Poder Proletario: LA UNIDAD ENTRE LOS COMUNISTAS: LUCHANDO POR EL PARTIDO Y POR LA INTERNACIONAL COMUNISTA DE NUEVO TIPO

PODER PROLETARIO

Organización Partidaria MLM

Colombia, Junio 1 de 2022

LA UNIDAD ENTRE LOS COMUNISTAS:

LUCHANDO POR EL PARTIDO Y POR LA INTERNACIONAL COMUNISTA DE NUEVO TIPO

INTRODUCCIÓN

El deterioro como nunca antes de las condiciones de vida de los más pobres del mundo, en el contexto de la actual crisis del capitalismo y potenciada en la Pandemia, así como el deterioro ambiental originado por el sistema de producción capitalista con sus graves consecuencias enel calentamiento global y en el cambio climático, han desatado un descontento popular sin precedentes, generando una inevitable marcha acelerada y ascendente de la que muchos reconocen ya como “la revolución manifiesta” en las recientes luchas populares, tanto en Colombia como en América Latina y ‒en general‒ en el mundo entero.

Sin embargo, para que esta explosión social pueda concretarse en una revolución proletaria, se requiere ‒urgentemente‒ la creación de partidos únicos y centralizados de la clase obrera, en cada país, con una real capacidad de ponerse al frente del movimiento revolucionario. Así mismo, es urgente el restablecimiento de la Internacional Comunista y en ese sentido la celebración de una Conferencia Internacional Maoísta Unificada, comoun paso previo, que sirva de faro a las luchas revolucionarias y de las masas en todo el mundo.

La marcha ascendente, cada vez más acentuada, del movimiento de masas y su avance en el camino de la revolución, reclaman la creación de un partido único y centralizado de la clase obrera, capaz de ponerse al frente del movimiento revolucionario”1

Pero para crear una verdadera vanguardia proletaria con capacidad real de dirigir la revolución y romper la fortaleza enemiga tenemos que superar el espíritu de secta que (al menos en Colombia) padecen los círculos maoístas, cuando consideran suficientes las pequeñas fuerzas que han logrado reunir a su alrededor y, ahora, esperan pacientes que la evolucióndel suyo, por pequeño que sea, llegue algún día a cumplir con lo que Lenin señalaba como esencial al Partido del proletariado: ser…

“… lo suficientemente grande para abarcar todo el país; lo suficientemente vasta y variada para poder introducir en ella una rigurosa y detallada división del trabajo; lo suficientemente resistente para saber proseguir inquebrantablemente su labor bajo todas las circunstancias y ante todos los “virajes” y situaciones inesperadas; lo suficientemente flexible para saber, de un lado, rehuir las batallas en campo abierto contra un enemigo peligroso por su fuerza aplastante, cuando concentre toda su fuerza en un punto, pero sabiendo, de otro lado, aprovecharse de la torpeza de movimientos de este enemigo y lanzarse sobre él en el sitio y en el momento en que menos espere ser atacado” (Lenin).

Pero, la mera evoluciónde un círculo nunca ha dado ni dará como resultado el Partido del proletariado. Los círculos imbuidos de sectarismo imaginan que la lenta evoluciónde su pequeño grupo es el camino más expedito para construir el Partido del proletariado, para acabar con el estancamiento y practicismo estrecho de las fuerzas revolucionarias en la nación. No logran concebir este salto como el producto de la lucha por la unificación ideológica enel proceso de unidad orgánica que tenga como fin aglutinar a los distintos círculos e individuos maoístas alrededor de los principios, desde una incesante lucha de líneas. Unidad y lucha son necesarias para derrotar las ideas incorrectas y para deslindar con el oportunismo y el revisionismo representados en los que tergiversan el marxismo y los que persisten en la dispersión del proletariado. Unidad para avanzar en la centralización orgánica de todos los proletarios que acepten los principios MLM. Parafraseando a Lenin:

El problema real es que una parte importante de los círculos [maoístas] y de sus cuadros no quieren levantar la vista de su pequeña labor práctica local, no comprenden el daño que hace la falta de una unidad orgánica e ideológica del Partido, están acostumbrados al fraccionamiento de éste y al caos ideológico dentro de él, y se imaginan que es posible prescindir de la unidad de todos [los maoístas] en un partido único y centralizado.

