pensamiento guía fundamental para efectuar en adelanto la consolidación y construcción del Partido.

La historia del Partido Comunista de China es la historia de la lucha que sostiene la línea marxista-leninista del Presidente Mao contra las lineas oportunistas de derecha y de “izquierda” en el Partido. Bajo la dirección del Presidente Mao, nuestro Partido venció a la línea oportunista de derecha de Chen Tu-siu, a las líneas oportunistas de “izquierda” de Chü Chiu-pai y Li Li-san, a la línea oportunista de Wang Ming, que primero tomó forma de “izquierda” y más tarde de derecha, y a la linea de Chang Kuo-tao de dividir al Ejército Rojo, venció a la alianza antipartido oportunista de derecha de Peng Te-juai, Kao Kang, Yao Shu-shi y otros, y, después de una lucha prolongada, ha aplastado la línea revisionista contrarrevolucionaria de Liu Shao-chi. Nuestro Partido se ha consolidado, desarrollado y robustecido justamente en la lucha entre las dos líneas, sobre todo, en la lucha por vencer a las tres camarillas de renegados de Chen Tu-siu, Wang Ming y Liu Shao-chi. camarillas que causaron el mayor daño al Partido.

Durante el nuevo período histórico, el de la dictadura del proletariado, éste ejerce su dictadura y dirige todo trabajo a través de su vanguardia, el Partido Comunista. Apartándose de la dictadura del proletariado y de la continuación de la revolución bajo la dictadura del proletariado, no se podrá resolver correctamente el problema de la construcción del partido, el problema de qué tipo de partido construir y cómo construirlo.

La línea revisionista de Liu Shao-chi acerca de la construcción de] partido traiciona precisamente la esencia misma de la teoría marxista-leninista sobre la dictadura del proletariado y sobre la construcción del partido. En el momento importante en que la revolución socialista de China se profundizaba y la lucha de clases se volvía sumamente enconada, Liu Shao-chi publicó de nuevo su siniestro libro sobre la “autocultivación”, y su propósito fue precisamente derrocar la dictadura del proletariado de nuestro país y restaurar la dictadura burguesa. Al reproducir el pasaje de Lenin sobre la necesidad de la dictadura del proletariado, que hemos citado más arriba, Liu Shao-chi una vez más omitió intencionadamente la importantísima conclusión de que “la dictadura del proletariado es indispensable”, revelando manifiestamente su faz contrarrevolucionaria de renegado de la dictadura del proletariado. Además, continuó difundiendo absurdos reaccionarios tales como la “teoría de la extinción de la lucha de clases”, la “teoría de ser dócil instrumento”, la “teoría de que las masas son atrasadas”, la “teoría de ingresar en el Partido para ser funcionario”, la “teoría de la paz dentro del Partido” y la “teoría de la fusión de los intereses públicos y los privados” (es decir, “perder poco para ganar mucho”), con el vano propósito de corromper y descomponer a nuestro Partido, de hacer que nuestros militantes se volvieran revisionistas a medida que “se autocultivaran”, y de convertir, por medio de la “evolución pacífica”, el Partido marxista-leninista en un Partido revisionista y la dictadura del proletariado, en una dictadura burguesa. Debemos seguir desplegando la crítica revolucionaria de masas, y eliminar por completo la perversa influencia del conjunto de absurdos de Liu Shao-chi.

En la historia de nuestro Partido, esta Gran Revolución Cultural Proletaria es el más amplio y profundo movimiento de consolidación del Partido. Las organizaciones del Partido a los diferentes niveles y la gran masa de militantes han pasado por la enconada lucha entre las dos líneas, por la prueba de la vasta lucha de clases, y por los exámenes de las masas revolucionarias de dentro y fuera del Partido; de este modo, los militantes y cuadros han experimentado la tempestad y enfrentado el mundo, y han elevado su conciencia de clase y su conciencia acerca de la lucha entre las dos líneas. Esta Gran Revolución nos enseña: Bajo la dictadura del proletariado, debemos impartir a las amplias masas de miembros del Partido una educación acerca de las clases, la lucha de clases, la lucha entre las dos líneas y la continuación de la revolución. Debemos realizar, en el seno del Partido y fuera de él, la lucha contra el revisionismo; limpiar el Partido de los renegados, agentes secretos y representantes de los intereses de las clases explotadoras, y reclutar para el Partido a los auténticos elementos avanzados del proletariado probados en las grandes tempestades. Debemos esforzarnos porque la dirección de las organizaciones del Partido a todo nivel se mantenga realmente en manos de los marxistas. Debemos velar por que los militantes de veras vinculen la teoría con la práctica, forjen estrechas ligazones con las masas y tengan la valentía de practicar la crítica y la autocrítica. Debemos preocuparnos de que los militantes mantengan siempre el estilo de ser modestos y prudentes y de prevenirse contra el engreimiento y la precipitación, y que persistan en el estilo de trabajar duro. Solo de esta manera, el Partido puede conducir al proletariado y a las masas revolucionarias a llevar hasta el fin la revolución socialista.

El Presidente Mao nos enseña: “Las experiencias históricas merecen atención. Una línea y un punto de vista deben ser expuestos de manera constante y repetida. No se puede exponerlos sólo a un reducido número de personas; se debe hacerlos conocer a las amplias masas revolucionarias.” El estudio y la propaganda de las experiencias fundamentales de esta Gran Revolución Cultural Proletaria, de la historia de la lucha entre las dos lineas, y dé la teoría del Presidente Mao sobre la continuación de la revolución bajo la dictadura del proletariado, no deben efectuarse una sola vez, sino de manera repetida, cada año, cada mes y cada día. Solo de este modo se podrá lograr que, apenas emerjan, las líneas y tendencias erróneas sean sometidas a la crítica y al rechazo de las amplias masas de militantes del Partido y del pueblo, y garantizar que nuestro Partido siempre avance triunfalmente por la acertada ruta trazada por el Presidente Mao.

Un importante punto en la agenda del IX Congreso Nacional del Partido lo constituye la modificación de los Estatutos del Partido. El Comité Central ha sometido a la discusión del Congreso el proyecto de Estatuto del Partido, que fue elaborado con la participación de todo el Partido y las masas revolucionarias del país. Después que el Presidente Mao propuso, en noviembre de 1967, que las organizaciones de base del Partido tomaran parte en la codificación de los Estatutos del Partido, el Comité Central recibió varios miles de proyectos. Sobre esta base, la XII Sesión Plenaria Ampliada del VIII Comité Central del Partido elaboró un proyecto de Estatutos del Partido, y luego todo el Partido, el Ejército y las amplias masas revolucionarias del país realizaron, una vez más, animadas y concienzudas discusiones. Puede decirse que el proyecto de los nuevos Estatutos del Partido es un fruto de la integración de la sabia dirección del gran líder el Presidente Mao con las amplias masas, refleja la voluntad de todo el Partido, el ejército y las amplias masas revolucionarias del país, y es una vivida expresión del centralismo democrático y la línea de masas en que persiste invariablemente el Partido. Lo que tiene especial importancia es que en el proyecto de Estatutos del Partido se reafirma explícitamente que la base teórica que guía el pensamiento del Partido es el marxismo-leninismo-pensamiento Mao Tsetung. Esta es una gran victoria lograda en la Gran Revolución Cultural Proletaria al pulverizar la línea revisionista de Liu Shao-chi sobre la construcción del Partido, una gran victoria del marxismo-leninismo-pensamiento Mao Tsetung. El Comité Central tiene la convicción de que después de la discusión y aprobación de los nuevos Estatutos del Partido por el Congreso, nuestro Partido, ateniéndose a sus estipulaciones, se hará más grande, más glorioso y más correcto.

LA LUCHA DE DOS LINEAS EN LA G.R.C.P.

I. SOBRE LOS DOS CAMINOS

¿SEGUIR EL CAMINO SOCIALISTA O EL CAPITALISTA?

(Extractos)

¿Adónde va China? ¿Seguirá el camino socialista o el capitalista? Este no es solamente un problema fundamental de la política china, sino un problema que atañe al mismo tiempo al destino de la revolución proletaria mundial.

Durante décadas ha tenido lugar una enconada lucha en el Partido Comunista de China en torno a esta cuestión fundamental, una lucha entre dos líneas diametralmente opuestas en cada etapa histórica del desarrollo de la revolución china y en cada momento clave de cambio revolucionario.

Una linea sostiene que la revolución china debe ser dirigida por el proletariado, que debe pasar de la etapa de la revolución de nueva democracia a la de la revolución socialista, que la revolución bajo la dictadura del proletariado debe ser llevada hasta el fin y que su meta final es la realización del comunismo. Esta es la línea revolucionaria proletaria representada por nuestro gran líder el Presidente Mao.

La otra línea revoca el derecho del proletariado a asumir la dirección de la revolución china, practica el reformismo burgués, y en la etapa del socialismo se opone a la revolución socialista y a la dictadura del proletariado y emprende el camino capitalista, o sea, el oscuro y viejo camino que conduciría de nuevo a China a una sociedad semicolonial y semifeudal. Esta es la línea reaccionaria burguesa seguida sucesivamente por Chen Du-siu, Chü Chiu-bai, Li Li-san, Wang Ming y Chang Guo-tao hasta el máximo de los elementos con poder seguidores del camino capitalista dentro del Partido. Este último representa la línea reaccionaria en su forma más concentrada. (…)

La esencia de esta lucha ha sido la cuestión de qué camino debe tomar China. Su punto focal ha sido siempre el problema del Poder, el problema de qué clase debe ejercer la dictadura.

Nuestro gran líder el Presidente Mao nos enseña: En la etapa de la revolución democrática, el punto focal del programa del Partido Comunista de China es la dictadura conjunta de varias clases revolucionarias dirigidas por el proletariado; en la etapa de la revolución socialista, el punto focal del programa del Partido Comunista de China es la dictadura del proletariado en la forma de la dictadura democrática popular. (…)

Dice: “El primer paso o etapa de nuestra revolución de ninguna manera es, ni puede ser, establecer una sociedad capitalista bajo la dictadura de la burguesía china, sino establecer una sociedad de nueva democracia bajo la dictadura conjunta de todas las clases revolucionarias de China encabezadas por el proletariado chino. Así se completa la primera etapa. La revolución será llevada entonces a la segunda etapa, en la cual se establecerá en China una sociedad socialista.”

El Presidente Mao refutó con severidad la falaz teoría reaccionaria que propugna el inútil intento de establecer la dictadura de la burguesía en China Señala en forma explícita que, a juzgar por la situación internacional y nacional de China, cualquiera que sonara con establecer una sociedad capitalista bajo la dictadura de la burguesía se entregaría finalmente a los brazos del imperialismo, con el resultado de que China se convertiría nuevamente en una colonia o semicolonia y en parte del mundo reaccionario bajo el imperialismo. (…)

Ya en los inicios de la década del 20, [Liu Shao-chi] había entonado la misma cantinela que el renegado Chen Dusiu. Atacó vilmente a los revolucionarios proletarios diciendo que la toma del Poder “por supuesto no puede ser realizada de inmediato por un proletariado tan inmaduro, a juzgar por la actual situación de China. Puesto que esto pertenece a un futuro muy lejano, no hay necesidad de perder palabras discutiéndolo”. (…)

Después de la publicación de la obra del Presidente Mao Sobre la nueva democracia,(…) Llegó al extremo de preconizar a Chiang Kai-shek como “la bandera de la revolución” y declaró: “Pienso que la revolución china puede avanzar bajo la bandera de los Tres Principios del Pueblo del Kuomintang, y que puede hacerlo más fácilmente que bajo ninguna otra bandera, por lo menos en la etapa actual de la revolución democrática”. (…)

Después de la victoria de la Guerra de Resistencia contra el Japón, (…) el Presidente Mao señaló: “De ahora en adelante, la lucha girará en torno a qué clase de país se va a construir. ¿Construir un país de nueva democracia de las amplias masas populares bajo la dirección del proletariado, o construir un país semicolonial y semifeudal bajo la dictadura de los grandes terratenientes y de la gran burguesía? Será una lucha complicada en extremo. En la actualidad asume la forma de una lucha entre Chiang Kai-shek, quien trata de usurpar los frutos de la victoria en la Guerra de Resistencia, y nosotros, que nos oponemos a su usurpación. Si hay algún oportunismo durante este período, consistirá en no luchar firme y en ceder voluntariamente a Chiang Kai-shek los frutos que deben pertenecer al pueblo.” (…)

No era a otro que al máximo de los elementos con poder seguidores del camino capitalista dentro del Partido, el representante del oportunismo, a quien estaba criticando y repudiando aquí el Presidente Mao. Una vez más este viejo oportunista había planteado en forma sistemática su línea de capitulacionismo nacional y de clase de oposición y traición de la revolución en el momento histórico de la gran batalla decisiva entre los dos destinos, las dos perspectivas de China. Afirmó que “actualmente la principal forma de lucha en la revolución china ha llegado a ser la pacífica y la parlamentaria; es la lucha de masas legal y parlamentaria. (…)

La fundación de la República Popular China impulsó la historia a una nueva etapa, es decir, de la etapa de la revolución..de nueva democracia a la de la revolución socialista. En ese momento, la lucha entre las dos líneas se centró en qué camino debía tomar la Nueva China recién fundada: ¿el camino socialista o el capitalista? Esta lucha, a fin de cuentas, se libraba en torno al problema de si se debía implantar en China la dictadura del proletariado o la dictadura de la burguesía.

