PARTIDO COMUNISTA DEL PERÚ – SOMOS LOS INICIADORES
¡Proletarios de todos los países, uníos!
SOMOS LOS INICIADORES
Somos los iniciadores, esto debemos grabárnoslo profundamente en nuestra alma. Esta reunión es histórica.
Camaradas, somos los iniciadores, así pasaremos en la historia que el Partido viene escribiendo hace tiempo en páginas que nadie podrá destruir.
Somos los iniciadores. Esta I Escuela Militar del Partido, decíamos es sello y apertura, sella y abre. Sella los tiempos de paz, apertura los tiempos de guerra. Camaradas ha concluido nuestra labor con manos desarmadas, se inicia hoy nuestra palabra armada: levantar a las masas, levantar campesinos bajo las inmarcesibles banderas del marxismo-leninismo-pensamiento mao tsetung. Un período ha terminado; los aprestos del nuevo están concluidos. Sellamos hasta aquí lo hecho; aperturamos el futuro, la clave son las acciones, objetivo el poder. Eso haremos nosotros, la historia lo demanda, lo exige la clase, lo ha previsto el pueblo y lo quiere; nosotros debemos cumplir y cumpliremos, somos los iniciadores.
Quisiéramos hablar de algunos problemas, hablaré también como ustedes con el corazón abierto, en palabra de voluntad y razón de sentimiento; también esto tiene estricta lógica.
I. ENTRAMOS A LA OFENSIVA ESTRATEGICA DE LA REVOLUCION MUNDIAL
Siglos han transcurrido de explotación dura, las masas han sido doblegadas; las han explotado, sojuzgado; las han oprimido implacablemente, pero a lo largo de los tiempos las masas explotadas siempre han combatido, pues no tienen otro sentido que la lucha de clases. Sin embargo, en la historia esas masas estaban huérfanas, no tenían dirección, sus palabras, sus protestas, sus acciones, sus rebeliones terminaban en el fracaso y aplastamiento; pero no perdían nunca la esperanza, la clase nunca la pierde. Las masas son la luz misma del mundo que va surgiendo, con sus manos transforman, crean herramientas; ellas son la fibra misma, el latido inagotable de la historia. Así van generando el pensamiento, la ciencia, lo más alto.
Pero las leyes de la historia que se generan a sí mismas por desarrollo de la lucha de clases, crearon una última clase, el proletariado internacional. Surgió la clase combatiendo en medio de un siniestro sistema que apareció sudando sangre y lodo por todos los poros, el capitalismo; sistema en cuyo seno el proletariado combatiendo generó sindicatos, huelgas, resistencia y revoluciones. Todo esto se plasmó en marxismo y la clase dotándose de un Partido, devino en clase mayor de edad, con intereses propios y así las masas del mundo tienen al fin su ansiado libertador. En los viejos tiempos las masas esperaban un liberador poniendo sus esperanzas en manos de supuestos redentores, hasta que apareció el proletariado poderoso, invencible y capaz de crear un verdadero orden nuevo. La clase se organizó políticamente y en adelante otra historia comienza a tejerse, a plasmarse en la realidad.
El proletariado en cien años de combates, reveses y victorias aprendió a combatir y tomar el poder con las armas. Lo tomó una vez en forma efímera, lo aplastaron a sangre y fuego; sin embargo recordamos la Comuna de París y quienes fueron vilipendiados son hoy héroes y su ejemplo vivirá, mientras que de sus verdugos nadie recordará. La clase con Lenin tomó el poder en Rusia e hizo un poderoso Estado, siguió combatiendo y con el Presidente Mao Tsetung nos dio un nuevo camino, resolvió problemas pendientes y la clase empezó a combatir bajo las banderas del marxismo-leninismo-pensamiento maotsetung.
En torno a la II Guerra Mundial la revolución entró en equilibrio estratégico, atrás quedaron las santas alianzas reaccionarias y los verdugos y enemigos antes impunes. El poderoso movimiento obrero internacional, las encrespadas olas del movimiento de liberación nacional, el desarrollo de los partidos comunistas, el marxismo elevado a la gran cumbre del pensamiento maotsetung nos han traído a una nueva situación: estamos entrando a la ofensiva estratégica de la revolución mundial, los próximos cincuenta a cien años serán del barrimiento del dominio del imperialismo y todos los explotadores. Es la historia que no puede ser vuelta atrás. En las manos de la clase obrera, en las direcciones de los partidos comunistas, en la fuerza del campesinado pobre sustento mismo de la guerra popular que crecerá más cada día hasta derrumbar el viejo orden, el mundo está entrando en una nueva situación: la ofensiva estratégica de la revolución mundial. Esto es de trascendental importancia.
El Presidente Mao planteó: “la tormenta se acerca, el viento brama en la torre”. Así pues, el vórtice se acerca; el vórtice está comenzando, crecerán las llamas invencibles de la revolución convirtiéndose en plomo, en acero, y del fragor de las batallas con su fuego inextinguible saldrá la luz, de la negrura la luminosidad y habrá un nuevo mundo. El viejo orden de la reacción cruje, su vieja barca hace agua, se hunde en forma desesperada; pero camaradas, nadie puede esperar que se retiren benignamente, Marx nos advirtió: hundiéndose aún son capaces de dar manotazos de ahogado, desesperados zarpazos para ver si nos hunden. Eso es imposible. Sueños de sangre de hiena tiene la reacción; agitados sueños estremecen sus noches sombrías; su corazón maquina siniestras hecatombes; se artillan hasta los dientes pero no podrán prevalecer, su destino está pesado y medido. Ha llegado la hora de ajustarle cuentas.