Para crear un Partido centralizado, hay que acabar con este atraso, con este estancamiento y practicismo estrecho de los diversos grupúsculos y pequeños círculos locales.

Una organización que no logre reunir en su seno las fuerzas del proletariado guiadas por su ideología, aunque por años haya batallado en la lucha anti imperialista y contra la explotación terrateniente y oligárquica, será incapaz de atraer a su lado a aquellos que, bajo presiones económicas, coacción de poder, o desconcierto ideológico se hallan próximos al bando enemigo, o aquellos que otrora eran enemigos nuestros pero que, por nuevas condiciones, hoy pueden ser aliados desde una clara demarcación de los principios; no podrá construir la hegemonía proletaria. En fin, ese tipo de organización, no logrará unir al pueblo en contra del imperialismoy sus lacayos.

Desconocer el deber constante que tienen los comunistas de elevar a capas cada vez más amplias del proletariado y las masas oprimidas a su propio nivel avanzado, sólo significa (como dice Lenin) engañarse a sí mismo, cerrar los ojos a la inmensidad de nuestras tareas y empequeñecerlas.Proceder así es frenar, aislar y perjudicar a la revolución precipitando rendiciones, desmoralizaciones y entregas de cuadros y masas intermedias que necesitan la dirección proletaria.

Las organizaciones encerradas en sí mismas, que han renunciado a la dialéctica y, en consecuencia, se consideran absolutamente puras (como una especie de síntesis del proletariado íntegramente perfecto), conciben a las demás fuerzas democráticas y revolucionarias totalmente incorrectas, al camino de la revolución perfectamente recto y a Sun Yat-Sen lo ven como el único demócrata y amigo del pueblo con el que era posible hacer una alianza o acuerdo. Así, se estrellarán sin remedio con la realidad, que se produce dialécticamente, donde todo se divide en dos. Su visión metafísica les impedirá que se liguen fuertemente a las masas y será un obstáculo real para adelantar algún acuerdo con otras organizaciones revolucionarias, e, indefectiblemente, los conducirá al ostracismo total y ala derrota.

Tener una política sectaria entre los MLM ha ido, casi siempre, de la mano de la política de “puertas cerradas” que considera incorrecto trabajar entre las fuerzas democráticas, la pequeña burguesía, los campesinos medios, los ricos y las masas que no repitanexactamente la línea que ellos predican.

desconocen que,como todas las cosas del mundo, la alineación de las fuerzas revolucionarias y contrarrevolucionarias están permanentemente experimentando cambios, y, una política de “puertascerradas”, lo mismo que la ausencia de principios, evitará que el proletariado se beneficie con estos cambios. (Mao)

Negar la unidad alrededor de los principios y el deslinde por medio de la lucha de líneas, es empeñarse en promover, no sólo el caos ideológico y el fraccionamiento del proletariado por pequeñas diferencias de forma y no de concepción, promoviendo y perpetuando la dispersión de todas las fuerzas aliadas o susceptibles de unirse para hacer la revolución. Procediendo así, nos será imposible acorralar, aislar y derrotar al enemigo.

Sin embargo, la unión ideológica del proletariado por sí sola no basta para construir o reconstituir los partidos del proletariado. Luego de ganar una identidad ideológica es necesario “afianzarla” con la “unidad material de organización” del proletariado, bajo los principios del centralismo democrático que proporcionen las reglas, para definir, en lucha de líneas, estatutos, programa, fines y tareas del Partido y, para el fin último de toda la ciencia de la revolución: transformar el mundo con la práctica revolucionaria, y, en esa transformación, comprobar en la práctica qué aspectos de la línea (política) hay que mejorar, cuáles cambiar y cuáles ratificar y desarrollar. Y, esto es imposible sin regirse estrictamentepor el centralismo democrático.