(…) el Presidente Mao señaló (…) “Después de conquistada la victoria de la revolución china en todo el país y resuelto el problema agrario, existirán todavía dos contradicciones fundamentales en China. La primera, de orden interior, es la contradicción entre la clase obrera y la burguesía; la segunda, de orden exterior, la contradicción entre China y los países imperialistas. En consecuencia, después de la victoria de la revolución democrática popular, no debe ser debilitado, sino fortalecido, el Poder estatal de la república popular dirigida por la clase obrera.”

Más tarde, (…) el Presidente Mao puntualizó: La fundación de la República Popular China el 1.° de octubre de 1949 marcó la conclusión, en lo fundamental, de la etapa de la revolución de nueva democracia y el comienzo de la etapa de la revolución socialista. “La línea general y la tarea general del Partido durante este período de transición consisten en realizar gradualmente, en un tiempo bastante largo, la industrialización socialista del país y la transformación socialista de la agricultura, la artesanía y la industria y comercio capitalistas por el Estado. Esta línea general es el faro que ilumina todos los aspectos de nuestro trabajo. Si nos apartamos de ella en cualquier aspecto de nuestro trabajo, cometeremos errores de derecha o ‘izquierda’.”

En ese momento (…) [Liu Shao-chi] corrió de un lado para otro clamando desenfrenadamente por el desarrollo del capitalismo en la ciudad y el campo. Planteó la consigna “luchar por la consolidación del sistema de nueva democracia”. (…) Preconizó el desarrollo y la conservación por un largo período de la economía de los campesinos ricos en las zonas rurales. (…)

[Decía:] “en el futuro, cuando China tenga una sobreproducción industrial, será el momento de emprender el socialismo””. ¡Qué afirmación “cuando China tenga una sobreproducción industrial”! La sobreproducción es característica del capitalismo. Estas palabras revelaron su ambición de desarrollar el capitalismo. En realidad, esa mercancía suya no tenía nada nuevo; era la misma basura de la “teoría de las fuerzas productivas” defendida por los revisionistas de viejo cuño tales como Trotsky, Bujarin y Rykov y demolida por Lenin y Stalin en el período inmediatamente posterior a la fundación de la Unión Soviética. (…)

A fin de camuflarse, el máximo de los elementos con poder seguidores del camino capitalista dentro del

Partido también se refirió hipócritamente a la dictadura del proletariado, pero su dictadura del proletariado es falsa dictadura del proletariado y auténtica dictadura de la burguesía. (…)

El Presidente Mao acertó al decir: “¿Qué pasará si nuestro país no establece la economía socialista? Se convertirá en un país como Yugoslavia, en un Estado burgués y la dictadura del proletariado se transformará en dictadura de la burguesía, y además en una dictadura reaccionaria y fascista. (…)

Después de cumplida en lo fundamental la transformación socialista de la propiedad de los medios de producción, ¿continúan en la sociedad socialista las clases y la lucha de clases? ¿Se debe mantener la dictadura del proletariado y llevar hasta el fin la revolución socialista o abolir la dictadura del proletariado y pavimentar el camino para la restauración del capitalismo? Este es un importante problema teórico y práctico que no fue resuelto anteriormente en la historia del movimiento comunista internacional. (…)

El Presidente Mao señaló explícitamente: En la sociedad socialista, “la lucha de clases no ha terminado. La lucha de clases entre el proletariado y la burguesía, entre las diferentes fuerzas políticas y entre el proletariado y la burguesía en el terreno ideológico, será aún larga, tortuosa y a veces incluso muy enconada“. “Queda todavía un cierto número de gentes que sueñan con restaurar el sistema capitalista; estas gentes luchan contra la clase obrera en todos los frentes, incluido el ideológico.”

Sin embargo, [Liu Shao-chi] volcó todas sus energías para difundir la idea de la “extinción de la lucha de clases”. (…)

Con respecto a la lucha internacional, preconizaba rendirse a los imperialistas, a los revisionistas y a los reaccionarios de los diversos países y apagar las llamas de la revolución en el mundo, y abogó por la supresión de la lucha en nuestras relaciones con el imperialismo, el revisionismo y la reacción y la disminución de nuestro apoyo y asistencia a la lucha revolucionaria de otros pueblos. Dijo que “incluso con los EE.UU. Esperamos mejorar nuestras relaciones” y que debemos “desarrollar relaciones amistosas” con los EE.UU. 3 6 Afirmó que Jruschov “no puede restaurar el capitalismo en la Unión Soviética”, que Jruschov se oponía “verdaderamente” al imperialismo y que “debemos unirnos con ellos”, “buscar con ellos un terreno común dejando a un lado las diferencias” y “oponernos juntos al imperialismo”. (…)

La historia de la dictadura del proletariado nos dice que el Poder continúa siendo el problema más fundamental frente a los miles problemas que existen en la lucha de clases bajo la dictadura del proletariado. (…)

En la Circular del Comité Central del Partido Comunista de China emitida el 16 de mayo de 1966, grandioso e histórico documento, el Presidente Mao señaló: “Los representantes burgueses que se han infiltrado en el Partido, el Gobierno, el ejército y los diversos sectores culturales, son un grupo de revisionistas contrarrevolucionarios que se apoderarán del Poder y convertirán la dictadura del proletariado en dictadura de la burguesía si se les presenta la oportunidad. A algunas de estas personas, ya las hemos calado; a otras todavía no. Y en algunas todavía confiamos y las preparamos para ser nuestros continuadores. Por ejemplo, gente tipo Jruschov todavía anida a nuestro lado; los comités del Partido a todo nivel deben prestar plena atención a esto.” (…)

¡”Sólo el socialismo puede salvar a China”! (…)

La orientación señalada por el Presidente Mao es la orientación para los pueblos revolucionarios del mundo entero. El camino abierto por él es el camino por el que deben avanzar los pueblos de todo el mundo.

¿Adónde va China? ¿Adónde va el mundo? ¡La rueda de la historia avanza en el sentido señalado por el pensamiento de Mao Tse-tung!

(Reproducido do “Pekín Informa” N° 34 de 1967)

Arma teórica para hacer la revolución bajo la dictadura del proletariado

(Extractos)

La mayor traición hecha al marxismo-leninismo por la camarilla revisionista jruschovista es su teoría sobre el “Estado de todo el pueblo” y el “partido de todo el pueblo”. Según esa “teoría”, en una sociedad socialista, las contradicciones se esfuman, desaparecen las clases y la lucha de clases, y el objetivo es construir el “comunismo del goulash”. (…)

El máximo de los elementos con poder seguidores del camino capitalista dentro del Partido de China entonó la misma cantinela de los Jruschovs de la Unión Soviética. Después de que la transformación socialista de la propiedad de los medios de producción fue cumplida en lo fundamental en China, tomó una posición diametralmente opuesta a la del camarada Mao Tse-tung predicando la teoría de la extinción de la lucha de clases. Aseguró: “El enemigo interno ha sido eliminado en lo fundamental”; “dentro del país la lucha de clases principal ha terminado básicamente, o, se puede decir, ha sido resuelta en lo fundamental; en otras palabras, las contradicciones entre el enemigo y nosotros han sido resueltas básicamente”; “en adelante, no habrá más lucha revolucionaria ni transformación socialista”; “la cuestión de quién vencerá, el socialismo o el capitalismo, ahora ya está resuelta”; “la tarea más importante del Estado es organizar la vida de la sociedad”. (…)

[El Presidente Mao señalo explícitamente en 1962:] “La sociedad socialista cubre una etapa histórica bastante larga. Durante dicha etapa histórica, subsisten clases, contradicciones de clases y lucha de clases; subsisten la lucha entre el camino socialista y el camino capitalista y el peligro de una restauración capitalista. Es preciso comprender la naturaleza prolongada y compleja de esta lucha y elevar nuestra vigilancia. Es necesario llevar adelante la educación socialista. Es necesario comprender y tratar de manera correcta los problemas relativos a las contradicciones de clases y la lucha de clases y distinguir acertadamente las contradicciones entre el enemigo y nosotros de las contradicciones en el seno del pueblo, y tratarlas de manera adecuada. De otro modo, un país socialista, como el nuestro cambiará en su contrario y degenerará, y se producirá una restauración. De ahora en adelante, debemos hablar de esto cada año, cada mes y cada día, de modo que tengamos una comprensión relativamente clara de este problema y nos mantengamos en la línea marxista-leninista.” (…)

El Presidente Mao planteó [en 1963] ante todo el Partido y todo el pueblo chino, que si se olvidara la existencia de las clases y la lucha de clases en la sociedad socialista, “entonces no haría falta mucho tiempo, tal vez unos cuantos años, o una década, o varias décadas a lo sumo, para que se produjera fatalmente una restauración contrarrevolucionaria a escala nacional, el partido marxista-leninista se transformara en partido revisionista o en partido fascista, y toda China cambiara de color. ¡Camaradas, piensen cuán peligrosa sería esta perspectiva!”

El brillante documento marxista-leninista, “Proposición acerca de la línea general del movimiento comunista internacional”, o la “Proposición de 25 puntos”, fue publicado el 14 de junio de 1963. Este es un gran programa para el movimiento comunista internacional en nuestra época y está enteramente iluminado por el resplandor del pensamiento de Mao Tse-tung. El documento, hecho bajo la dirección personal del Presidente Mao, señala:

“La continuación de la lucha de clases durante un largo período histórico después de la toma del Poder por el proletariado constituye una ley objetiva, independiente de la voluntad del hombre, sólo que la forma de esta lucha difiere de lo que era antes de la toma del Poder.

“Después de la Revolución de Octubre, Lenin señaló en repetidas ocasiones:

“1) Los explotadores derrocados tratan siempre, y en mil y una formas, de recobrar el ‘paraíso’ que les ha sido arrebatado.

“2) En la atmósfera pequeñoburguesa, se engendran constantemente, por un proceso espontáneo, nuevos elementos capitalistas.

“3) Debido a la influencia burguesa, así como al cerco y la actividad corruptora del ambiente pequeñoburgués, también pueden surgir elementos degenerados, o nuevos burgueses, en las filas de la clase obrera y entre los funcionarios de las instituciones estatales.

“4) El cerco capitalista internacional, la amenaza de intervención armada y las intrigas de descomposición pacífica por parte del imperialismo, constituyen las condiciones exteriores de la continuación de la lucha de clases en los países socialistas.

“La vida ha confirmado estas conclusiones de Lenin.

“En ningún país socialista, aunque hayan pasado decenios e incluso más tiempo después de la industrialización socialista y la colectivización de la agricultura, puede decirse que ya han dejado de existir los lacayos burgueses, parásitos, especuladores, pillos, tunantes, maleantes, desfalcadores de fondos públicos y otros elementos por el estilo, gente que Lenin denunció con energía y en repetidas ocasiones; ni tampoco se puede decir que a los países socialistas ya no les hace falta cumplir o que ya les es posible abandonar la tarea, planteada por Lenin, de ‘vencer ese contagio, esa peste, esa llaga que el socialismo hereda del capitalismo’.

“En los países socialistas, se requiere un largo período histórico para resolver gradualmente la cuestión de ‘quién vencerá a quién’: el socialismo o el capitalismo. La lucha entre el camino del socialismo y el del capitalismo abarca todo este período histórico. Esta lucha, como las olas, a veces asciende y a veces baja, y en ocasiones incluso se torna muy violenta. Sus formas son muchas y variadas.

“La Declaración de 1957 (…) dice muy bien: ‘Para la clase obrera, la toma del Poder no es más que el comienzo de la revolución, y no su coronamiento’

“Es erróneo y contrario a la realidad objetiva y al marxismo-leninismo negar la existencia de la lucha de clases en el período de la dictadura del proletariado y, negar la necesidad de llevar hasta el fin la revolución socialista en los frentes económico, político e ideológico.”

En julio de 1964, nuestro gran líder, el Presidente Mao, nos señaló de nuevo: “Se requiere un período muy dilatado para resolver la lucha de ‘quién vencerá a quién: el socialismo o el capitalismo, en los frentes político e ideológico. Para conseguir el éxito no bastan unos decenios, se necesitarán de cien a centenares de años. En cuanto al tiempo, más vale prepararse para un período largo y no para uno corto; en cuanto al trabajo, más vale considerar la tarea como difícil que como fácil. Pensar y actuar de esta manera resulta más provechoso y menos perjudicial.”

Precisamente bajo la orientación de la gran teoría formulada por el camarada Mao Tse-tung se llevó a

cabo el movimiento de educación socialista en gran escala en las vastas zonas rurales y ciudades de China. Este movimiento ha tenido magníficos aciertos y ha resuelto una serie de problemas en la práctica, proporcionando valiosas experiencias para hacer la revolución bajo la dictadura del proletariado.