Las superpotencias imperialistas, USA, URSS, y otras potencias, invaden, penetran, socavan, destruyen, buscan hundirlo todo en el espanto. Pero, como dice el Presidente Mao, al atacar, al agredir, al lanzar ofensivas, se desparraman y entran en las entrañas poderosas del pueblo; y el pueblo se encabrita, se arma y alzándose en rebelión pone dogales al cuello del imperialismo y los reaccionarios, los coge de la garganta, los atenaza; y, necesariamente los estrangulará, necesariamente. Las carnes reaccionarias las desflecará, las convertirá en hilachas y esas negras piltrafas las hundirá en el fango, lo que quede lo incendiará y sus cenizas las esparcirá a los vientos de la tierra para que no quede sino el siniestro recuerdo de lo que nunca ha de volver porque no puede ni debe volver.
Camaradas, así es el mundo hoy. Nos ha correspondido vivir en una época extraordinaria. Nunca antes los hombres tuvieron tan heroico destino, así está escrito. A los hombres de hoy, a estos hombres que respiran, que bregan, que combaten, les ha correspondido barrer a la reacción de la faz de la Tierra, la más luminosa y grandiosa misión entregada a generación alguna. En esa situación estamos. La revolución mundial entra en ofensiva estratégica, nada puede prevalecer contra ella; innúmeras legiones de hierro se levantan y se levantarán más y más, y multiplicándose inagotablemente cercarán, aniquilarán a la reacción. La reacción al desgarrar las carnes del pueblo, al descargar sus sangrantes zarpas lo que hace es simplemente enredarse, enmarañarse; busca saciarse en la sangre del pueblo, pero esa sangre se levanta como alas furiosas y esas carnes golpeadas se convierten en poderosos látigos vengadores y sus músculos y su acción se convierten en arietes de acero para destrozar a los opresores a quienes aplastará irremediablemente.
La reacción camaradas, no prevalecerá en modo alguno. La revolución triunfará; ha sonado la hora. La brega será dura, ardua, cruenta; larga, difícil. El triunfo es nuestro, la masa se impondrá, el campesinado se levantará, la clase lo dirigirá; los Partidos Comunistas comandarán y rojas banderas serán izadas para siempre. La reacción ha entrado en su capítulo final; en ese mundo nos desenvolvemos.
II. NUESTRO PUEBLO ENTRA A TOMAR EL PODER POR LAS ARMAS
En esta grandiosa epopeya de la historia mundial, nuestro pueblo junto a los hermanos de clase de América Latina, junto a las masas latinoamericanas tiene un papel y lo está cumpliendo y lo cumplirá más aún. Nuestro pueblo entra a tomar el poder por las armas. Son cientos de años de lucha; los movimientos campesinos han estremecido las raíces de la explotación, pero aún no ha logrado derrumbarlas. En este país se forjó el Partido Comunista, acero puro y generó la luz bebiendo del marxismo-leninismo-pensamiento maotsetung. Camaradas, en este pueblo, hoy estamos entrando a una tercera etapa; esa tercera etapa es la de la contienda armada. Revolución y contrarrevolución se aprestan a la violencia. Ellos en su vieja y sangrienta violencia, en su paz de bayonetas, en su guerra maldita que liquida en las cárceles, en las escuelas, en las fábricas, en los campos, asesinando incluso a niños en los vientres maternos.
Esa siniestra violencia encuentra hoy la horma de su zapato. La violencia de la revolución, se apresta a definir su contienda por las armas. Nuestro pueblo de rica historia entra por fin a la parte final, a la culminación de la etapa democrática de la revolución; las masas se estremecen, la creciente aumenta, la tormenta se avecina. La reacción de este país como la reacción mundial sueña también con ensueños de hierro y sangre, busca anegar la revolución, ahogarla en sangre, aplastarla. Viejos, negros y violentos sueños.
La situación no es la de ayer. El tiempo ha transcurrido, el capitalismo burocrático ha madurado la revolución, las leyes agrarias son frustraciones una tras otra y el campesinado ha comprendido la lección: nada le será dado, nada puede esperar de una ley; la tierra tendrá que conquistarla con sus propias manos armadas. La clase obrera es cada vez más pujante, más madura, más alta en conciencia, más grande en número, más poderosa en política; más fuerte que ayer. Las masas populares crecen en nuestro país. La pequeña burguesía se proletariza, no tiene otro destino sino servir a la revolución y ponerse a disposición del proletariado; no tiene otro destino, no puede tener más camino que servir a la revolución, según los dictados de la clase obrera, bregar esforzadamente tras el camino del Partido. Esto es bueno recordarlo, porque de ella debemos ganar particularmente a la intelectualidad, lo que demanda mover a la masa como ya Mariátegui nos enseñó; sólo así cumplirá su papel y podrá servir a la más grande batalla que la historia está gestando.