En síntesis, para que el Partido pueda convertirse en un verdadero partido de vanguardia debe estar firmemente cohesionado por los principios ideológicos, estrictamente regido por los principios del centralismo democráticoy cumplir disciplinadamente en la práctica lo acordado en la lucha de líneas para poder transformar el mundo y mejorar su conocimiento y síntesis. Pero, el partido se hace vanguardia dirigiendo. Es por eso que el proceso de construcción o reconstitución de los partidos del proletariado implica la construcción simultánea de los otros instrumentos de la revolución que, también para Colombia son, el ejército guerrillero y el frente.

Colocamos entonces, en consideración del movimiento comunista internacional y del movimiento maoísta en Colombia los siguientes análisis, donde expondremos por qué pensamos que se requiere urgentemente la unidad del proletariado en cada país y en el mundo, al mismo tiempo argumentamos sobre qué bases debe construirse esa unidad y por qué para nosotros debe hacerse sobre la base de los principios; en este sentido también hacemos la crítica y nos autocriticamos por los errores que se han cometido en el movimiento maoísta, especialmente en nuestro país, respecto a la construcción del Partido del Proletariado que derivan -pensamos nosotros-de la falta de aplicación de la dialéctica; y al final del presente documento retomamos las bases de unidad de nuestra Organización partidaria con el objetivo de proponer unos principios básicos perofundamentales para la unidad entre los comunistas.

CAPÍTULO I

SE REQUIERE URGENTEMENTE LA UNIDAD DEL PROLETARIADO

La unidad es necesaria para la clase obrera. La unidad sólo puede realizarse mediante una organización única, cuyos acuerdos cumplan concienzuda y voluntariamente todos los obreros conscientes. Discutir el problema, expresar y oír opiniones distintas, conocer el criterio de la mayoría de los marxistas organizados, estampar este criterio en una resolución es lo que se llama unidad en todas las partes del mundo y por toda la gente sensata. Y esta unidad es infinitamente valiosa e importante para la clase obrera.

Los obreros separados no son nada. Los obreros unidos lo son todo”. (Lenin).

Za Pravdu”, núm. 50,3 de diciembre de 1913.

El movimiento revolucionario y en particular el movimiento comunista, a nivel mundial, están pasando por una crisis profunda que se ve reflejada, inevitablemente, también en las luchas políticas y de resistencia de las masas.

Hace muchos años no se presenciaba en el mundo un jalonamiento tan significativo en los movimientos de masas en general, no obstante, la ausencia de verdaderos partidos comunistas. Esta debilidad ha impedido que se les ponga freno a los avances contrarrevolucionarios de la burguesía en la esfera de las reivindicaciones económicas (por ejemplo, no se ha podido evitar que se arrebaten miles de conquistas de las masas trabajadoras); y más grave aún, no se ha podido evitar que el enemigo le siga arrebatando a los comunistas la iniciativa en la lucha por el poder político.

Se sabe de sobra que, en partes del planeta, el Proletariado y las masas mantienen y despliegan, en contra del sistema imperialista y las clases opresoras, guerras populares como en India, Perú, Turquía y Filipinas y, en muchas otras naciones y territorios, una resistencia tenaz y no en pocas ocasiones heroica. No obstante, la falta de verdaderos Partidos Comunistas MLM, en la mayor parte del planeta, y de una Internacional Comunista, deja a los oprimidos sin su arma más importantey en condiciones de extrema debilidad. Si los comunistas no reaccionan con prontitud y energía, el precio que pagarán las masas alrededor del mundo será mayor que los sacrificios de la primera y segunda guerra mundial sumados.