Sin embargo, el máximo de los elementos con poder seguidores del camino capitalista dentro del Partido se valió de la línea reaccionaria burguesa de “izquierda” en la forma pero de derecha en esencia para oponerse a la línea marxista-leninista del Presidente Mao. Negó la naturaleza del movimiento de educación socialista: la lucha de clases entre el proletariado y la burguesía, tergiversó este movimiento diciendo que se trataba de la contradicción entre “ser limpios y ser sucios en los cuatro terrenos (en los terrenos político, económico, organizativo e ideológico)”. Desvió el blanco de la lucha, atacó a muchos para proteger a un puñado, proteger a los elementos con poder seguidores del camino capitalista dentro del Partido, a los antiguos terratenientes y campesinos ricos, los contrarrevolucionarios, elementos nocivos y derechistas, y preservar aquella base social para la restauración del capitalismo. Pregonó sus baratijas revisionistas por todo el país, atacó abiertamente la línea revolucionaria proletaria del Presidente Mao y la línea de masas y el método de investigación y estudio marxista-leninistas del Presidente Mao. (…)

[En 1965] el Presidente Mao formuló por primera vez esta teoría extremadamente importante: “El blanco principal del actual movimiento son los elementos con poder seguidores del camino capitalista dentro del Partido.” “Entre los elementos con poder seguidores del camino capitalista, algunos actúan sobre el escenario mientras otros operan entre bastidores.” Apoyando a estos elementos “hay algunas gentes a nivel superior-en las comunas, territorios, distritos, prefecturas, e incluso a nivel provincial y en departamentos centrales – que se oponen a la construcción del socialismo”. (…)

En su obra Sobre el tratamiento correcto de las contradicciones en el seno del pueblo, el Presidente Mao enumera seis criterios políticos para juzgar todo tipo de palabras y actos en la vida política de nuestro país. Dice:

“Se pueden formular, en términos generales, los siguientes criterios:

1) Las palabras y actos deben contribuir a unir, y no a dividir, a los pueblos de nuestras distintas nacionalidades;

2) Deben favorecer, y no perjudicar, la transformación y la construcción socialistas;

3) Deben contribuir a consolidar, y no a minar o debilitar, la dictadura democrática popular;

4) Deben contribuir a afianzar, y no a socavar o debilitar, el centralismo democrático;

5) Deben contribuir a fortalecer, y no a descartar o debilitar, la dirección del Partido Comunista;

6) Deben favorecer, y no perjudicar, la unidad socialista internacional y la unidad de los pueblos de todo el mundo amantes de la paz.”

El Presidente Mao nos enseña: “De estos seis criterios, los más importantes son el camino socialista y la dirección del Partido.” Estos dos criterios también son los más importantes en la gran revolución bajo la dictadura del proletariado.

(Reproducido de “Pekín Informa” N° 26 de 1967)

II. SOBRE EL PARTIDO

La construcción del Partido debe ligarse estrechamente con su línea política

(Extractos)

La construcción del Partido está “estrechamente ligada a su línea política”. En el período de la revolución de nueva democracia, el frente único y la lucha armada constituyeron las dos armas básicas con que derrotamos al enemigo. El problema de la construcción del Partido estaba siempre estrechamente ligado “a su manera acertada o incorrecta de tratar las cuestiones del frente único y de la lucha armada”. Nuestro Partido daba un paso adelante en su desarrollo y consolidación cuando trataba en forma correcta las cuestiones del frente único y de la lucha armada; en cambio, daba un paso atrás cuando las trataba incorrectamente a causa de la interferencia y sabotaje de las lineas oportunistas de Chen Tu-siu, Wang Ming y otros. La construcción de nuestro Partido implicaba, por consiguiente, un proceso de lucha entre la línea correcta y las erróneas. (…)

[En el período del socialismo,] Según la línea básica del Partido, su construcción debe vincularse con la lucha entre el proletariado y la burguesía y entre el camino socialista y el capitalista, con el fortalecimiento y la consolidación de la dictadura del proletariado y la perseverancia en la continuación de la revolución bajo esta dictadura. En la complicada lucha de clases, el Partido debe saber distinguir de manera acertada entre los dos tipos de contradicciones de distinta naturaleza-las contradicciones entre nosotros y el enemigo y las existentes en el seno del pueblo-y tratarlas con corrección. Sólo así puede unir al pueblo de todas las nacionalidades para desbaratar las actividades de perturbación y sabotaje de los enemigos de clase de dentro y fuera del país y llevar adelante exitosamente la revolución y construcción socialistas.

El Presidente Mao puntualizó con especial énfasis que los tres grandes movimientos revolucionarios -la lucha de clases, la lucha por la producción, y la experimentación científica – “constituyen una garantía real de que los comunistas se verán libres del burocratismo e inmunes al revisionismo y al dogmatismo, y permanecerán siempre invencibles; una garantía segura de que el proletariado, en unión con las amplias masas trabajadoras, podrá llevar adelante la dictadura democrática”. (…)

El programa fundamental del Partido Comunista de China consiste en derrocar definitivamente a la burguesía y a todas las demás clases explotadoras, sustituir la dictadura burguesa por la dictadura del proletariado y vencer el capitalismo con el socialismo. El objetivo final del Partido es la realización del comunismo. Nuestro Partido es un instrumento con que el proletariado lucha contra la burguesía y las otras clases explotadoras. (…)

Si una organización del Partido pasa por alto o relaja la lucha de clases, no es capaz de desempeñar

el papel de baluarte combativo de la vanguardia del proletariado. Si un comunista hace la vista gorda

ante la realidad de la lucha de clases, difícilmente puede merecer el titulo de combatiente de vanguardia del proletariado. En su verdadero sentido, la vanguardia del proletariado debe actuar de acuerdo con la filosofía de lucha del Partido Comunista, persistir inflexiblemente en la lucha contra el enemigo de clase y las ideas de la burguesía y de todas las demás clases explotadoras. La experiencia ha probado que, dondequiera que la organización del Partido toma constantemente como eslabón clave la lucha de clases y dirige a las masas en el combate contra el enemigo de clase, los miembros del Partido y las masas están llenos de vigor, la revolución y la producción progresan cada día que pasa y se cumplen la línea y política revolucionarias proletarias del Presidente Mao. Por el contrario, allí donde la organización del Partido no se empeña en la lucha de clases, prevalece inevitablemente una atmósfera de apatía política y no puede marchar satisfactoriamente ni la revolución ni la producción. (…)

El Presidente Mao señaló: “Hay que practicar el marxismo y no el revisionismo; unirse y no escindirse; ser franco y honrado y no urdir intrigas ni maquinaciones.” Estos son los tres principios básicos de nuestra lucha interna del Partido. Todas las luchas entre las dos líneas en el Partido se han centrado, a fin de cuentas, en si se debe practicar el marxismo o el revisionismo. En el período del socialismo, tal lucha siempre se ha desarrollado en torno al problema de si se debe persistir en la linea básica del Partido o cambiarla. (…)

El principio de “unidad – crítica – unidad” y “sacar lecciones de los errores pasados para evitarlos en el futuro; tratar la enfermedad para salvar al paciente”, principio planteado por el Presidente Mao con relación a todos los camaradas que han cometido errores, es nuestro criterio para hacer en forma correcta la lucha en el Partido. (…)

Es extremadamente indispensable llevar a cabo en todo el Partido la educación en el marxismo-leninismo-pensamiento Mao Tsetung y realizar bien el trabajo de remodelamiento de la concepción del mundo de sus militantes, con el propósito de hacer que nuestro Partido mantenga su naturaleza de vanguardia del proletariado. He aquí un contenido trascendental de la construcción ideológica del Partido. (…) El núcleo del remodelamiento de la concepción del mundo consiste en oponer el materialismo dialéctico al idealismo y la metafísica y oponer el materialismo histórico al idealismo histórico. (…)

La concepción del mundo materialista dialéctica y materialista histórica no cae del cielo, ni es inherente al cerebro del hombre, sino que se obtiene por medio de un prolongado y penoso temple en la práctica de la lucha bajo la guía de la teoría marxista. La transformación del mundo subjetivo del hombre se efectúa en el curso de la transformación del mundo objetivo.

(Reproducido de “Pekín Informa” N° 12 de 1973)

Criticar a fondo la línea revisionista contrarrevolucionaria de Liu Shao-chi en la construcción del Partido

(Extractos)

El Partido es un instrumento de la lucha de clases

Liu Shao-chi volcó todas sus fuerzas para abogar por “la teoría sobre la extinción de la lucha de clases” y por “ser un buen miembro del Partido y construir un buen Partido”. Bajo el rótulo de “partido de bonachones”, pregonaba a gran escala su siniestro libro sobre la “autocultivación” y no decía ni una sola palabra acerca de a qué clase pertenece el partido. Vanamente quería hacer que el partido proletario se divorciara de la lucha de clases, cambiar su naturaleza y convertir nuestro gran Partido en un “partido de bonachones”, o sea, un llamado “partido de todo el pueblo”, un partido fascista burgués. (…)

El declaró abiertamente: “No hay nada que temer incluso si hay diez mil campesinos ricos miembros del Partido en el nordeste”; “hubiera sido mejor si los capitalistas hubieran ingresado en el Partido” (…)

proclamó que “quienes habían confesado y habían realizado actos de capitulación ante el enemigo, también pueden ser elegidos miembros del Comité Central”. (…)

Desacreditar “la teoría de ser instrumento dócil”

El Presidente Mao señaló recientemente: “Un ser humano tiene arterias y venas, a través de las cuales el corazón hace circular la sangre; y respira con los pulmones, expeliendo anhídrido carbónico y absorbiendo fresco oxígeno, esto es, expulsando lo viejo y asimilando lo nuevo. Un partido proletario debe también expulsar lo viejo y asimilar lo nuevo, pues sólo así puede estar lleno de vigor. Sin eliminar lo inútil y absorber sangre fresca, el partido carecerá de vigor.” (…)

El archi traidor Liu Shao-chi esparcía con energía “la teoría de ser instrumento dócil”. Se desgañitaba diciendo: “¿Qué harían ustedes si no sirvieran como instrumentos? ¿Está bien ser instrumentos del Partido? ¿Está bien ser instrumentos dóciles? Yo creo que si.” (…)

[Declaraba] que sólo aquellos que probaran ser “honrados y obedientes” podían ingresar al Partido. Obviamente, la “honradez” de que hablaban requería que los miembros del Partido coexistieran pacíficamente con los enemigos de clase y se hicieran los de la vista gorda ante las actividades criminales del puñado de agentes secretos enemigos, renegados y recalcitrantes dirigentes seguidores del camino capitalista destinadas a restaurar el capitalismo, mientras la llamada “obediencia” requería que los miembros del Partido y las masas revolucionarias obedecieran al puñado de dirigentes seguidores del camino capitalista y les sirvieran de instrumentos dóciles para la restauración del capitalismo. (…)

Refutación a “la teoría de que las masas son atrasadas”

El Presidente Mao señaló hace poco: “Un principio básico del Partido Comunista es apoyarse directamente en las grandes masas populares revolucionarias.” (…)

El archiesquirol Liu Shao-chi, sin embargo, consideraba a las masas como “populacho” y como “ignorantes y simplonas”. Clamaba salvajemente por “luchar contra las ideas retrógradas y el fenómeno del atraso entre las masas”. Blandiendo “la teoría de que las masas son atrasadas”, él y el puñado de sus agentes mantuvieron fuera del Partido a un vasto número de obreros destacados con espíritu revolucionario proletario y ejercieron sobre ellos una dictadura burguesa. (…)

Pregonando a voz en cuello “la teoría de que las masas son atrasadas”, Liu Shao-chi trató vanamente de separar al Partido de las masas y socavar las estrechas relaciones entre el Partido y las masas, de impedir que el Partido asimilara sangre fresca, para que perdiera su vitalidad revolucionaria y degenerara de manera gradual, y de convertir al grande, glorioso y correcto Partido Comunista de China en un instrumento para la restauración del capitalismo. (…)

Repudio total a “la teoría sobre el ingreso en el Partido para ser un funcionario” propugnada por Liu Shao-chi

El que un comunista sea trabajador común y servidor del pueblo, o funcionario y señorón, es la diferencia entre la línea del Presidente Mao en la construcción del Partido y la línea revisionista de Liu Shao-chi en este mismo aspecto.

“Nosotros, los comunistas, no pretendemos ser funcionarios, sino que queremos hacer la revolución. Todos nosotros debemos tener un consecuente espíritu revolucionario y no debemos divorciarnos, ni por un momento, de las masas.” (…)

Pero, con la intención de restaurar el capitalismo, Liu Shao-chi pregonaba enérgicamente “la teoría sobre el ingreso en el Partido para ser un funcionario”. Decía sin vergüenza: “En los viejos días, cuando uno lograba pasar por el examen imperial en el nivel distrital, podía ser funcionario; hoy también se puede ser funcionario al ingresar en el Partido Comunista. Tal miembro del Partido será incluido en la lista de cuadros venideros.”