Camaradas, hemos concluido que entrábamos a la tercera etapa de la sociedad peruana contemporánea. Pero si como ayer, cuando planteamos los dos momentos de la sociedad peruana contemporánea, como partes del proceso de desarrollo del capitalismo burocrático en el país, y algunos nos condenaban, rechazaban nuestras tesis, nuestras ideas y hasta con insolencia supina las tildaban menospreciativamente de infantilismo; lo que planteamos hoy con clara y precisa visión histórica, de que nuestro país entra a una tercera etapa, también será objeto de incomprensión pero ya no será posible simplemente condenarnos con etiqueta pueril de infantilismo, porque los tiempos nos han dado la razón en muchísimas cosas y también ellos sacarán lección. Sin embargo no va a ser fácil que acepten, que comprendan, requerirán hechos contundentes, acciones concretas que les martillen en sus duras cabezas, que les hagan saltar a pedazos sus especulaciones, para que en sus almas también anide la realidad de esta patria nuestra.
La comprensión de la tercera etapa es clave para que este pueblo nuestro avance. Esta tercera etapa qué implica. Implica que la revolución, el pueblo con las manos armadas comienza a tomar el poder; y que la reacción con 400 años de explotación, que se suma a la explotación anterior porque también la hubo, (camaradas, debemos pensar muy bien, 400 años de opresión extranjera, un vil sistema servil que aún subsiste, un Estado que si bien no es sólido, tiene fuerza en la actualidad), implica que la reacción pretenderá contenernos, pretenderá oponerse al avance de la revolución. Es que, como bien sabemos los materialistas, lo que existe se niega a morir y la reacción existe y por tanto se niega a morir; es un cadáver insepulto pero niega, protesta, resiste y ataca con furia y desespero, no quiere que la metamos al cajón, no quiere que la enterremos.
Así, debemos entender que la lucha revolucionaria será dura, violenta, cruelmente contestada por la reacción y mandará sus negras huestes a combatirnos, armados hasta los dientes embestirán a la clase obrera, al campesinado, a las masas populares; extenderán sus garras siniestras, sangrientas, así será: nos tenderá cercos, buscará aislarnos, aplastarnos, borrarnos, pero nosotros somos el futuro, somos la fuerza, somos la historia.
Camaradas, revolución y contrarrevolución contienden también en nuestro país, somos dos partes de una unidad ligadas y en lucha creciente. Los reaccionarios centrados, artillados, defendidos en las urbes, en las capitales; nosotros nos arraigaremos en el campo, en los poblados pequeños, con la masa, con el campesinado pobre en especial, con la fuerza, con el poder desorganizado para organizarlo en un poderoso ejército. Pero esto no será fácil: sus huestes negras y siniestras irán contra nosotros, montarán poderosas agresiones, grandes ofensivas. Nosotros responderemos, los desvencijaremos, los dividiremos; sus ofensivas las convertiremos en multitud de pequeñas ofensivas nuestras y los cercadores serán cercados y los pretendidos aniquiladores serán aniquilados y los pretendidos triunfadores serán derrotados y la bestia finalmente será acorralada y como se nos ha enseñado, el estruendo de nuestras voces armadas los hará estremecer de pavor y terminarán muertos de miedo convertidos en pocas y negras cenizas.
Así ha de ser camaradas, así ha de ser. Sin embargo, la brega será dura, larga, difícil, cruenta; hay que acerar el alma, ser fuertes, vigorosos, no temer y estar seguros de la victoria; que la confianza en su conquista anide en nuestro corazón pues servimos al pueblo y a la clase. El problema es que con decisión y firmeza iniciaremos la lucha armada, la desplegaremos y sus banderas poblarán nuestra tierra, con rotundas acciones que registrará la historia. Camaradas, nuestro pueblo entra a tomar el poder por las armas; está en marcha, la gesta más grandiosa que nuestra patria ha visto. Como eso, no se verá nunca más, será grandioso. ¡Eso haremos nosotros!; a eso servimos y serviremos, el pueblo y la clase, el proletariado lo mandan. No podemos, no debemos fallar.
III. EL PARTIDO ENTRA A DESARROLLARSE A TRAVES DE LA LUCHA ARMADA
Ochenta y tantos años de clase obrera, cincuentidós de Partido, diez años más o menos llevó a un grupo de hombres encabezados por Mariátegui fundarlo, su nombre quedará para siempre en nuestras filas, en nuestro pueblo y en el pueblo del mundo y en la clase obrera internacional. El tiempo ha pasado, muchos hemos bregado, seguimos bregando, lo haremos también hasta que sea borrada la explotación; ése es nuestro destino. Somos un torrente creciente contra el cual se lanza fuego, piedras y lodo; pero nuestro poder es grande, todo lo convertiremos en nuestro fuego, el fuego negro lo convertiremos en rojo y lo rojo es luz. Eso somos nosotros, ésa es la Reconstitución. Camaradas, estamos reconstituidos.
El Partido es Partido de nuevo tipo. Este Partido de nuevo tipo es para tomar el poder para la clase obrera y para el pueblo en esta patria. El Partido ya no podrá desarrollarse más sino a través de las armas, a través de la lucha armada. Dura lección hemos aprendido en 50 años, una gran lección que nunca olvidaremos: no tenemos poder porque no tenemos fusiles. Como ha sido escrito por el Presidente Mao: quien tiene más fusiles tiene más poder y quien quiera tomar el poder forje un ejército y quien quiera mantenerlo cuente con un poderoso ejército. Eso haremos nosotros. El Partido ha entrado a desarrollarse a través de la lucha armada, históricamente ése es el paso que estamos dando, no podremos volver atrás.