Al enfrentar a la reacción mundial (al sistema imperialista), el proletariado tiene un sin número de enemigos a los que es necesario enfrentar con toda determinación. Por un lado, están las clases que son el blanco de la revolución y que, en términos generales, deben estar claramente definidas en el programa de la revolución y la línea política; por otro lado, están los oportunistas y revisionistas (enemigos del Partido, las masas, el proletariado y la revolución) en el seno de las organizaciones revolucionarias tratando por muchos medios de “reformar” (tergiversar) el marxismo, o de justificar y defender lo más atrasado en materia de organización y de torcer o frenar la revolución. Son, estos enemigos, los principalesresponsables de la gran dispersión que padece actualmente el proletariado y el movimiento revolucionario en general.

Si bien, para finales del siglo XX, el proletariado contó con el extraordinario desarrollo de la Guerra Popular en el Perú liderada por elPresidente Gonzalo, que dio lugar a los desarrollos prácticos y los aportes teóricos más importantes de los últimos tiempos en el marxismo, también es cierto que, para finales del siglo XX, el revisionismo y el oportunismo se estaban incubando también dentro del mismo MRI, en cabeza principalmente de Avakian, el PCR EU y el Partido Comunista de Nepal, de tal modo que lograron introducir una gran dispersión entre los comunistas, el movimiento revolucionario y popular en general.

Mirando retrospectivamente, la estrategia de los revisionistas y oportunistas empotrados en el MRI fue la siguiente: repetir permanentemente verdades generales del Marxismo Leninismo Maoísmo pero, metiendo de contrabando reformismo y oportunismo, a veces a cuenta gotas; otras, a ojosvistos, haciéndose completamente visibles, pero siempre asegurándose de que el “marxismo”, o mejor, el catecismo que predicaban, se quedara en las abstracciones más generales, en el terreno exclusivamente “teórico”, sin aplicación práctica (en Nepal donde, antes de su destorcida, la incidencia esencial era del MLM que permitió el desarrollo de una GPP, luego de concretar su traición, implementaron su desmonte).

Así mismo, el método con el que formaban los cuadros era absolutamente escolástico, al mejor estilo de los monjes de clausura, con poco contacto con el mundo real (con la lucha de clases) y sin la más mínima capacidad para transformar el mundo; limitándose a reproducirlo permanentemente, tal y como está en sus dinámicas y estructuras, pero agravando las condiciones materiales de los pueblos. De hecho, estos falsos comunistas posaban de muy revolucionarios, pero cuando llegaba la hora de la aplicación de la teoría, cuando se exigía soluciones prácticas, se salían por la tangente con una lección aprendida de memoria, en meras verdades generales. Como tenían un poco de conciencia de su pobre práctica, siempre estaban en guardia para responder a cualquier crítica con media docena de perogrulladas, que nunca resolvían nada. Nunca, realmente, explicaban científicamente nada; las suyas sólo eran palabras vacías que servían de contragolpe para voltear la tortilla,y los críticos salían “criticados”como aventureros, como empíricos, como oportunistas, etc.

Luego de que la Guerra Popular en el Perú entrara en “elrecodo”con la captura del Presidente Gonzalo, el oportunismo encontró el momento favorable y dio su golpe más fuerte, intensificó la campaña para difundir la “Nueva Síntesis” de Avakian, frenó la Guerra Popular en Nepal entregando todos los avances que habían obtenido las masas, desmovilizó al MRI y movilizó a sus acólitos para difundir la “Nueva Síntesis”.

1. LA METAFÍSICA EN EL MOVIMIENTO COMUNISTA: EL PARTIDO PROLETARIO SIN LUCHA DE LÍNEAS, MONOLÍTICO, PRODUCTO DE LA TEDIOSA EVOLUCIÓN DE UN GRUPÚSCULO