“La teoría sobre el ingreso en el Partido para ser un funcionario” es un fuerte corrosivo destinado a envenenar a los débiles de voluntad, con el objeto de llevarlos al camino revisionista de buscar sólo puestos de funcionarios sin querer hacer la revolución, de poder ser solamente funcionarios y no gente común. (…)

En 1964, el Presidente Mao nuevamente nos enseñó: “Hay que persistir firmemente en el sistema de la participación de los cuadros en el trabajo colectivo de producción. Los cuadros de nuestro Partido y nuestro Estado son trabajadores comunes y no señores que cabalgan sobre el pueblo. Participando en el trabajo colectivo de producción, los cuadros mantienen los vínculos más amplios, constantes y estrechos con el pueblo trabajador. Esta es una medida cardinal y de importancia fundamental en el sistema socialista, una medida que contribuye a superar el burocratismo y a prevenir el revisionismo y el dogmatismo.” Recientemente, el Presidente Mao señaló: “El envío de las grandes masas de cuadros a incorporarse al trabajo manual les ofrece una magnífica oportunidad para que aprendan de nuevo.” (…)

Desacreditar completamente “la teoría de la paz en el Partido”

(…) El gran líder el Presidente Mao hace mucho tiempo señaló sabiamente: “Dentro del Partido se producen constantemente oposición y lucha entre diferentes ideas. Este es el reflejo, en el Partido, de las contradicciones entre las clases y entre lo nuevo y lo viejo en la sociedad.” Desde el primer día de su existencia, el Partido Comunista de China, fundado personalmente por el Presidente Mao, ha crecido y se ha fortalecido en medio de constantes luchas contra las líneas oportunistas de “izquierda” y de derecha. Sin lucha es imposible para nuestro Partido desarrollarse y avanzar.

Durante décadas, Liu Shao-chi hizo todos los esfuerzos para pregonar “la teoría de la paz en el Partido”, en un vano intento de suprimir la activa lucha ideológica en el Partido, de sofocar el espíritu revolucionario de nuestro Partido y de acabar con su vida. (…)

El Presidente Mao nos enseña: Un comunista “debe estar pleno de vigor, debe poseer una firme voluntad revolucionaria”, “en cualquier momento y dondequiera que esté, ha de adherirse a los principios justos y luchar infatigablemente contra todas las ideas y acciones erróneas”.

Sin embargo, “la teoría de la paz en el Partido” de Liu Shao-chi preconizaba una paz sin principios, en

un vano intento de dejar que se difundieran en forma desenfrenada las ideas burguesas, de corromper las organizaciones del Partido y de desarmar ideológicamente a los comunistas. (…)

“La teoría sobre la fusión de los intereses públicos y privados” es un veneno que corrompe el alma de los militantes del Partido

¿Que clase de concepción del mundo debe tener un comunista? En una de sus charlas, Liu Shao-chi dijo con presunción: “En las condiciones del socialismo, el que trabaje exclusivamente por intereses personales no los obtendrá. En cambio, servir al pueblo con total dedicación traerá intereses personales.” “Los beneficios vienen después, y ésta es una cuestión de concepción del mundo.” (…)

El núcleo de la concepción proletaria del mundo es “servir de todo corazón al pueblo”, “total dedicación a los demás sin la menor preocupación de sí mismo”, o sea, la dedicación al interés público. El núcleo de la concepción burguesa del mundo es disputarse la fama, el lucro y el poder personales, o sea, el egoísmo. La esencia de que “los beneficios vienen después” es “la teoría sobre la fusión de los intereses públicos y privados” propugnada por Liu Shao-chi, es la concepción burguesa del mundo de trabajar enteramente por intereses egoístas.

¿Qué son los “beneficios”? Las diferentes clases tienen diferentes puntos de vista.

El Presidente Mao nos enseña que debemos “partir en cada caso de los intereses del pueblo” y “ser muy útiles al pueblo”. Armados con el invencible pensamiento de Mao Tse-tung, los combatientes proletarios de vanguardia consideran como el mayor “beneficio” la liberación completa del pueblo chino y de todos los pueblos del mundo y la materialización del gran ideal del comunismo. (…)

¿Cuáles son los llamados “beneficios” de que hablaba Liu Shao-chi? Son los “intereses personales”, es decir, disfrutar de “posición y fortuna durante toda la vida”, “superar a otros”, “ser la persona N.° 1 ó N.’ 2” en China, etc., los cuales él ha buscado y acerca de los cuales ha hablado con goce durante toda su vida. En una palabra, son fama, lucro y poder personales. (…)

(Reproducido de “Pekín Informa” N°51 de 1968)

El elemento esencial del libro sobre la “autocultivación” es la traición a la dictadura del proletariado

(Extractos)

¿Cuál es el elemento esencial en este libro?

Es la traición a la teoría marxista-leninista de la dictadura del proletariado. Y la traición a la teoría de la dictadura del proletariado significa completa y total traición al propio marxismo-leninismo y a la causa revolucionaria del proletariado. (…)

Lenin señaló enfáticamente hace 50 años:

“Lo fundamental en la doctrina de Marx es la lucha de clases. Así se dice y se escribe muy frecuentemente. Pero no es exacto. De esta inexactitud se deriva con gran frecuencia la tergiversación oportunista del marxismo, su falseamiento en un sentido aceptable para la burguesía. Porque la teoría de la lucha de clases no fue creada por Marx, sino por la burguesía, antes de Marx, y es, en términos generales, aceptable para la burguesía. Quien reconoce solamente la lucha de clases no es aún marxista, puede mantenerse todavía dentro del marco del pensamiento burgués y de la política burguesa. Circunscribir el marxismo a la teoría de la lucha de clases es limitar el marxismo, tergiversarlo, reducirlo a algo que la burguesía puede aceptar. Marxista sólo es el que hace extensivo el reconocimiento de la lucha de clases al reconocimiento de la dictadura del proletariado. En ello estriba la más profunda diferencia entre un marxista y un pequeño (o un gran) burgués adocenado. En esta piedra de toque es en la que hay que contrastar la comprensión y el reconocimiento real del marxismo.” (…)

Durante la Guerra de Resistencia contra el Japón, el Presidente Mao señaló: “La tarea central y la forma más alta de toda revolución es la toma del Poder por medio de la fuerza armada, es decir, la solución del problema por medio de la guerra.”. “Es en medio de guerras revolucionarias que nuestro Partido se ha desarrollado, consolidado y bolchevizado. Sin la lucha armada, el Partido Comunista no habría llegado a ser lo que es hoy.” Es obvio que el desarrollo, consolidación y construcción del Partido así como la transformación ideológica de sus militantes no pueden tratarse fuera del contexto de las guerras revolucionarias y de la toma del Poder por medio de la fuerza armada. Sin embargo, en los años de guerra cuando los cañones rugían, en los años de la toma del Poder, el máximo de los elementos con poder seguidores del camino capitalista dentro del Partido pretendía que la gente se sumergiera en la “autocultivación” olvidando la tarea fundamental de tomar el Poder mediante la fuerza armada. ¡La “autocultivación” de este tipo sólo puede “cultivar” filisteos que no participan en la guerra revolucionaria ni desean tomar el Poder! Los filisteos producto de tal “cultivación” nada tienen de comunistas, sino que son socialdemócratas de la II Internacional.

Cuando salió en agosto de 1949 una edición revisada del libro sobre la “autocultivación” de los comunistas, y cuando se volvió a publicar con muchos agregados y recortes en agosto de 1962, ofreció la misma mercancía de antes. Aunque revisado y reeditado en estas fechas, el libro no sólo no menciona una sola palabra acerca de la revolución socialista ni la lucha de clases en la sociedad socialista, sino que mantiene absoluto silencio sobre la dictadura del proletariado. El máximo de los elementos con poder seguidores del camino capitalista dentro del Partido se contrapuso descaradamente a toda una serie de grandes obras del Presidente Mao. (…)

Aunque revisado y reimpreso muchas veces, el libro sobre la “autocultivación” no se refiere a la toma del Poder mediante la fuerza armada ni a la dictadura del proletariado. ¿Se trata de un descuido casual? No. El libro aborda la cuestión del Estado. Un marxista no puede, en modo alguno, abordar esta cuestión sin mencionar la naturaleza de clase del Estado y la dictadura del proletariado. Pero el libro sobre la “autocultivación” excluye precisamente esta dictadura y habla en abstracto del problema del Estado, a la manera de los eruditos a sueldo de la burguesía.

El autor del libro sobre la “autocultivación” dice que el proletariado “puede establecer un aparato partidario y estatal con estricta organización y disciplina para llevar a cabo una lucha irreconciliable contra toda forma de corrupción, burocracia y degeneración y eliminar incesantemente del Partido y de los organismos estatales a aquellos elementos que se hayan corrompido, burocratizado y degenerado en su trabajo”, con el propósito de “preservar la pureza del Partido y de los organismos estatales”. Cabe preguntar: ¿Cómo puede establecer el proletariado su aparato estatal? ¿Puede hacerlo sin una revolución violenta? ¿Puede hacerlo sin aplastar la vieja máquina estatal? El libro descarta precisamente estos principios fundamentales del marxismo-leninismo. Parecería, según el autor, que, mientras los comunistas concentren sus esfuerzos en la “autocultivación”, un “Estado ideal” descenderá de los cielos. Sus sueños no son otra cosa que un Estado burgués.

En la edición de 1962 del libro se agrega especialmente al pasaje citado lo siguiente: “establecer un apa-rato estatal centralizado y a la vez democrático”. Esta adición deliberada indica cómo considera el autor la naturaleza de nuestro Estado. No obstante, ni aquí ni en ninguna otra parte del libro hace la más mínima mención de la dictadura sobre el enemigo de clase. El Presidente Mao dice que nuestro Estado proletario ejerce la dictadura sobre el enemigo de clase y “practica el centralismo democrático en el seno del pueblo”. Al calificar a nuestro Estado como meramente “centralizado y a la vez democrático”, sin dictadura sobre el enemigo, ¿qué hace el autor del libro sobre la “autocultivación” si no oponerse a la dictadura del proletariado, predicar la teoría de Jruschov de “Estado de todo el pueblo” y propugnar la dictadura de la burguesía?

El libro se explaya para describir “la causa del comunismo como la más grande y más ardua empresa de

la historia humana”. Un marxista debería encontrar aquí imperativo referirse a la necesidad de pasar por

la dictadura del proletariado para poder llegar al comunismo. Pero el autor no dice ni una palabra sobre

esta dictadura. “¿Qué es, pues, la causa del comunismo? ¿Cómo deben dedicarse a ella los militantes del Partido?” El autor responde: “En ese mundo no habrá explotadores ni opresores, no habrá terratenientes, capitalistas, imperialistas ni fascistas. Tampoco existirán pueblos oprimidos y explotados, ni obscuridad, ignorancia, retraso, etc. En tal sociedad, la humanidad toda estará compuesta de comunistas desinteresados, inteligentes y de elevado nivel cultural y técnico; entre los hombres reinará la asistencia y el cariño mutuos y no habrá cosas irracionales como la sospecha y el engaño recíprocos, el perjuicio y el asesinato de unos contra otros, la guerra, etc. Será, por supuesto, la mejor, la más hermosa, la más avanzada sociedad de la historia humana.” (…)

En opinión del autor, la sociedad comunista es un lecho de rosas, sin oscuridad ni contradicción; todo está bien, no hay opuestos. De allí en adelante la sociedad dejaría de desarrollarse. No sólo la sociedad jamás cambiaría cualitativamente, sino que, al parecer, tampoco cambiaría jamás en lo cuantitativo; el desarrollo de la sociedad tocaría entonces a su fin y ésta permanecería inmutable para siempre. Aquí el autor echa por la borda una ley marxista fundamental: el desarrollo de todas las cosas y de cualquier sociedad humana es impulsada por la lucha de opuestos, por la contradicción. Aquí el autor predica la metafísica y repudia la gran teoría del materialismo dialéctico y del materialismo histórico.

(Reproducido de “Pekín Informa” N° 20 de 1967).

III. SOBRE EL PROBLEMA MILITAR

Divergencias básicas entre la línea militar proletaria y la burguesa

(Extractos)

Dar o no prioridad a la política proletaria constituye el foco de la lucha entre la linea militar del Presidente Mao y la línea militar burguesa en la construcción del ejército

En los 40 años transcurridos, la lucha entre la línea del Presidente Mao y la línea de la burguesía en la construcción del ejército se ha centrado invariablemente en la cuestión fundamental de poner en primer lugar la política o los asuntos militares, de dar prioridad a la política o a los asuntos militares.

La quintaesencia del pensamiento y línea del Presidente Mao sobre la construcción del ejército es dar prioridad a la política proletaria. Esto es, primero y ante todo, construir un ejército en lo político.

El Presidente Mao señaló (…) : “Lo militar constituye tan sólo uno de los medios para cumplir las tareas políticas”. «El Ejército Rojo de China es una organización armada que ejecuta las tareas políticas de la revolución.” (…)

Los representantes de la burguesía, tales como Peng De-juai y Luo Rui-ching, que se infiltraron en el Partido, siempre combatieron el pensamiento y la línea del Presidente Mao sobre la construcción del ejército. Siempre se opusieron a dar prioridad a la política proletaria y, en lugar de ello, abogaron por colocar en primer plano los asuntos militares, la técnica. (…)

Dar prioridad a la política es dar prioridad al pensamiento de Mao Tse-tung, armar a las masas de mandos y combatientes con el pensamiento de Mao Tse-tung y establecer la autoridad absoluta del pensamiento de Mao Tse-tung. El gran pensamiento- de Mao Tse-tung es el alma de nuestro ejército, la piedra angular en la construcción de nuestro ejército y la garantía básica de que nuestro ejército nunca cambiará de color.