Camaradas, ya podemos decir: el desarrollo ha vencido, la destrucción posible, como tenía que ser, está conjurada; el Partido no será destruido, es una conclusión que podemos derivar de nuestra II Sesión Plenaria del Comité Central y de esta I Escuela Militar. Hemos cumplido una labor que recién vamos a comenzar a dimensionar. Nos dijimos: ¿cómo desarrollar el Partido?, a través de la lucha armada; simple y escueta respuesta, así es; nos dijimos, en épocas críticas la situación entra en grave contienda y según la ley de la contradicción, determinadas circunstancias pueden llevar al desarrollo o a la destrucción, claro que transitoria, pero no por eso deja de ser destrucción que nos habría podido enfangar o hacer marchar a través de un lodazal.
El Partido ha vencido como tenía que ser. La destrucción no se puede producir. El Partido entra firme, decidido, voluntarioso, enérgico en su desarrollo. Camaradas, eso es lo que deriva de estas reuniones. Sin embargo ¿qué contradicción se debate? El entrar a la lucha armada nos plantea una contradicción: lo viejo y lo nuevo; el desarrollo del Partido a través de la lucha armada es lo nuevo; lo viejo es lo hecho hasta aquí, incluso lo bueno, incluso lo mejor que hemos hecho ha empezado a ser lo viejo y por tanto se añadirá a esa tradición, a esa gran basura que generan los partidos, las organizaciones y las clases a lo largo de décadas, de eso debemos estar muy claros. Sólo hay una cosa nueva: desarrollar el Partido a través de la lucha armada. Esa es nuestra contradicción hoy. Así como en lo internacional es la contradicción entre la ofensiva estratégica y la defensiva estratégica en que entra la reacción, así como en el país la contradicción es entre el pueblo armado y la reacción armada, para dirimir a través de la guerra popular el triunfo inevitable de la clase y debe barrerse 400 años de opresión, así también camaradas en el Partido hay una contradicción, que nadie se llame a dudas, que llame más bien a una seria reflexión.
Los comunistas hoy deben estar muy claros, qué es lo nuevo y qué es lo viejo. Reitero, lo nuevo es la lucha armada, son las ardientes llamas inmarcesibles de la guerra popular, es el acero que debe devenir más fino, aguda espada, punzante lanza para herir las entrañas de la reacción, eso es lo nuevo; sólo eso es lo nuevo, lo demás es lo viejo, es el pasado y de ese pasado hay que guardarse porque el pasado siempre pretende restablecerse de mil formas en lo nuevo.
Camaradas, no olvidemos que para garantizar y consolidar como 100, hay que avanzar como 200, el avance hoy como 200 quiere decir iniciar la lucha armada; comenzar las acciones es la garantía para sembrar lo nuevo a fondo, con plomo, desmoronando los viejos muros, eso es lo nuevo; lo demás es lo viejo camaradas. Así debemos entenderlo y estar sumamente claros. El Partido ha entrado pues a desarrollarse a través de las armas, esa es una situación fundamental. Dicho esto tenemos tres cosas:
Primera, entramos a la ofensiva estratégica de la revolución mundial, ése es nuestro contexto. La pujante marea revolucionaria está de nuestro lado.
Segunda, el pueblo entra a tomar el poder por las armas. El futuro se decidirá con la guerra popular que ponemos en marcha.
Tercera, el Partido entra a desarrollarse a través de la lucha armada. Así el Partido devendrá en el poderoso Partido que la revolución necesita y como lo necesita lo ha de forjar.
Camaradas, están compaginados el proceso mundial, el proceso del país y el proceso del Partido. Por tanto, el futuro está asegurado, está palpitando en las acciones bélicas que comenzaremos a hacer; es tierno hay que acunarlo con estruendo de armas, hay que desarrollarlo con guerra de guerrillas, hay que fortalecerlo con guerra popular; hay que cuidarlo como germen de un ejército naciente en destacamentos armados, hay que desenvolverlo como un ejército guerrillero y hay que conformarlo en un poderoso ejército.
Camaradas, estas tres condiciones determinan que el Partido pase a conducir la lucha de las masas armadas y en nuestra mente, en nuestro corazón, en nuestra voluntad va invívito el poder popular, lo llevamos con nosotros. No tenemos retaguardia al comienzo o la tendremos pequeña, débil, frágil y variable. Camaradas, no olvidemos el poder popular, el Estado de la clase obrera; el Estado de obreros y campesinos marcha con nosotros, lo llevamos en la punta de los fusiles, anida en nuestra mente, palpita en nuestras manos y estará con nosotros siempre ardiendo en nuestro corazón. No lo olvidemos nunca, es lo primero que debe estar en la mente. Camaradas, nacerá frágil, débil porque será nuevo pero su destino será desarrollarse a través del cambio, de la variación de la fragilidad, como una tierna planta. Las raíces que pondremos desde el inicio que sean el futuro de un vigoroso Estado. Todo eso camaradas, comienza a nacer de las más modestas y simples acciones que mañana hemos de iniciar.
