DECLARACIÓN CONJUNTA: ¡LUCHA CONTRA LA MILITARIZACIÓN DE LOS ESTADOS IMPERIALISTAS NÓRDICOS!
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Proletarios de todos los países, ¡uníos!
DECLARACIÓN CONJUNTA
¡LUCHA CONTRA LA MILITARIZACIÓN DE LOS ESTADOS IMPERIALISTAS NÓRDICOS!
Los imperialistas de los países nórdicos apenas se habían recuperado de la llamada “crisis financiera mundial”, cuando en 2019 ya estaba en marcha una nueva crisis de sobreproducción, luego agravada por la llamada “crisis de la corona” y ahora por la guerra en Ucrania. Esta última golpea especialmente al imperialismo finlandés por sus fuertes relaciones económicas con Rusia. El imperialismo noruego, por su parte, si bien es golpeado por las sanciones impuestas por los yanquis, también se beneficia de ellas gracias a su industria petrolera. Sobre la base de la crisis cada vez más aguda, estos imperialismos se esfuerzan no sólo por mantener sus posiciones en las naciones oprimidas, sino también por avanzar para “resolver” sus crisis.
Un contexto importante son las naciones oprimidas de la llamada “Europa del Este”, es decir, semicolonias antes dominadas por el socialimperialismo ruso y luego usurpadas bajo la hegemonía del imperialismo yanqui desde los años 90. De especial interés para los imperialismos nórdicos son los estados bálticos y Polonia, donde tienen un firme control económico, como ilustran las estadísticas relativas al comercio, las exportaciones de capital y la migración. Además, estas naciones oprimidas del Mar Báltico están incorporadas al programa de “presencia avanzada reforzada” (eFP) de los yanquis y la OTAN y también, junto con los países nórdicos y los Países Bajos, a la cooperación militar liderada por los británicos llamada JEF (Joint Expeditionary Force). Además, también existen algunos acuerdos bilaterales en materia militar entre los países nórdicos y bálticos, por ejemplo entre Finlandia y Estonia.
Sin embargo, los pequeños imperialismos de los países nórdicos no son los únicos que buscan explotar estas naciones. Por supuesto, está el imperialismo de la superpotencia yanqui a través de la OTAN y otros acuerdos, y el imperialismo nuclear de la superpotencia rusa de forma aún más directa. También está Alemania, que quiere convertirse en una superpotencia, pero se ve frenada por el imperialismo yanqui. El imperialismo alemán tiene una fuerte posición económica en gran parte de la “Europa del Este”, incluso en Polonia, mientras que en los países bálticos es más débil en comparación con los imperialismos nórdicos, especialmente el sueco, que tiene el monopolio de la banca en el Báltico.
Aunque en sí misma la región del Mar Báltico no es la prioridad número uno en la lucha interimperialista incluso en Europa, tiene importantes implicaciones militares en conexión tanto con el Océano Ártico como con la Europa Continental. La región es esencial para los imperialismos ruso y alemán, y por tanto, para socavar la competencia, también para el imperialismo yanqui. Se utiliza en la proyección de la fuerza, y para socavar a los demás con el fin de avanzar en la propia posición a mayor escala. En este sentido, es una palanca.
Dicho esto, buscando contener el ascenso de Alemania, para el imperialismo yanqui es beneficioso apoyar una mayor connivencia de los imperialismos nórdicos en esta área. Esto también tiene implicaciones militares, ya que Suecia y Finlandia, incluso como estados no pertenecientes a la OTAN, han tenido un papel importante en la “estructura de seguridad” noreuropea, es decir, la Pax Americana. En este contexto, los imperialismos nórdicos han profundizado su cooperación militar en los últimos años, conocida como NORDEFCO desde 2019. ¡Incluso han decidido un “Sistema de Uniforme de Combate Nórdico” común! Además, Suecia y Finlandia firmaron en 2015 los llamados “acuerdos de nación anfitriona” con la OTAN. Ahora, la guerra en Ucrania está siendo utilizada para intensificar la militarización de la reacción en todos los países y para generar opinión pública para la adhesión a la OTAN en Suecia y Finlandia, que antes han tratado de presentarse como “neutrales” o “no alineados”.