Llevado por su ambición personal y su instinto de clase reaccionaria, Luo Rui-ching temía y odiaba mortalmente el pensamiento de Mao Tse-tung. (…)

Al mismo tiempo, idolatraba al libro sobre la “autocultivación” escrito por el Jruschov chino, y dio personalmente la orden de que este libro fuera adoptado como lectura obligatoria para todo el ejército. (…)

Luo Rui-ching utilizaba las competencias de técnicas de combate para acometer contra la política y el estudio de las obras del Presidente Mao. (…)

(…) dar prioridad o no a la política proletaria, trabajar o no por la revolucionarización ideológica del hombre constituye un importante problema que atañe a si el ejército proletario degenerará o no, a si el fusil estará en las manos del proletariado o en las de la burguesía. En definitiva, atañe a si el proletariado puede o no consolidar su Poder después de haberlo conquistado.

Librar o no una guerra popular representa la línea divisoria entre el pensamiento militar del Presidente Mao y el pensamiento militar burgués

La gran teoría del Presidente Mao sobre la guerra popular ha desarrollado el marxismo-leninismo en forma creadora y con genio. No sólo señala al pueblo chino el único camino correcto para el logro de la victoria a escala nacional sino que indica el sendero hacia la emancipación total para las naciones y clases oprimidas del mundo entero. (…)

Intentar librar una guerra popular o no, atreverse a emprender una guerra popular o no, es la linea divisoria entre el pensamiento militar del Presidente Mao y el pensamiento militar burgués, la piedra de toque para discernir entre el marxismo-leninismo y el revisionismo, entre la verdadera revolución y la falsa.

El Presidente Mao nos enseña: “La guerra revolucionaria es la guerra de las masas, y sólo puede realizarse movilizando a las masas y apoyándose en ellas.” “Uniendo a los millones y millones de hombres del pueblo en torno al gobierno revolucionario y desarrollando nuestra guerra revolucionaria, podremos aniquilar a toda contrarrevolución.” (…)

Como sucede con todos los oportunistas, el pensamiento militar de Luo Rui-ching está basado sobre la teoría de que las armas lo deciden todo. El no confía en las masas en absoluto, ni se apoya en ellas. Se opone a armarlas, al sistema de milicias y al gran concepto estratégico del Presidente Mao sobre la guerra popular.

El Jruschov chino sostiene que la técnica ocupa el primer lugar y que la técnica lo decide todo. Luo Ruiching sostiene que, con nuevos equipos técnicos, “se puede aniquilar a cualquier enemigo invasor en el mar, en el aire o en la base desde la cual lance el ataque”. Ellos usan la teoría de obtener la victoria mediante armas superiores para oponerse a armar a las masas populares, y a enfrentar la agresión imperialista con la guerra popular. Piensan que se puede derrotar al enemigo apoyándose únicamente en el equipo técnico. Esto es un típico pensamiento militar burgués. (…)

Nuestro gran líder el Presidente Mao ha explicado en la forma más cabal y profunda la importancia de armar a las masas. Después de alcanzada la victoria en todo el país, el Presidente Mao nos ha enseñado una y otra vez: “Como los imperialistas cometen tantos atropellos contra nosotros, tenemos que tratarlos con toda seriedad. No solamente debemos poseer un poderoso ejército regular, sino también organizar contingentes de milicia popular en todas partes, de modo que los imperialistas, en caso de agredirnos, difícilmente puedan moverse un solo palmo en nuestro país.” “Si el imperialismo se atreve a desencadenar una guerra de agresión contra nuestro país, entonces convertiremos en soldados a toda nuestra nación; la milicia popular operará en coordinación con el Ejército Popular de Liberación y lo reforzará en todo momento para derrotar por completo a los agresores.” (…)

El Jruschov chino y su agente Luo Rui-ching consideran que la milicia organizada conforme al pensamiento de Mao Tse-tung es un gran obstáculo para su usurpación de la dirección del Partido y del ejército y para su restauración del capitalismo. Recurrieron a mil y un medios para socavar la construcción de la milicia y oponerse a armar a las masas populares. Por otra parte, en la construcción de la milicia, trataron de difundir el punto de vista puramente militar y se opusieron a dar prioridad a la política proletaria. Intentaron estérilmente remodelar nuestra milicia con la concepción burguesa del mundo y convertirla en un instrumento que les sirviera para hacer realidad sus ambiciones personales. (…)

Conforme a esta intención de su amo, Luo Ruiching trató, al principio, por todos los medios de impedir la transmisión de las instrucciones del Presidente Mao sobre el fortalecimiento de la construcción de las fuerzas locales. Durante cinco años enteros, se negó a llevarlas a efecto. Más tarde, aunque simulaba aceptarlas, en realidad las violaba y las pasaba por alto repetidamente. Por todos los medios posibles trató de socavar la construcción de las fuerzas locales. (…)

Si el imperialismo nos invade, la milicia no sólo será una reserva inagotable para nuestro ejército, sino que puede dirigir a las vastas masas populares en el despliegue de una amplia guerra de guerrillas. Las fuerzas locales son la espina dorsal en la lucha regional contra el enemigo. Conducen a las grandes masas milicianas a operar en enérgica coordinación con las fuerzas principales y, continuamente, se expanden y se transforman en fuerzas principales. (…)

La defensa activa y la defensa pasiva son dos principios diametralmente opuestos de guía estratégica pertenecientes respectivamente a la linea militar del Presidente Mao y a la línea militar burguesa

El Presidente Mao nos enseña: “La defensa activa se denomina también defensa ofensiva o defensa por combates decisivos. La defensa pasiva se llama también defensa puramente defensiva o defensa pura. La defensa pasiva es en realidad una falsa defensa. Sólo la defensa activa es una defensa verdadera, efectuada con el objetivo de pasar a la contraofensiva y a la ofensiva.” (…)

[Luo Rui-ching y Peng To-juai] dieron, de hecho, apoyo y ayuda al Kuomintang. Luego de usurpar un importante cargo en nuestro ejército, Luo Ruiching volcó todas sus energías a abogar por la errónea política de defensa pasiva, con el objeto de satisfacer las necesidades de la línea capitulacionista de clase y capitulacionista nacional del Jruschov chino. (…)

En vísperas de la gran revolución cultural proletaria, iniciada y dirigida personalmente por el Presidente Mao, el complot del revisionista contrarrevolucionario Luo Rui-ching para oponerse al Presidente Mao, al pensamiento de Mao Tse-tung y a su línea militar, y para usurpar la dirección del ejército y oponerse al Partido, cayó en completa bancarrota. La línea militar burguesa reaccionaria seguida por él, y él mismo, fueron repudiados por los mandos y combatientes de todo el ejército. (…)

Debemos destruir enérgicamente la línea militar burguesa y erradicar su venenosa influencia. Debemos establecer en forma vigorosa la autoridad absoluta del pensamiento de Mao Tse-tung y de su línea militar, dar siempre prioridad a la política proletaria, dar nuevos pasos para el fomento de la revolucionarización ideológica y organizativa de todo el ejército, asegurar que los fusiles estén firmemente y en todo momento en manos del proletariado y defender la dictadura del proletariado para que nuestro inexpugnable Estado proletario jamás cambie de color.

(Reproducido de “Pekín Informa” N° 48 de 1967)

El proletariado debe empuñar el fusil con firmeza

(Extractos)

El máximo de los elementos con poder seguidores del camino capitalista dentro del Partido en China, al igual que todos los revisionistas contrarrevolucionarios, siempre se ha opuesto a la lucha armada, ha pregonado el camino parlamentario y ha impulsado el capitulacionismo con toda su fuerza. (…)

El Presidente Mao dice: “Sólo con el fusil se puede transformar el mundo entero.” Este es el resumen de la experiencia ganada a costa de sangre por el proletariado de China y del mundo. Es una verdad universal del marxismo-leninismo. Esta verdad está siendo asimilada día a día por el proletariado y los pueblos y naciones oprimidos del mundo entero. Los pueblos revolucionarios de muchas regiones de Asia, África y América Latina están alzándose y expulsando a los cabecillas oportunistas. Están empuñando con coraje el fusil, formando ejércitos populares, librando luchas armadas, rebelándose en alto grado contra el imperialismo y todos los reaccionarios acaudillados por los EE.UU., y contra los revisionistas contemporáneos cuyo centro es la camarilla dirigente del Partido Comunista de la Unión Soviética, e inician una grandiosa lucha, heroica e inflexible, contra el viejo mundo.

Durante todo el período del socialismo, la lucha de clases encuentra expresión concentrada en la lucha que libra la burguesía por la restauración y la que libra el proletariado contra la restauración. Al empeñarse en la restauración no cabe duda que la burguesía procura controlar el ejército y empuñar el fusil. Con el fin de consolidar la dictadura del proletariado y aplastar la conspiración de la burguesía para retornar, es imperativo que el proletariado también empuñe con firmeza el fusil y mantenga sólidamente el ejército. Por un lapso bastante largo después de la toma del poder, el proletariado encara el peligro de perderlo; similarmente, después de establecer el ejército, encara aún el peligro de perderlo. Si se pierde el ejército y su Poder es usurpado por los elementos nocivos, entonces todo lo conquistado por el proletariado y el pueblo trabajador se perderá. La usurpación del Poder en el ejército y el golpe de Estado contrarrevolucionario de la camarilla revisionista jruschovista en la URSS dan una seria lección. (…)

Con miras a alterar la naturaleza proletaria de nuestro ejército y usurpar el poder militar, Peng De-juai, Luo Rui-ching y sus semejantes dirigieron en primer lugar la punta de lanza contra el pensamiento de Mao Tse-tung. Peng De-juai lo atacó canallescamente diciendo que las “obras del Presidente Mao podían servir sólo como referencia pero no como guía en operaciones de guerra y en el entrenamiento de unidades armadas”. Luo Ruiching pregonó la tontería de que considerar las enseñanzas del Presidente Mao como nuestras instrucciones supremas no “concuerda con el sistema de nuestro Estado”. (…)

Con el propósito de cambiar la naturaleza proletaria de nuestro ejército y usurpar el poder militar, Peng Dejuai, Luo Rui-ching y otros revisionistas contrarrevolucionarios hicieron esfuerzos desesperados para oponerse a dar prioridad a la política proletaria, diseminaron una serie de basura revisionista traída del extranjero y pusieron en práctica la regularización burguesa para combatir la revolucionarización proletaria. Colocaron la técnica militar en el lugar de honor y negaron que el trabajo político e ideológico era el factor de importancia primordial en la determinación de la capacidad de combate.

El punto de vista de que la técnica militar es el criterio básico para determinar la capacidad de combate de un ejército es un punto de vista militar ciento por ciento burgués. ¿Qué proporciona a nuestro ejército la mayor capacidad de combate? ¿Son sus aviones, sus cañones, o sus bombas atómicas? No, en absoluto. Lo que da a nuestro ejército su mayor poderío de combate es el invencible pensamiento de Mao Tse-tung, son los combatientes revolucionarios que cuentan con alta conciencia política y están pertrechados con el pensamiento de Mao Tse-tung. Oponerse a dar prioridad a la política proletaria y poner la técnica militar en el primer lugar significa dar prominencia a la política burguesa. (…)

En su libro El trabajo político de los ejércitos que luchan contra el Japón, Luo Rui-ching no hizo mención de la lucha de clases ni de la toma del Poder por el proletariado, y, estimando al enemigo del pueblo como su padre, colocó incluso como contenido básico del trabajo político para el ejército “la grandeza del generalísimo Chiang Kai-shek y su vida”, la “sabiduría, amor y valentía”, y la “lealtad y benevolencia” defendidas por Chiang Kai-shek. Lo que él y otros difundían era la política absolutamente reaccionaria del Kuomintang. (…)

En una palabra, Peng De-juai, Luo Rui-ching y semejantes, agentes del Jruschov de China dentro del ejército, trataron de transformar nuestro ejército mediante una serie de baratijas revisionistas contrarrevolucionarias y burguesas y usurpar la dirección del ejército. De haber alcanzado la meta por la cual complotaban y tomado el fusil en sus manos, nuestro Estado habría cambiado su color político; nuestro Partido y nuestro Estado habrían perecido y nosotros habríamos sido asesinados.

(Reproducido de “Pekín Informa” N° 32 de 1967)

Mantengamos en alto la gran bandera roja del pensamiento de Mao Tse-tung y critiquemos y repudiemos completamente la línea militar burguesa

(Extractos)

El Presidente Mao señaló en la resolución de la Reunión de Gutien: “Lo militar constituye tan sólo uno de los medios para cumplir las tareas políticas.” “El Ejército Rojo de China es una organización armada que ejecuta las tareas políticas de la revolución.” “El Ejército Rojo de ningún modo debe limitarse a combatir; además de combatir para destruir las fuerzas militares del enemigo, debe tomar sobre sí importantes tareas tales como hacer propaganda entre las masas, organizarlas, armarlas, ayudarlas a establecer el Poder revolucionario, y hasta establecer organizaciones del Partido Comunista. El Ejército Rojo no combate meramente por combatir, sino para hacer propaganda entre las masas, organizarlas, armarlas y ayudarlas a establecer el Poder revolucionario. Sin estos objetivos, combatir carecerá de sentido, y el Ejército Rojo perderá su razón de ser.”