Son tres cosas compaginadas: la historia mundial, la historia de nuestra patria y la historia de nuestro Partido, son tres convergencias, tres realidades, tres conjunciones y una sola conclusión final, una sola verdad inconmovible, un sólo futuro. La revolución anidará en nuestra patria, de eso respondemos nosotros.
IV. COMENZAMOS A DESARROLLAR LA MILITARIZACION DEL PARTIDO A TRAVES DE ACCIONES Y APLICAR EL PLAN DE INICIO
Es derivación de las tres cuestiones anteriores. Es una conclusión lógica, necesaria, irrefutable e irreversible, contundente. De las tres cuestiones dichas, el Partido en la II Sesión Plenaria del Comité Central ha definido “Desarrollar la Militarización del Partido a través de acciones”; sanciona que a través de acciones bélicas el Partido devendrá la poderosa y reconocida vanguardia de la clase obrera del Perú, el reconocido centro de la revolución peruana. La II Sesión Plenaria ha sancionado un “plan de inicio de la lucha armada” que soluciona un problema no resuelto hasta hoy: el inicio de la lucha armada; esto camaradas, no es para enorgullecernos, es para comprender nuestra inmensa responsabilidad, sólo para eso. El envanecimiento nunca debe estar ni por asomo en nosotros; la modestia y la sencillez deben acompañarnos; y cuanto más hagamos, más modestos y más sencillos porque somos fieles servidores de la clase y del pueblo. Así tenemos que aprender a ser. Muchas cosas cambiarán más profundamente aún en nosotros. Tenemos camaradas, por obra de la acción de la historia universal, del marxismo-leninismo- pensamiento maotsetung, por obra de nuestro pueblo que entra a definir su historia por las armas, por obra de cincuenta años de brega del Partido, de innumerables comunistas y como derivación de lo que nuestro propio fundador puso a andar, tenemos resuelto el problema del inicio de la lucha armada. Hemos resuelto el primer problema militar fundamental, cómo iniciar la lucha armada. Sabemos qué hacer, cómo armarnos y, lo principal, cómo levantar al campesinado para en ardua brega arrancar una guerrilla de esa poderosa tierra que es el campesinado; sabemos cómo hemos de enfrentar a cercos y también cómo quebrantarlos.
Camaradas, está resuelto el problema del inicio de la lucha armada en el Perú, que a nadie le quepa duda. No tenemos nada por qué dudar. Resuelto está el problema. Tómesele como lo que es, derivación del marxismo-leninismo-pensamiento mao tsetung; tómesele como lo que es, consecuencia de que nuestro pueblo entra a tomar el poder por las armas; tómesele como lo que es, derivación de cincuenta años de Partido. Así tendremos sentido histórico, así comprenderemos y así sabremos dónde hemos de ir y a qué puerto hemos de llegar a buen seguro.
V. NOS ARMAMOS TEORICA Y PRACTICAMENTE PARA INICIAR LA LUCHA ARMADA
Nos armamos teórica y prácticamente con la Línea Militar y con movilización política general, formando destacamentos y desarrollando acciones iniciamos la lucha armada. Esto es lo que más indeleblemente debemos grabar.
Esta I Escuela Militar es histórica. Nos preguntábamos ¿qué es esta Escuela? Si la II Sesión del Comité Central es “Timbre de Gloria”, ¿qué es esta Escuela? Volvamos a decirlo: “Sello y Apertura” pues sella y abre. Sella nuestra vida no armada, apertura nuestra guerra popular. Camaradas eso es esta Escuela. Aquí teníamos que aplicar los acuerdos de la II Sesión Plenaria del Comité Central; hemos cumplido exitosamente y resuelto problemas que el Comité Central debe sancionar bien pronto, a la vez que disponga el reajuste del Partido y comenzar las acciones.
Así, el partido a través de sus organizaciones centrales, de sus dirigentes y cuadros se arma con su línea militar, en teoría y práctica. La misma reunión final camaradas, es una muestra de distribución de fuerzas: una muestra de cerco y aniquilamiento al pesimismo y la oposición; se ha aniquilado y quemado lo que entre nosotros y en nosotros podía haber de oposición, se ha enarbolado el optimismo y desbordado el entusiasmo; se han desplegado las victorias por venir. Así hay que entenderlo. Hemos visto marchar combatientes: hemos visto avanzados combatientes, dirigentes a la cabeza, abriendo brecha; hemos visto pasar las filas que seguían para mantener la acción y apoyarla; hemos visto al final la acción definitoria, apasionada, ardorosa de fe, para concluir tomando la cumbre. Lo que hemos hecho hoy es muestra de cómo se actúa militarmente; por eso decimos nos estamos armando teórica y prácticamente y al armarnos así los cuadros y los dirigentes, el efectivo fundamental, obviamente hemos entrado a la movilización política general. Recordemos al Presidente Mao: la clave es mover a los cuadros; eso está cumplido. Comenzó pues la movilización y lo que aquí se ha hecho repercutirá mañana en más poderosas ondas, porque las masas del Partido anhelan escuchar que debemos iniciar las acciones y quieren saber cómo hacerlo. Camaradas, vamos a las bases como portadores de buena nueva; hay que aplicar el plan de inicio y lo hemos de hacer mañana mismo, es lo que los latientes corazones de los militantes y de las masas que trabajan junto a nosotros arden por escuchar, sueñan con realizar.