Los principios como elemento cohesionador

La unidad alrededor de los principios, nos proporciona la certeza de que el Partido (o la organización revolucionaria) se mantenga en las filas del proletariado revolucionario, garantizando que el aspecto principal del partido sea el proletario, independientemente de la línea (política) que, en un momento o por un periodo, se haga mayoritaria en un proceso de lucha de líneas interna. Asir firmemente los principios garantizan una lucha de líneas democrática y amplia, permitiendo que las diferentes líneas se expongan en su totalidad, se hagan las críticas y se corrijan los errores, en un ambiente democrático, sin los temores de que una nueva línea sacará a la organización de las filas del proletariado revolucionario y sin el temor de las habituales escisiones por diferencias de línea. Es decir, los principios son la primera y principal fortaleza para impedir que el oportunismo y el revisionismo se tome la dirección de la organización proletaria, cuando se está en la luchapor definir una línea política o cuando se está en una lucha por mejorarla. Para los comunistas la unidad alrededor de los principios, tiene como aspecto principal el garantizar la construcción y fortalecimiento de la organización del proletariado (en lasesferas teórica y organizativa), a través de las distintas luchas de líneas que, allí, surgen y se van procesando hasta formar el enfrentamiento de las fundamentales.

Es clave el correcto manejo de las contradicciones en la dialéctica: unidad-lucha-unidad, donde las posiciones más correctas se enfrentan, en lucha de líneas, con las apreciaciones incorrectas, permitiendo que la centralización de las ideas por medio de la lucha, logre la unidad de voluntades, para que la práctica revolucionaria (táctica y estratégica) ayuden a determinar y consolidar la línea correcta. No es posible conseguir por fuera de esta dialéctica (en la lucha en contra de las desviaciones de izquierda y derecha) la línea correcta. Es indispensable posibilitar que se desarrolle la contradicción dentro de la misma organización, garantizando que una parte del partido pueda ser mayoría y otra acepte ser minoría, en el marco que brindan los principios fundamentales del proletariado, velando porque el proceso de luchas de líneas siga su curso dialéctico, mejorando y depurando la línea del partido y permitiendo que la organización, armada con el centralismo democrático (la disciplina proletaria), ponga a prueba a la línea, en la práctica, cumpliendo con (y ratificando) lo acordado en el proceso de lucha y la definición de las líneas que se enfrentan en la estructuración o reestructuración de la línea estratégica.

Sin las garantías que brinda la unidad alrededor de los principios, no habrá certeza en la lucha de líneas; por ejemplo, la certeza de que la minoría sí se someterá a la mayoría, o que la minoría sí tendrá la oportunidad, en la lucha de líneas, de explicar lo acertado de sus planteamientos. Si se prescindiera de los principios como criterio fundamental de unidad de los marxistas, no existiría la certeza de que se está en la organización correcta, independiente de la línea general que se haga mayoritaria en la organización. Pero si se dijera que no sólo son los principios el factor que determina quién puede estar en una organización proletaria, sino que son los principios y la línea los criterios fundamentales para determinar quién está en las filas del proletariado y quién por fuera, eso implicaría que una diferencia de principios es una escisión de la organización, y esto tiene toda la lógica, pero, además, eso implicaría que una diferencia de líneas, también sería una razón para romper la organización, entonces, cada discrepancia por línea, no llevaría a un fortalecimiento de la organización, sino a un fraccionamiento, se sobrevendría una serie de escisiones sin fin, donde cada nueva diferencia de líneas es una nueva escisión, un desmembramiento de los revolucionarios, dando origen a nuevos grupúsculos y un fortalecimiento del autonomismo en contravía del centralismo, en contravía del Partido Único: toda una oda y un abrirle el camino sin tropiezos al oportunismo en materia de organización.

La escisión como harakiri

En el movimiento comunista más consecuente existe un acuerdo indiscutible de que los marxistas se unen alrededor de los principios. En esto, se supone, no hay discusión; sin embargo, algunos camaradas en Colombia, en una incomprensión monumental de la dialéctica y posando de muy intransigentes con el oportunismo, difundieron la idea de que el factor fundamentaly primigenio de unidad entre los marxistas era alrededor de los principios, donde lo principal es la línea política; convirtiendo la escisión por diferencias de líneas en una constante en la izquierda y, la lucha de líneas dentro de las organizaciones en una auténtica rareza, incluso en un factor inexistente. Cada nueva diferencia de línea que comienza aflorar se entiende como un rompimiento de la unidad y se convierte automáticamente en una escisión, sin lucha de líneas dentro de la organización revolucionaria y sin rastros importantes del deslinde. Se separan y punto. Son más de treinta años en constantes divisiones, pero, con una ausencia de deslindes en el terreno ideológico plasmados en escritos que den cuenta de la lucha y el deslinde, lo cual está –ostensiblemente–en contravía de la ciencia de la revolución.