Esta serie de tesis científicas del Presidente Mao resolvieron con genio y en forma creadora la relación entre los asuntos militares y la política, desarrollaron enormemente las teorías del marxismo-leninismo y sentaron las bases del pensamiento militar de Mao Tse-tung. El núcleo del pensamiento militar del Presidente Mao es dar prioridad a la política proletaria y enfatizar la construcción del ejército en lo político, atribuir plena importancia al papel decisivo del factor humano y el factor político-ideológico y desplegar al máximo la iniciativa de las masas de los soldados y del pueblo en la guerra. Conforme a las enseñanzas del Presidente Mao, los asuntos militares deben subordinarse a la política y nuestro ejército es una organización armada para cumplir las tareas políticas de la revolución. Nuestro ejército no sólo es un destacamento de combate. Es al mismo tiempo un destacamento de trabajo y un destacamento de producción. Nuestro ejército debe colocarse bajo la dirección absoluta del Partido Comunista de China guiado por el pensamiento de Mao Tse-tung; debe seguir el principio de que el Partido manda al fusil y nunca se permitirá que el fusil mande al Partido. Al combatir, nuestro ejército de ningún modo se apoya meramente en las armas y la técnica, sino que se apoya principalmente en la política, en la conciencia y el espíritu revolucionario del hombre y en la unidad entre oficiales y soldadas, entre los niveles superiores e inferiores, entre el ejército y el gobierno, y entre el ejército y el pueblo. El trabajo político-ideológico forma la arteria vital de nuestro ejército. Esto va en diametral oposición a la línea militar burguesa, al punto de vista puramente militar de la burguesía y a la teoría burguesa de que las armas lo deciden todo, así como a la teoría militar y el sistema de administración de la burguesía.

(Reproducido de “Pekín Informa” N° 32 de 1967)

IV. SOBRE LAS MASAS

¿”Dirigente del movimiento obrero”o vendeobreros N° 1 ?

(Extractos)

Antes de que la clase obrera conquiste el Poder, ¿debe librar una lucha económica legal para mendigar unos mínimos “beneficios” inmediatos de la clase gobernante o debe derribar por completo el régimen reaccionario y tomar en sus manos el Poder? Este ha sido siempre un punto focal en la lucha entre los marxistas, por un lado, y los revisionistas y reformistas, por el otro. (…)

El Presidente Mao nos enseña: “Todas las luchas revolucionarias del mundo tienen por objetivo tomar el Poder y consolidarlo.” “La tarea central y la forma más alta de toda revolución es la toma del Poder por medio de la fuerza armada, es decir, la solución del problema por medio de la guerra.” “La lucha armada del Partido Comunista de China toma la forma de una guerra campesina bajo la dirección del proletariado.” “Todas las demás formas, como la organización de las masas populares y la lucha de las mismas, son también muy importantes y absolutamente indispensables, y de ningún modo deben ser dejadas de lado, pero el objetivo de todas ellas es servir a la guerra. .. se coordinan en forma directa o indirecta con la guerra.”

Estas grandes enseñanzas del Presidente Mao señalan que la orientación y la tarea generales del movimiento obrero son organizar y levantar a la clase obrera, trabajar directa o indirectamente en coordinación con la guerra revolucionaria campesina dirigida por el Partido y luchar para cercar las ciudades desde el campo y, finalmente, tomar el Poder por medio de la lucha armada.

El Jruschov chino (…) se opuso a la lucha política, a la coordinación del movimiento obrero con la lucha armada y a la toma del Poder cercando las ciudades desde el campo. (…)

Su línea completa residía en que “la lucha económica lo es todo y todo para la lucha económica”. Al pregonar la “lucha económica”, pretendía en realidad luchar sólo por una “legislación” que diera a los obreros mejores condiciones para vender su fuerza de trabajo, colocando así la lucha dentro de los marcos permitidos por los reaccionarios del Kuomintang, sin atreverse a tocar ni un pelo del régimen de Chiang Kai-shek.

El marxismo-leninismo, pensamiento de Mao Tse-tung, jamás niega la necesidad de la lucha económica, pero sostiene que la lucha económica debe combinarse con la lucha política, (…) Si el movimiento obrero está divorciado de la lucha política y de la toma del Poder por la fuerza de las armas y se limita a la lucha económica y legal, es imposible derribar la dominación del imperialismo, del feudalismo y del capitalismo burocrático (…) y también resulta imposible resolver las “demandas económicas”. (…)

[En la etapa del socialismo] ¿debemos persistir en la dictadura del proletariado, llevar la revolución socialista hasta el fin, desarrollar la economía socialista y esforzarnos por hacer realidad el comunismo o debemos abolir la revolución socialista, ocuparnos únicamente en la producción material, abandonar los intereses fundamentales de la consolidación del Poder proletario, llevar a los obreros a la busca de ventajas económicas inmediatas y abrir así el camino para la restauración del capitalismo? Este es uno de los puntos focales de la lucha entre el marxismo-leninismo, pensamiento de Mao Tse-tung, y el revisionismo en el movimiento obrero después de la toma del Poder por la clase obrera’. (…)

[Liu Shao-chi planteó] consignas tales como “el movimiento por la producción es precisamente el movimiento obrero” y “esforzarse por la subsistencia de los obreros”, para oponerse a que los sindicatos se entregaran al trabajo revolucionario y político. Propugnó que los sindicatos se preocuparan solamente de la producción y el bienestar, intentando desviar el movimiento obrero. (…)

Los marxistas no se oponen al desarrollo de la producción, sino que están por el desarrollo activo de ésta. Siempre sostienen que el desarrollo de la economía socialista es una de las tareas básicas de la dictadura del proletariado. Sin embargo, el: desarrollo de la producción socialista debe poner al mando la política proletaria y tomar la revolución socialista como fuerza motriz, es decir, “empeñarse en la revolución y promover la producción”. (…)

El sindicato es producto de la lucha de clases e instrumento para ella. Mientras existan clases y lucha de clases en la sociedad, es imposible que los sindicatos sean “de todo el pueblo”.

El Jruschov chino trató en mil y una formas de convertir los sindicatos en “sindicatos de todo el pueblo”. (…)

Una diferencia fundamental entre los marxistas y los revisionistas en el movimiento obrero radica en la

cuestión de si los sindicatos deben o no aceptar la dirección del partido de la clase obrera. Inevitablemente, los defensores del economismo son al mismo tiempo sindicalistas y niegan que el Partido es la forma más alta de organización de la clase obrera y se oponen a que el Partido ejerza la dirección sobre los sindicatos. Así lo hacía también el Jruschov chino.(…)

El Jruschov chino consideró el invencible pensamiento de Mao Tse-tung como el mayor obstáculo en su intento de usurpar la dirección del Partido y del Gobierno y restaurar el capitalismo en China. (…)

El pensamiento de Mao Tse-tung es la verdad universal para la revolución de todos los pueblos oprimidos y la garantía fundamental para la consolidación de la dictadura del proletariado por parte de la clase obrera que haya tomado el Poder. La tarea fundamental del movimiento obrero es inculcar el pensamiento de Mao Tse-tung a las masas obreras, armarlas con este invencible pensamiento (…)

(Reproducido de “Pekín Informa” N° 50 de 1967)

La lucha entre los dos caminos en el campo chino

(Extractos)

Antes de cumplida en lo fundamental la transformación socialista de la agricultura, hizo todo lo posible para proteger y desarrollar la economía de campesino rico y oponerse a la colectivización socialista de la agricultura. Y después de esa transformación, hizo grandes esfuerzos para la restauración capitalista y trató de desintegrar la economía colectiva socialista. (…)

El Jruschov de China resumió toda su teoría antisocialista en un programa que niega la revolución socialista, a saber, “en el presente debemos esforzarnos por la consolidación del sistema de nueva democracia” (…)

[Liu Shao-chi] tuvo la audacia de calumniar la línea socialista de cooperativización agrícola calificándola de “ilusión”. (…)

[En 1955] confabulándose con otro máximo elemento con poder seguidor del camino capitalista dentro del Partido, elaboró una política reaccionaria de “frenar”, “disminuir” y “reajustar”, y ratificó personalmente un plan que disminuía drásticamente el número de cooperativas. En poco más de dos meses, se puso fin a doscientas mil cooperativas en todo el país. (…)

el Jruschov de China recogió del basurero revisionista de sus antecesores Bernstein, Kautsky, Bujarin y compañía, la gastada arma de “la teoría de las fuerzas productivas”. (…)

Según su “teoría”, en los países donde las fuerzas productivas no están aún bien desarrolladas, el proletariado y los campesinos pobres y campesinos medios de la capa inferior, después de lograr la victoria en la revolución democrática, no pueden ni deben pasar sin demora de la revolución democrática a la revolución socialista, sino que deben primero permitir el desarrollo del capitalismo. Sin maquinaria ellos merecen ser explotados por los capitalistas y campesinos ricos. (…)

[En 1958, Liu Shao-chi] atacó sin escrúpulos las comunas populares, expresando que “los campesinos no han ganado nada con la economía colectiva en los últimos años”‘. A consecuencia de esta incitación suya apareció en las zonas rurales el siniestro viento del san zi yi bao (que significa: el aumento de tierras de uso privado, de mercados libres y de empresas responsables de sus propias ganancias o pérdidas, y la fijación de cuotas de producción agrícola en base a la familia). (…)

En este punto, el otro máximo elemento con poder seguidor del camino capitalista dentro del Partido dijo, utilizando una forma figurada: “Mientras pueda elevar la producción, el cultivo individual es admisible. Sean blancos o negros los gatos, son buenos si cazan ratones.’ (…)

[Según la línea del Presidente Mao para el movimiento de educación socialista en el campo] es imperativo “tomar como principio guía la lucha de clases, tomar como principio guía la lucha entre los dos caminos, el socialismo y el capitalismo”, para solucionar “la contradicción entre el socialismo y el capitalismo”.

(…) “apoyarse en la clase obrera, los antiguos campesinos pobres y campesinos medios de la capa inferior, los cuadros revolucionarios, los intelectuales revolucionarios y otros revolucionarios, y prestar atención a unir a más del 95 por ciento de las masas y a más del 95 por ciento de los cuadros”, a fin de “librar una aguda lucha de medida por medida contra las fuerzas capitalistas y feudales que nos están atacando desenfrenadamente“.

(…) “el blanco principal del movimiento actual son aquellos elementos con poder seguidores del camino capitalista dentro del Partido”. (…)

[Teng Siao-ping] elaboró apresuradamente una “Segunda decisión de 10 puntos (proyecto)” en oposición directa a la “Decisión de 10 puntos”. (…) echó por la borda el contenido fundamental, es decir, la lucha entre las dos clases y los dos caminos y dejó completamente de lado la línea, los principios y las medidas políticas respecto al movimiento de educación socialista que el Presidente Mao había planteado explícitamente en la “Decisión de 10 puntos”. (…) se valió de mil y un medios para justificar las fuerzas capitalistas existentes en las zonas rurales, atar a las masas de pies y manos y proteger afanosamente a los agentes de la burguesía dentro del Partido. Pretextando llevar a cabo la “educación socialista”, dirigió la punta de lanza de la lucha contra los antiguos campesinos pobres y campesinos medios de la capa inferior. (…) se esforzó por aplicar la línea reaccionaria burguesa para extinguir las llamas revolucionarias del movimiento de educación socialista, encendidas personalmente por el Presidente Mao. Este es uno de los muchos horribles crímenes perpetrados por este tipo en su oposición al socialismo y en su deseo de restaurar el capitalismo. (…)

La historia de la lucha entre los dos caminos y las dos líneas en las zonas rurales en estos 18 años nos ha brindado muy abundantes experiencias. Las más importantes son:

Primera: “La sociedad socialista cubre una etapa histórica bastante larga. Durante dicha etapa histórica, aún existen clases, contradicciones de clases y lucha de clases; existen la lucha entre el camino socialista y el camino capitalista y el peligro de una restauración capitalista.”

Segunda: La cuestión fundamental en todas las revoluciones es la cuestión del Poder. En último análisis, la lucha entre los dos caminos y las dos líneas en las zonas rurales es la lucha entre los esfuerzos por consolidar la dictadura del proletariado y los esfuerzos por subvertirla. (…)

Tercera: Después de realizada la cooperativización agrícola, la revolución socialista todavía no está consumada en el frente económico. (…)

Cuarta: Las amplias masas de antiguos campesinos pobres y campesinos medios de la capa inferior son nuestra base social en las zonas rurales para la construcción del socialismo. (…)

Quinta: “Problema serio es la educación del campesinado.” “La tarea básica del trabajo político” del Partido en el campo “es inculcar constantemente en las masas campesinas la ideología socialista y criticar la tendencia hacia el capitalismo”. (…)

La lucha entre los dos caminos y las dos líneas en el campo debe ser llevada hasta el fin. La gran revolución cultural proletaria en el vasto campo debe ser llevada hasta el fin, por el rumbo indicado por el Presidente Mao.

¡Que flamee siempre en alto la gran bandera roja del pensamiento de Mao Tse-tung en el campo de China!