Camaradas, está puesta en marcha la movilización política general del Partido, formando destacamentos armados y desarrollando acciones militares iniciamos la lucha armada. Esto deriva de aquí, por eso esta reunión es sello y apertura.
VI. SOMOS LOS INICIADORES
Somos los iniciadores. Comenzamos diciendo somos los iniciadores, terminamos diciendo, somos los iniciadores, ¿Iniciadores de qué?, de la guerra popular, de la lucha armada que está en nuestras manos, brilla en nuestra mente, palpita en nuestro corazón, se agita incontenible en nuestras voluntades. Eso es lo que somos. “Un puñado de hombres, de comunistas, acatando el mandato del Partido, del proletariado y del pueblo, en ese 19 de abril, dirá la historia, puestos de pie expresaron su declaración de fe revolucionaria, con el corazón ardiendo de pasión inextinguible, voluntad firme y resuelta, y con mente clara y audaz asumieron su obligación histórica de ser LOS INICIADORES; y lo que decidieron un 19 de abril lo plasmaron en otoño en boicot y cosechas, prosiguieron en acciones contra el poder reaccionario, apuntando al poder local, lo continuaron con invasiones y con las masas campesinas alzadas arrancaron las guerrillas, y las guerrillas generaron el poderoso ejército que somos hoy y el Estado que se sostiene sobre él. Nuestra patria es libre…”; así dirá camaradas, así dirá. Eso se concreta en nuestra decisión partidaria aparentemente simple pero de gran dimensión histórica.
Camaradas, ¿estas tres cuestiones finales nos plantean contradicciones? Sí también nos plantean contradicciones. Aquí, en el Partido, se concentra en nuestro acuerdo de “Desarrollar la Militarización del Partido a través de acciones” y en aplicar el Plan de Inicio, la esencia de lo nuevo, lo nuevo del mundo que no podrá ser detenido porque surge hoy de manos armadas y más mañana; se concentra lo nuevo de nuestro país, el dirimir armadamente, y se concentra el paso del Partido a desarrollarse a través de las armas, a través de la lucha armada. Así en la cuestión de desarrollar y aplicar el plan de inicio, se concentra lo nuevo y se enfrenta a lo viejo. Lo viejo se empeñará en contrario, pero ya está derrotado, es una gran derrota del derechismo. La destrucción ya está conjurada; el desarrollo ha triunfado, plasmémoslo a través del tronar, escribámoslo con plomo, que quede escrito para siempre en páginas de acero sobre el lomo de las montañas pero que nunca más pueda borrarse ni escribirse en sentido contrario. Esa es la contradicción. Todo recala a última hora en el quinto problema. La contradicción entra al problema de armas, de guerra, de lucha armada, de iniciarla. Si hasta hoy actuamos como gente no armada, el problema es que entramos a actuar con manos armadas; de tiempos de paz a tiempos de guerra y los tiempos de guerra tienen otras exigencias, otras demandas perentorias.
Camaradas, las contradicciones se agolpan pero las manejamos. Hemos aprendido a manejar la historia, las leyes, las contradicciones. Está en nuestras manos resolver todo plasmándolo en hechos bélicos; nada nos detendrá. Pasaremos a tiempos de guerra irreversiblemente, la contradicción se desenvolverá, lo nuevo triunfará, nos lleva al final.
Somos los iniciadores, ¿qué contradicción se nos plantea? Nosotros y los demás comunistas de las bases que son nosotros, presentes o no, que laten en nosotros, esperan con ansias lo que aquí decidamos. Todos tenemos un problema, una contradicción: la gran ruptura. El tiempo llegó camaradas, el tiempo llegó. Es tiempo de gran ruptura. Romperemos todo aquello que nos liga al viejo y podrido orden para destruirlo cabal y completamente, pues si en ese mundo caduco tenemos algún interés no podremos destruirlo. Los hombres individualmente hablando podemos ser débiles, cada uno debe pensar bien; uno como individuo, como persona puede ser frágil y débil; pero la revolución es todopoderosa y la revolución armada más aún porque se sustenta en las masas que es la fuerza de la tierra, porque la dirige el Partido que es la luz del universo.
Camaradas, entramos a la gran ruptura. Hemos dicho muchas veces que entramos en ruptura y que muchos lazos hemos de romper pues nos atan al viejo orden podrido y si no lo hacemos no lo podremos derruir. Camaradas, la hora llegó, no hay nada que discutir, el debate se ha agotado. Es tiempo de actuar, es momento de la ruptura y no la haremos en lenta y tardía meditación, ni en pasillos ni en cuartos silenciosos, la haremos en el fragor de las acciones bélicas, será la forma de hacerlo, una forma adecuada y correcta, la única forma de hacerlo. Ahí en las acciones, como hemos estudiado, la capacidad consciente de los hombres se intensifica, la voluntad es más tensa, la pasión más poderosa, la energía endiablada. Camaradas, ahí encontraremos la energía, la fuerza, la capacidad suficiente para la gran ruptura. A eso hemos entrado. Las trompetas comienzan a sonar, el rumor de la masa crece y crecerá más, nos va a ensordecer, nos va a atraer a un poderoso vórtice, con una nota: seremos protagonistas de la historia, conscientes, organizados, armados y así habrá la gran ruptura y seremos hacedores del amanecer definitivo. En eso hemos entrado camaradas.