La expresión más imperialista y chovinista de esta tendencia a la “cooperación nórdica” ha sido el llamado “Movimiento de Resistencia Nórdica”, de corte nazi-fascista, que ha abogado abiertamente por unos “Estados Nórdicos Unidos”, incluyendo como máximo una llamada Gran Finlandia (anexión de la República de Carelia). No son los únicos reaccionarios que se manifiestan contra la OTAN, pero también hay otros. En Finlandia, donde la reacción ha generado una opinión pública bastante fuerte a favor de la pertenencia a la OTAN, hay excepciones, como la del comandante retirado de las Fuerzas Armadas finlandesas que ha declarado públicamente su oposición a la pertenencia de Finlandia a la OTAN, diciendo que no es buena para la llamada “seguridad nacional”.
Al mismo tiempo, e independientemente de cualquier solicitud futura de ingreso en la OTAN, todos los estados imperialistas nórdicos, sin excepción, se están militarizando y aumentando su connivencia para avanzar en sus intereses comunes, sirviendo a los objetivos yanquis de destruir al imperialismo ruso como superpotencia nuclear y de contener al imperialismo alemán para que no se convierta en una superpotencia. De este modo, “nuestros” imperialismos de los países nórdicos esperan ganar algo para sí mismos, como carroñeros de lo que los yanquis depredan. Al mismo tiempo, no hay que olvidar que los países nórdicos tienen contradicciones interimperialistas entre sí, disputándose quién consigue ser la fuerza principal entre ellos. Además, siendo países del Segundo Mundo también tienen contradicciones con el imperialismo yanqui, la única superpotencia hegemónica del mundo, que pertenece al Primer Mundo, el de las superpotencias. Por lo tanto, no existe una verdadera unidad entre ladrones, sino una colusión basada en intereses comunes y una competencia dentro de ella. La colusión es relativa, la competencia es absoluta. Sobre esta base sus planes están condenados al fracaso.
Nosotros, los comunistas en formación de nuestros países, nos oponemos a los planes de “nuestros” imperialismos. Estamos en contra de la pertenencia a la OTAN, actual o futura, de nuestros países, y por las mismas razones estamos en contra de la cooperación militar nórdica, que es propuesta como falsa “alternativa” a la pertenencia a la OTAN por los diversos oportunistas de nuestros países. Además, exigimos el fin de todas las cooperaciones militares imperialistas en la región y en otros lugares, incluyendo la retirada de “nuestras” tropas, que ahora están operando en varios países del Tercer Mundo, y nos oponemos al gasto de fortunas en más militarización imperialista.
En cambio, luchamos por la Revolución Proletaria Mundial, por los Estados Unidos Socialistas del Mundo. En particular, luchamos por las revoluciones socialistas en nuestros países y por apoyar las revoluciones democráticas en los países bálticos, como parte y al servicio de la Revolución Mundial. Para estos fines luchamos por la reconstitución de los Partidos Comunistas y por la unificación bajo el maoísmo del Movimiento Comunista Internacional. Para apoyar esto, estamos a favor de un frente único internacional antifascista y antiimperialista. Queremos, tenemos y vamos a fusionar las dos poderosas corrientes: el movimiento proletario internacional, que es el mando, y el movimiento de liberación nacional, que es la base. Recordamos y mantenemos en alto las consignas planteadas por el Presidente Mao:
“¡Marxistas-leninistas [hoy, marxistas-leninistas-maoístas] de todos los países, uníos! Pueblos revolucionarios de todo el mundo, uníos; ¡derrocad al imperialismo, al revisionismo contemporáneo y a todos los reaccionarios de los distintos países!”
Proclamamos:
¡Abajo la OTAN y la cooperación militar nórdica!
¡Proletarios de todos los países y pueblos del mundo, uníos!
¡Por la unificación del Movimiento Comunista Internacional!
21 de abril de 2022
Firmantes:
Frente Rojo (Noruega)
Comité Maoísta (Finlandia)
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