(Reproducido de “Pekín Informa” N° 49 de 1967)

V. SOBRE LA TEORÍA

La esencia de la “teoría de las fuerzas productivas” es oponerse a la revolución proletaria

(Extractos)

Liu Shao-chi siempre abogó por la reaccionaria “teoría de las fuerzas productivas”. De acuerdo a esta falacia, si un país no tiene un capitalismo altamente desarrollado y sus fuerzas productivas no alcanzan un nivel elevado, no está capacitado para emprender la revolución socialista ni tomar el camino socialista. (…)

Ya en los primeros años de la revolución de nueva democracia en China, Liu Shao-chi, en pos de Chen Tu-siu, pregonó fanáticamente la “teoría de las fuerzas productivas”, para oponerse a que el proletariado se alzara en revolución y tomara el Poder. Pretextando que China estaba atrasada industrialmente y el nivel de sus fuerzas productivas era muy bajo, calumnió al proletariado chino como “pueril” y “seriamente lumpen”, alegando que la conquista del Poder por el proletariado era “cosa de un futuro lejano” y que era absolutamente “innecesario hablar mucho discutiéndolo”. (…)

El problema de si el proletariado puede tomar el Poder no se determina en absoluto por el nivel de las fuerzas productivas, sino, objetivamente, por el que exista o no una situación revolucionaria y, en lo subjetivo, por el que cuente o no con un Partido Comunista armado con el marxismo-leninismo-pensamiento Mao Tsetung, el cual dirija de manera acertada a las amplias masas revolucionarias en una lucha heroica por la conquista del Poder. (…)

[Después de la fundación de la República Popular China,] Liu Shao-chi vociferó “El problema del socialismo es un asunto del futuro. Es demasiado temprano plantearlo ahora.” (…) “el capitalismo en China hoy aún está en su juventud y es el momento mismo para poner en juego su papel histórico y positivo y dejarlo hacer su contribución”. (…)

El gran Lenin puntualizó hace tiempo: El que la revolución democrática burguesa, después de su victoria, pueda o no convertirse sin interrupción en revolución socialista depende del “grado de preparación del proletariado y el grado de su unión con los campesinos pobres”. Después de la fundación de la República Popular China, la clase obrera tomó el Poder. Esto fue el preparativo político más importante. La confiscación del capital burocrático que “permitirá a ésta [la república popular] controlar las arterias vitales de la economía del país y a la economía estatal convertirse en el sector dirigente de toda la economía nacional”, fue el preparativo económico más importante. (…)

[Luego de completada en lo fundamental la transformación socialista de la propiedad de los medios de producción, Liu Shao-chi] clamó por todas partes: “En nuestro país, la cuestión de quién vencerá a quién: el socialismo o el capitalismo, ahora ha sido resuelta”, “la lucha de clases ha pasado” y “ahora la tarea principal del pueblo chino y de nuestro Partido es desarrollar lo más rápido posible las fuerzas productivas”. (…)

La opinión pública contrarrevolucionaria de que “la producción es todo”, creada por él, es una cortina de humo. Trató de usar esto para relajar nuestra, vigilancia revolucionaria para poder reclutar enérgicamente a renegados y desertores y formar camarillas en su propio interés, e impulsar frenéticamente su línea revisionista contrarrevolucionária en los diversos frentes, haciendo degenerar así la dictadura del proletariado en dictadura de la burguesía y transformando la economía socialista en capitalista. (…)

Lenin señaló: “La política no puede sino ser colocada por encima de la economía.” “Sin un enfoque político acertado del problema, la clase dada no mantendrá su dominación, y por consiguiente no podrá cumplir tampoco su tarea de producción.” (…) El Presidente Mao nos enseña repetidamente: La política es el mando, es el alma, “el trabajo político es la arteria vital de todo nuestro trabajo económico”. “‘Empeñarse en la revolución y promover la producción’. (…)

Liu Shao-chi ya es un cadáver político, pero la influencia perniciosa de la “teoría de las fuerzas productivas” divulgada por él todavía no ha sido eliminada. (…)

(Reproducido de “Pekín Informa” N° 38 de 1969).

De Bernstein a Liu Shao-chi

(Extractos)

La “teoría de las fuerzas productivas” es una tendencia ideológica del revisionismo internacional. (…)

Bernstein (…) en 1899 (…) sostuvo que el capitalismo podría entrar pacíficamente en el socialismo a medida que las fuerzas productivas sociales se desarrollaran altamente. Por lo tanto, dijo, la revolución por la fuerza armada se convertiría en pura fraseología. (…)

El renegado Kautsky (…) en 1909, alegó que sólo donde el modo capitalista de producción estaba altamente desarrollado, existía la posibilidad de transformar, mediante el Poder estatal, la propiedad capitalista de los medios de producción en propiedad pública. (…)

Cerrando sus ojos a la realidad, Kautsky incluso clamó en 1930 que la revolución que había tenido lugar en Rusia sólo podía servir para abrir el camino al desarrollo pleno del capitalismo, y que, sólo cuando el capitalismo estuviera altamente desarrollado, era posible establecer una sociedad socialista. (…)

En 1922, (…) Trotsky deliró diciendo que Rusia no había alcanzado o ni siquiera se había aproximado a la etapa de establecer una sociedad socialista. . ., y que el socialismo era posible sólo cuando existiera una base de fuerzas productivas desarrolladas y prósperas. Afirmó además que un ascenso real en la economía socialista de Rusia resultaría posible sólo después de que el proletariado triunfara en varios de los más importantes países europeos. (…)

[Los revisionistas soviéticos contemporáneos] alegaron que, bajo condiciones socialistas, la economía es más importante que la política, y que la cuestión de producción debía colocarse en el primer lugar, debía ocupar el centro de todas las actividades de la organización del Partido y debía preceder a todos los trabajos de la organización del Partido. (…)

Chen Tu-siu, en 1923, recalcó unilateralmente que en China “la industria se encuentra en su infancia y la cultura, atrasada” y que “incluso la burguesía es muy infantil y, objetivamente, la clase obrera es aún más infantil”. Se opuso frenéticamente a que el proletariado dirigiera la revolución y tomara el Poder. Vociferó: “Bajo circunstancias normales, el Poder estará naturalmente en manos de la burguesía luego del éxito de la revolución nacional.” Incluso en 1938, chachareó que “quedaba aún bastante lugar para el desarrollo del capitalismo en China”. (…)

Tomando el legado de los renegados Bernstein, Kautsky, Trotsky y Chen Tu-siu, el renegado, agente enemigo y vendeobreros Liu Shao-chi pregonó constantemente la reaccionaria “teoría de las fuerzas productivas”. Combatió a la revolución proletaria y a la dictadura del proletariado y cometió crímenes monstruosos.

(Reproducido de “Pekín Informa” N° 38 de 1969)

Aprehender la contradicción principal, afianzarse en la orientación fundamental de la lucha

(Extractos)

La contradicción principal que debemos resolver en la gran revolución cultural proletaria es la contradicción entre el proletariado y el puñado de elementos con poder seguidores del camino capitalista dentro del Partido. Esta es una contradicción antagónica, una contradicción entre el enemigo y nosotros. (…)

[esta contradicción] es una expresión concentrada de la lucha entre el proletariado y la burguesía en China y de la lucha entre el camino socialista y el capitalista. Esta es la característica más sobresaliente de la lucha de clases bajo la dictadura del proletariado, particularmente después de consumada en lo fundamental la transformación socialista de la propiedad de los medios de producción. Esta es una ley objetiva. (…)

En 1957, el Presidente Mao señaló que el revisionismo es más peligroso que el dogmatismo. En el plano nacional, el revisionismo mencionado se refiere principalmente a los agentes de la burguesía dentro del Partido.

En mayo de 1963, el Presidente Mao indicó que en las filas de nuestros cuadros, “muchos, en vez de distinguir entre los enemigos y nosotros, llegaron hasta colaborar con los enemigos, fueron corrompidos, divididos y desmoralizados por ellos, y, en consecuencia, fueron arrastrados al campo enemigo o los enemigos lograron infiltrarse en nuestras filas”. El Presidente Mao añadió: “Entonces no haría falta mucho tiempo, tal vez unos cuantos años, o una década, o varias décadas a lo sumo, para que se produjera fatalmente una restauración contrarrevolucionaria a escala nacional, el partido marxista-leninista se transformara en partido revisionista o en partido fascista, y toda China cambiara de color.” Aquí se pone énfasis en que los elementos dentro del Partido que fueron arrastrados al campo enemigo por la burguesía y los elementos de la burguesía que se infiltraron en nuestras filas son los más peligrosos.

En julio de 1964, (…) el Presidente Mao planteó “el problema de precavernos contra la aparición del revisionismo jruschovista en China”, y dijo que el primer requisito que han de llenar los continuadores de la causa revolucionaria del proletariado es “ser verdaderos marxista-leninistas, y no, como Jruschov, revisionistas disfrazados de marxista-leninistas”.

En enero de .1965, (…) el Presidente Mao expresó que “el blanco principal del movimiento actual son aquellos elementos con poder seguidores del camino capitalista dentro del Partido”.

En los últimos años, el Presidente Mao ha señalado en muchas ocasiones: hay que estar vigilantes contra el surgimiento del revisionismo, especialmente contra el surgimiento del revisionismo en el Comité Central de nuestro Partido. (…)

No debemos dejarnos distraer por las diversas contradicciones secundarias, desviando con ello la orientación fundamental de la lucha. (…)

Sólo empuñando la contradicción principal podemos desarrollar y fortalecer las filas de la izquierda, unirnos con las amplias masas populares y de cuadros, formar la gran alianza revolucionaria y aislar al máximo al puñado de elementos con poder seguidores del camino capitalista dentro del Partido. (…)

También existen contradicciones entre diferentes organizaciones de masas de la izquierda. Estas son contradicciones entre lo justo y lo erróneo en el seno de las fuerzas de la izquierda. En algunos casos, una parte está en lo correcto y otra en lo erróneo en una cuestión dada. En otros, una parte tiene más errores que la otra en un asunto determinado. En otros incluso, un lado tiene razón en un problema dado y comete error en otro, mientras que la otra parte está precisamente en la situación contraria. En todos estos casos, se trata de diferencias de principio. No obstante, las contradicciones entre ellos son secundarias, ellos tienen la misma orientación fundamental ya que sus contrarios comunes son los elementos con poder seguidores del camino capitalista dentro del Partido. (…) Las divergencias entre las organizaciones de masas de la izquierda deben solucionarse a través de la crítica y autocrítica. Las controversias entre las dos partes pueden resolverse por medio de consultas. Cuando los problemas secundarios no puedan ser solucionados por el momento, ambos lados deben buscar un terreno común, dejando a un lado sus diferencias y uniéndose para combatir al enemigo. Esto no puede llamarse carencia de principios ni se puede calificar de borrar la línea entre lo correcto y lo erróneo, ni de eclecticismo ni de conciliacionismo, sino que es una práctica correcta destinada a formar la gran alianza revolucionaria y una manifestación del espíritu de principios correspondiente al marxismo-leninismo, pensamiento de Mao Tse-tung. Si al contrario, las organizaciones de la izquierda se aferran a sus puntos de controversia, consideran las cuestiones menores como más importantes que todo y se afanan en contiendas internas, aflojando de este modo la lucha contra los elementos con poder seguidores del camino capitalista dentro del Partido, esto es precisamente carencia de principios, una expresión nociva de grupismo, localismo de “montaña” y anarquismo.

Las relaciones entre las organizaciones de masas de la izquierda y aquellos integrantes de las masas que, debido a su carencia de una correcta comprensión, se han incorporado a las organizaciones conservadoras representan contradicciones en el seno del pueblo, no contradicciones entre nosotros y el enemigo. Siempre que aprehendamos la contradicción principal y reconozcamos quién es nuestro enemigo principal, comprenderemos que las masas engañadas de las organizaciones conservadoras son también víctimas de la línea reaccionaria burguesa. Son también nuestros hermanos de clase. (…)

(Reproducido de “Pekín Informa” N° 22 de 1967)

VI. SOBRE LA EDUCACIÓN, PROPAGANDA, ARTE Y LITERATURA

¿ Quién transforma a quién?

(Extractos)

El primer capítulo de La Pedagogía de Kairov dice: “La educación es puramente un fenómeno humano.” 2 Esta definición borra por completo el hecho más fundamental: En la sociedad de clases, la educación es un fenómeno de la lucha de clases. De ningún modo es que “un hombre tiene que recibir una educación apropiada para ser un hombre”. Cada clase necesita la educación porque necesita mantener su dominación. La educación emana siempre de la necesidad de la lucha de clases, no de una necesidad abstracta del “ser humano”. Cada clase educa y transforma a la joven generación según su propia concepción del mundo y línea política para preparar sus sucesores, con miras a lograr el propósito dé consolidar su propia dominación. Después de tomar el Poder, el proletariado debe transformar la educación, de un instrumento de dominación de la burguesía en un instrumento para destruir esta dominación y eliminar por completo a la burguesía y a todas otras clases explotadoras. El proletariado debe hacer de la educación una importante posición desde la cual “el proletariado debe ejercer una dictadura completa sobre la burguesía en la superestructura, incluidos los diversos terrenos de la cultura”. (…)

Sin embargo, Kairov, alabado por Lu Ting-yi como pedagogo “socialista”, dio a la esencia de la educación esta definición: La educación es la “transmisión de la experiencia y los conocimientos a la joven generación” por parte de la “generación adulta”(…)

[El Presidente Mao enseña:] “La educación debe servir a la política proletaria y combinarse con el trabajo productivo.” “Nuestra política educacional debe permitir a todos aquellos que reciben educación desarrollarse moral, intelectual y físicamente y convertirse en trabajadores cultos y con conciencia socialista.” (…)

Vamos a ver el proceso de formación diseñado por él, es decir, el llamado sistema educacional de “línea recta”: Desde su entrada en la escuela, el estudiante tiene por objetivo encaramarse hacia arriba. Al finalizar sus estudios en la escuela primaria, espera ser admitido en la secundaria; al graduarse en la secundaria, espera entrar en la universidad; al terminar sus estudios en el centro de enseñanza superior., espera llegar a ser licenciado o doctor después de estudiar en un instituto de investigaciones. Mientras una ínfima minoría de personas obtienen los laureles de licenciado o doctor y están calificadas para tener acceso al “paraíso” del privilegiado estrato burgués, la abrumadora mayoría después de terminar sus estudios en la escuela primaria o en la secundaria van a trabajar como obreros o campesinos y deben sufrir gustosamente la explotación y opresión de la burguesía.