Quiero concluir: esta Escuela, esta I Escuela Militar del Partido es un sello y apertura, sella lo hecho hasta hoy, apertura el mañana. Lo que hemos hecho hasta aquí es positivo, ha dado buenos frutos. Por sus obras los conocerás se dice; las obras están hechas, delante de nosotros, no hay nada que probar; ha sido bueno lo hecho hasta aquí. La apertura, lo que hemos de hacer, será más grande aún y en definitiva, será lo único grande que hemos de hacer. Saldrá de las armas del cañón de los fusiles, saldrá de la acción directa del Partido sobre las masas. Saldrá de la guerra popular.
Camaradas, esta Escuela es sencillamente histórica, la dimensión que tiene no la podríamos comprender, sopesar como corresponde si no lanzamos la mirada décadas por delante. Esta es la Escuela de los Iniciadores, es el nombre que le ha dado el Comité Central, es en una palabra ILA 80. Qué quiere decir: Iniciar la Lucha Armada el 80, eso quiere decir. Es compromiso, es reto; emplazados estamos, lo sobrepasaremos; no digo lo cumpliremos, sino lo sobrepasaremos porque ésa es la exigencia y la necesidad histórica y nadie puede decir lo contrario.
Camaradas, la Escuela de los Iniciadores, ILA 80, hoy es esto: iniciar la lucha armada en el 80. Décadas después, en el futuro, será así: a ILA 80 la traducirán de esta manera: se inició la lucha armada en el 80. Eso es lo que hemos hecho aquí. Esa palabra es muy hermosa, tiene un doble significado y si vemos más tiene otro: es la concreción de lo hecho hasta aquí, plasma todo el pasado. ¿Qué nos guiaba camaradas? Iniciar la lucha armada, ¿no dice eso la IX Plenaria? Camaradas, es por tanto el pasado que se concreta, en el presente que apertura y es el futuro que tendrá que cumplirse irremediablemente. Todo eso es ILA 80. Concreción de lo que se acordó, ILA 80 es eso; la concreción del acuerdo pasado de iniciar la lucha armada, es en el presente iniciar la lucha armada hoy, en este año y será en el futuro, la lucha armada se inició en 1980.
Camaradas todo lo hecho por nosotros en estos días complejos, en momentos difíciles, pero en conclusión satisfactorios días, fructíferos, buenos, sanos, vitales, todo se concreta en “Escuela de Iniciadores: ILA 80”.
El Comité Central, el Buró Político del Comité Central, congratula a los presentes, a todos, porque con su acción han coadyuvado a que se concrete esta realidad. Congratula al Partido porque con su acción ha concretado esta realidad; congratula a las masas, a nuestro pueblo porque su acción de siglos se ha concretado aquí. Congratula a la clase obrera del mundo, al proletariado internacional, a los pueblos del mundo porque su acción ha fructificado aquí. Rinde pleitesía, como siempre tendrá que hacerlo, a las inmarcesibles banderas del marxismo-leninismo-pensamiento maotsetung, porque todo eso tan grandioso y que siempre vivirá se ha concretado aquí. Ha anidado entre nosotros el marxismo-leninismo-pensamiento maotsetung, ha anidado entre nosotros la clase obrera internacional y los pueblos del mundo, ha anidado aquí el Partido, nuestro pueblo, nuestra clase ha anidado aquí, el espíritu de la revolución. ¡Llegó al fin!: toda nuestra brega está convalidada. Al fin camaradas se concretó: Iniciar la lucha armada hoy. Todo lo hecho, incluidos los errores que han servido de experiencia, están convalidados acá, ésa es la esencia de esta Escuela.
El Comité Central, el Buró Político del Comité Central sienten y expresan a través del que habla, un inmenso regocijo porque hemos cumplido con una tarea simple y grandiosa: que la lucha armada, iniciar la lucha armada, ILA 80 anide aquí y defina concluyendo el pasado, precise el presente y abra el futuro. Camaradas, hemos cumplido, por tanto se abre el futuro, se abre la promesa, la esperanza; recordemos las palabras de un viejo sabio “Lo que la vida te lo promete, cúmpleselo tú a la vida”.
El marxismo-leninismo-pensamiento maotsetung, el proletariado internacional y los pueblos del mundo, la clase obrera y el pueblo del país, el Partido con sus bases, cuadros y dirigentes, toda esta grandiosa acción conjunta de siglos se ha concretado aquí. La promesa se abre, el futuro se despliega: ILA 80.
Nuestra obligación es cumplirla. Lo que se nos ha dado como futuro debemos cumplírselo a la vida, al pueblo, al proletariado, al marxismo-leninismo-pensamiento maotsetung.
Camaradas, el esfuerzo invertido se contenta, se regocija en la obra realizada, se complace en lo realizado, no busca recompensa.
¡El futuro está en el cañón de los fusiles! ¡La revolución armada ha comenzado!
¡Gloria al marxismo-leninismo-pensamiento maotsetung!
¡Viva el Partido Comunista del Perú!
¡Iniciemos la lucha armada!
(De la I ESCUELA MILITAR; 19 de abril de 1980)
¡ HACIA LA GUERRA DE GUERRILLAS !
La primera parte de esta Sesión nos da fundamentales conclusiones:
I. El Plan de Inicio, su aplicación y el remate de las primeras acciones son brillante y rotundo éxito de trascendencia y gran repercusión que ha encendido en nuestra patria las siempre vivas llamas de la guerra popular.
II. Resumiendo experiencias en el Balance General de las primeras acciones se ha desarrollado más la línea militar del Partido y avanzado en su consolidación, aplastando al derechismo concretado en posiciones militaristas que esbozan una línea apuntando a desenvolverse como línea militarista burguesa.
III. El Partido fortalecido en la fragua de las primeras acciones está en pie de combate listo para marchar hacia el inicio de la guerra de guerrillas.
La primera resalta el brillante y rotundo éxito que el Partido ha obtenido, tiene gran repercusión histórica.
La segunda señala que en el balance de las primeras acciones se ha desarrollado más la línea militar del Partido, y ha avanzado en su consolidación combatiendo posiciones militaristas que buscan desenvolverse como línea militar burguesa. Así hemos obtenido mayor desarrollo y avanzado en la consolidación, pero la línea militar, como toda línea, sólo se desarrolla y va consolidándose en lucha.
La tercera establece y resalta que el Partido está preparado para marchar hacia el inicio de la guerra de guerrillas.
Hemos terminado la primera parte que es fundamental y base de esta Sesión del Comité Central Ampliado. Sobre estas bases sólidas podemos esbozar el contexto nacional e internacional y plantear el plan para iniciar la guerra de guerrillas. Debemos ser muy conscientes del éxito brillante y rotundo de la aplicación del Plan de Inicio de la lucha armada, plan que tiene trascendencia histórica y ha estremecido al país poniendo al Partido en el centro de la lucha de clases, en el centro de la contienda política.
La constante brega de militantes comunistas como expresión de la lucha de clases del proletariado, de las masas de nuestro pueblo, se ha plasmado históricamente definiendo campos; hemos entrado a la forma superior de lucha, lucha armada para destruir el viejo orden y construir la nueva sociedad.
De aquí para adelante la guerra popular mora entre nosotros y habita en el país y sus siempre vivas llamas atizarán, enardecerán a nuestro pueblo; serán llamas invencibles, estremecedoras y destructoras de la podrida sociedad imperante, llamas de cuyo corazón saldrá la hoguera más potente del futuro.
Nos ha correspondido la misión histórica de iniciar la lucha armada en nuestra patria y desarrollarla como parte de y aporte a la lucha de América Latina, del proletariado internacional y los pueblos del mundo y de la revolución mundial a la cual servimos por imperativo del internacionalismo proletario.
Larga ha de ser pero fructífera; cruenta ha de ser pero brillante; dura ha de ser pero vigorosa y omnipotente. Se ha dicho que con fusiles se transforma el mundo, ya lo estamos haciendo. De la boca de los fusiles todo habrá de salir, ya lo estamos viendo y más aún lo veremos conforme se desarrolle la guerra popular.
A los comunistas que militan en este Partido, en este país, que han roto el conjuro de más de 50 años, no puede menos que vibrarles el alma hoy cuando realizamos este gran balance que comprueba y sopesa lo cumplido, contando, midiendo y pesando el futuro. De lo que hacemos somos muy conscientes y responsables; no tenemos nada de qué enorgullecernos salvo de cumplir bien nuestro deber y no tenemos nada de qué vanagloriarnos, pues la gloria es de la clase, del pueblo y del Partido. Sin embargo, debemos rebosar de optimismo seguros de que piedras miliares del nuevo orden comienzan a asentarse. El futuro comienza a escribirse, escribiremos la historia nueva con flores de piedra en bronce y para siempre jamás; domaremos los cerros, escribiremos nueva historia con puntas de espadas, con luz de fuego, arrasando la iniquidad, haciendo nacer el futuro.
Para todo Partido Comunista llega un momento que asumiendo su condición de vanguardia del proletariado en armas rasga los siglos; lanza su rotundo grito de guerra y asaltando los cielos, las sombras y la noche, comienzan a ceder los viejos y podridos muros reaccionarios, comienzan a crepitar y crujir como frágiles hojas ante tiernas y nuevas llamas, ante jóvenes pero crujientes hogueras. La guerra popular comienza a barrer el viejo orden para destruirlo inevitablemente y de lo viejo nacerá lo nuevo y al final como límpida ave fénix, glorioso, nacerá el comunismo para siempre.
Debemos enarbolar el optimismo y desbordar entusiasmo más aún avizorando que servimos a perpetuar una obra para siempre jamás. Los hombres somos pedazos de tiempo y palpitaciones, pero nuestra obra quedará por los siglos estampada en generaciones y generaciones. Los hombres marchan a su fin inevitablemente pero la humanidad y la clase obrera y lo que creará no tendrá fin jamás. Poblaremos la Tierra con luz y alegría.
Con nosotros, con nuestra lucha armada, comienza a nacer la auténtica libertad, la única verdadera. Somos trompetas del futuro, del fuego inextinguible que cruje en el tormentoso presente.
¡ VIVA LA MARCHA IRRESISTIBLE HACIA LA GUERRA DE GUERRILLAS!
24 de Agosto, 1980
PCP-COMITE CENTRAL AMPLIADO