(Reproducido de “Pekín Informa” N° 11 de 1970)

Esforcémonos por crear una universidad socialista de ciencias e ingeniería

(Extractos)

El Presidente Mao nos enseña: “Para llevar a cabo la revolución proletaria en la educación, es imperativo contar con la dirección de la clase obrera; es imperativo que las masas obreras participen en esta revolución y que, en coordinación con los combatientes del Ejército de Liberación, realicen una ‘triple integración’ revolucionaria junto con los activistas de entre los estudiantes, profesores y obreros de los centros docentes, que están decididos a llevar hasta el fin la revolución proletaria en la educación. Los equipos obreros de propaganda deben quedarse permanentemente en los centros docentes, tomar parte en el cumplimiento de todas las tareas de la lucha-crítica-transformación en ellos y dirigirlos para siempre.” (…)

“En el problema de la transformación educacional, la cuestión principal son los profesores.” (…)

El ascenso de los obreros, campesinos y soldados a la cátedra de la universidad es un nuevo fenómeno surgido en la enconada lucha entre las dos clases y las dos líneas en el frente educacional. (…)

El revisionista contrarrevolucionario Chiang Nan-siang se opuso abiertamente a la participación de los estudiantes en la lucha de clases y la lucha por la producción en la sociedad, pregonó que “el recinto de la Universidad Chingjua es cuna de ingenieros” y que “en el mismo laboratorio se puede formar combatientes de los tres grandes movimientos revolucionarios”. (…)

“Los centros docentes deben establecer fábricas.” Esta es una grande y sabia política del Presidente Mao. (…) “Todos los laboratorios y talleres subordinados a los institutos de ingeniería, que están en condiciones de dedicarse a la producción, deben hacerlo en la medida de lo posible, además de satisfacer las necesidades de la enseñanza y la investigación científica.”. (…)

Para los estudiantes obreros, campesinos y soldados, perseverar o no en tomar la educación política como centro de toda la educación constituye un problema de aplicar o no la línea proletaria en la educación. (…)

La filosofía compradora de servilismo ante lo extranjero y la teoría de avance rastrero constituyen el elemento esencial del viejo sistema de los materiales de enseñanza sobre ciencias e ingeniería y están impregnadas en cada línea y frase de éstos. (…)

“El material de enseñanza debe ser cabalmente transformado, en algunos casos comenzando por simplificar el material complicado.” (…)

(Reproducido de “Pekín Informa” N° 31 de 1970).

Llevar hasta el fin la gran revolución en el frente del periodismo

(Extractos)

Presidente Mao señaló [en 1948]: “Camaradas, ustedes se dedican al periodismo. Su trabajo consiste en educar a las masas, hacerles conocer sus propios intereses, sus propias tareas y los principios y medidas políticos del Partido.” “Hemos de enseñar al pueblo a conocer la verdad y ponerlo en pie para la lucha por su propia emancipación.”

El Jruschov chino (…) Exigió que los periódicos despejaran con gongs y platillos el camino para el capitalismo en China. (…)

(…) el revisionista contrarrevolucionario Lu Ding-yi y compañía, llegaron al extremo de plantear que “los periódicos y revistas de nuestro Partido deben ajustarse a las necesidades de todas las clases inclusive la burguesía”. (…)

Sus argumentos [de Liu Shao-chi] pueden resumirse en un solo punto: oposición a la línea proletaria del Presidente Mao en el periodismo; desembozada preconización de la liberalización burguesa y consiguiente preparación del terreno para los desenfrenados ataques de los derechistas en todo el país. (…)

El Presidente Mao en muchas ocasiones propinó despiadados y frontales golpes a esta maligna corriente de liberalización burguesa. (…) Señaló: “Ellos niegan el espíritu de partido y el carácter de clase de los periódicos. Borran las diferencias de principios entre el periodismo proletario y el burgués y confunden el periodismo que refleja la economía colectiva de los países socialistas con el periodismo que refleja la economía anárquica de los países capitalistas con su competencia entre grupos. Admiran el liberalismo burgués y se oponen a la dirección del Partido. Aprueban la democracia y se oponen al centralismo. Se oponen a la necesaria pero no supercentralizada, dirección, planificación y control sobre la cultura y educación (incluido el periodismo), los cuales son indispensables para realizar una economía planificada. Ellos y los intelectuales del ala derecha en la sociedad se hacen eco unos a otros, se asocian mutuamente y se tratan entre sí como hermanos.” (…)

Deng Tuo, agente del Jruschov chino, llegó al extremo de dejar fuera del periódico del Partido la voz del Presidente Mao y se negó a difundir el gran plan estratégico del Presidente Mao manteniendo en secreto la política del Partido. (…) El Presidente Mao hizo una critica sumamente aguda de esto, señalando: Los periódicos del Partido deben difundir a tiempo la política del Partido. Fue un error no informar de la conferencia sobre el trabajo de propaganda. A esta reunión asistieron personas de dentro y fuera del Partido, ¿por qué no se informó sobre ella? ¿Por qué no se publican editorial sobre la Conferencia Suprema de Estado? ¿Por qué mantuvieron en secreto la política del Partido? Aquí hay un fantasma, ¿dónde se encuentra? Solíamos decir que eran los letrados los que dirigían los periódicos, ahora debemos decir que son los muertos los que dirigen los periódicos. Ustedes, en la mayoría de los casos, entonan melodías en contra de la política del Comité Central, tienen resentimiento contra ella, se

oponen a ella y la desaprueban. (….)

La aguda y enconada lucha de clases de estos últimos 18 años en el frente del periodismo nos ha proporcionado experiencias y lecciones extremadamente ricas y preciosas.

Primero. La firme y consecuente difusión del pensamiento de Mao Tse-tung es la tarea fundamental de

los periódicos, la radio y la agencia de noticias proletarios. (…)

Segundo. La prensa constituye invariablemente un instrumento de la lucha de clases. mientras el mundo esté dividido en clases. (…)

Tercero. Hay que criticar profunda y constantemente la línea burguesa reaccionaria en el periodismo, eliminar su perniciosa influencia en todos los aspectos y llevar hasta el fin la lucha entre las dos líneas en los círculos periodísticos. (…)

Cuarto. Las entidades periodísticas deben tomar el camino de “menos pero mejores tropas y una administración más simple”, adherirse firmemente a la línea de masas y forjar estrechos vínculos con la clase obrera y las masas trabajadoras.

El Presidente Mao nos enseña: Para dirigir bien los periódicos, la cuestión fundamental es la revolucionarización ideológica de su personal. (…)

“Para hacer marchar nuestros periódicos, también debemos apoyarnos en todo el mundo, en las masas populares, en el conjunto del Partido, y no sólo en unas pocas personas que trabajen encerradas entre cuatro paredes.”. (…)

(Reproducido de “Pekín Informa” N° 37 de 1968)

Luchemos por salvaguardar la dictadura del proletariado

(Extractos)

¿Servir a millones y millones de obreros, campesinos y soldados, o servir al puñado de las clases explotadoras? ¿Servir al proletariado, o servir a la burguesía? (…)

(…) la literatura y el arte deben servir a las necesidades de la lucha de éstos, servir a sus intereses fundamentales. (…)

Los trabajadores literarios y artísticos revolucionarios deben mantener una firme posición proletaria y, plenos de entusiasmo, cantar loas al pueblo, al proletariado, a la dictadura del proletariado, a las luchas revolucionarias y a los héroes de estas luchas. Ellos deben denunciar despiadadamente los repugnantes rasgos y la inmunda alma del enemigo, denunciar las estratagemas de la burguesía para una restauración contrarrevolucionaria. (…)

Es necesario emprender la lucha y llevar a cabo una crítica y repudio resueltos y profundos a todas las tendencias ideológicas y obras literarias y artísticas que vayan contra el concepto de la literatura y arte al servicio de los obreros, campesinos y soldados y de la política proletaria. (…)

Los trabajadores literarios y artísticos deben tomar el camino de la revolucionarización, adentrarse en las masas de obreros, campesinos y soldados, y estudiar el marxismo-leninismo, pensamiento de Mao Tse-tung, y la sociedad en el fragor de la lucha de masas con el fin de remodelarse radicalmente a si mismos (…)

El máximo de los elementos con poder seguidores del camino capitalista dentro del Partido y el puñado de revisionistas contrarrevolucionarios en los círculos literarios y artísticos, incluidos Chou Yang, Lin Mo-jan, Chi Ye-ming, Sia Yen, Tien Jan y Shao Chüan-lin, han atacado virulentamente las Charlas. (…)

La consigna central de esta línea revisionista contrarrevolucionaria en literatura y arte es la de “literatura y arte de todo el pueblo”. (…)

Esta teoría (…) ha sido fraguada de acuerdo a la teoría de “extinción de la lucha de clases” presentada por el máximo de los elementos con poder seguidores del camino capitalista dentro del Partido. Sirve a la línea política revisionista contrarrevolucionaria del “Partido de todo el pueblo” y del “Estado de todo el pueblo”. (…)

Valiéndose del argumento de que la “técnica excelente” puede “deleitar a la gente”, el Jruschov de China abogó abiertamente por el montaje de óperas perversas tales como El emperador enamora a la sirvienta, la cual glorifica la decadente y licenciosa vida de los monarcas feudales, y Yang Yen-jui visita a su madre, la que honra a un traidor. (…)

[Liu Shao-chi] alababa a los “escritores occidentalizados” quienes “comprenden” El Lago de los Cisnes, Nuestra Señora de París y Sirena del mar. (…)

[Lu Ding-yi, Chou Yang y Cía.] atacaron e intentaron excluir a la camarada Chiang Ching, quien persistía constantemente en la línea proletaria del Presidente Mao sobre literatura y arte librando una lucha resuelta contra ellos, y reprimieron y persiguieron a los trabajadores literarios y artísticos revolucionarios. (…)

La camarada Chiang Ching y los trabajadores literarios y artísticos revolucionarios, luego de luchar intensamente para superar múltiples obstáculos, han realizado ya una serie de óperas de Pekín y ballets revolucionarios y una sinfonía revolucionaria, todos los cuales reflejan el esplendor del pensamiento de Mao Tse-tung. Estas obras están plenas de combatividad y de heroísmo revolucionario proletario.

Son modelos en servir a los obreros, campesinos y soldados, y a la dictadura del proletariado. Son joyas en el tesoro de la literatura y el arte proletarios, obras preciosas en la historia artística de la humanidad. Han colocado en su justo lugar la historia invertida durante milenios en los cuales el escenario se hallaba dominado por emperadores, reyes, generales, ministros, letrados y beldades.

EXPLICACIÓN DE LA CARATULA . – Muestra al Presidente Mao, a inicios de la revolución democrática, camino a Anyuán, donde estaba concentrado Liu Shao-chi y capitalizaba el movimiento obrero. El Presidente Mao venció al revisionismo y logró que los mineros se fundieran con el campesinado.

Cuadro enarbolado en la Gran Revolución Cultural Proletaria para expresar espíritu de resolución.

EXPLICACIÓN DE LA CONTRACARATULA .- La caricatura, hecha durante la Gran Revolución Cultural Proletaria, representa una procesión de treinta y nueve personas que han sido purgadas o denunciadas como revisionistas en la GRCP.

Se titula “Retrato de un Grupo de Figuras Vergonzosas” y lleva en su parte superior las frases “!No olvidar jamás la lucha de clases!” y “!Barramos con todos los fantasmas y demonios!” (1967)

1) Lu Ding-yi, jefe de propaganda del PCCh y ministro del cultura; 2) Liao Mo-sha; 3) Wu Jan; 4) Deng Tuo; 5) Yang Chang-kuen; 6) Peng Cheng, alcalde de Pekín; 7) Chiang Nan-siang, ministro de educación superior; 8) Luo Rui-ching, jefe de estado mayor del ejército; 9) Wang Kuang-mei, esposa de Liu Shao-chi; 10) Je Lung, Vicepresidente del comité de asuntos militares; 11) Po Yi-Po; 12) Wang Li; 13) Lin Feng; 14) Liu Shao-chi, presidente de la república; 15) Teng Siao-ping, secretario general del PCCh; 16) Tao Chu, jefe de propaganda del PCCh.

En el XI Congreso del PCCh son rehabilitados y designados miembros del Comité Central: Teng Siao-ping, Luo Rui-ching

VALOR : TREINTA SOLES Sl 30.00