Los camaradas parten de la idea correcta de que toda diferencia de líneas es, en lo fundamental, producto de las concepciones de las diferentes clases y que las diferentes concepciones generan diferencias de principios; sin embargo, concluyen equivocadamente que, para mantener la pureza en el MLM, es necesario siempre hacer una ruptura orgánica con una línea política o un matiz que está surgiendo, provocando escisiones que asumen como si fuera unaderrota del oportunismo. Desconocen estos camaradas que, aunque el marxismo lo constituyen miles de verdades, nunca se considerará como algo acabado e intangibley que, por lo tanto (tal como Lenin pudo establecerlo) no ha sido, ni será el marxismo vivoenemigo de ser sometido a crítica. De manera similar, y con mayor razón, todas las líneas políticas, por acertadas que sean, se dividen en dos; es decir, nunca se verán libradas para siempre del revisionismo y el oportunismo, ni de su lucha; siempre debenser sometidas a crítica, o mejor, al fuego purificador de la lucha de líneas del partido, sin que en cada caso sea necesaria la escisión. Pero entendiendo que, cuando se llega a una diferencia de principios (de raíz), tal como lo señalara Lenin, cuando estamos al frente de consumados desorganizadores del movimiento revolucionario, de liberales o infractores de la voluntad de la mayoría, de un claro deslinde de principios, la única opción es la escisión honrada. La escisión usada indiscriminadamente, cuandoaún es posible resolver la contradicción dentro del mismo partido, es un harakiri que debilita la vanguardia proletaria. Recurrir a la escisión, sin lidiar, por medio de la lucha de líneas dentro de la organización, con las distintas desviaciones que frecuentemente van brotando dentro de cualquier organización revolucionaria, para así encausarlas de nuevo al marxismo, es tomar el camino que niega la lucha de líneas y conduce a la dispersión de las fuerzas del proletariado y al liquidacionismo. La lucha dentro del partido tiene por objeto la unidad del proletariado: deslinde para alcanzar mayores niveles de unidad y fortalecimiento del partido; lucha para mejorar y profundizar la línea (teoría del conocimiento marxista aplicada a la realidad de la lucha de clases); lucha para derrotar ideas incorrectas. Recordemos las palabras de Mao: “La oposición y la lucha entre ideas diferentes tienen lugar constantemente dentro del Partido. Este es el reflejo en su seno de las contradicciones entre las clases y entre lo nuevo y lo viejo en la sociedad. Si en elPartido no hubiera contradicciones ni luchas ideológicas para resolverlas, la vida del Partido tocaría a sufin”.

Pero, que existan los principios como fundamento cohesionador, no niega la necesidad que tiene el proletariado y la revolución de que la línea política describa lo más exactamente posible nuestra realidad (de lo correcto que sea esa interpretación de la realidad depende el futuro de la revolución) y, por supuesto, la innegable necesidad de defender, en la lucha de líneas, nuestras más profundas convicciones marxistas en contra de los que pretenden empequeñecer o tergiversar el MLM. Sólo es posible conseguir (llegar a) una línea política correcta, en una organización cohesionada por los principios del proletariado. Que se luche por construir una unidad alrededor de los principios no quiere decir que no importa la línea, pues es una verdad de apuño que una línea política correcta lo decide todo; sin ésta, la unidad alrededor de los principios es inocua, no existiría una verdadera unidad de voluntades que selle la centralización para una máquina de guerra que bata al imperialismo, a sus aliados y construya el Nuevo Poder.

Por eso si, definitivamente, una línea va en contravía de los principiosbásicos del MLM,queda dentro de la organización, el recurso de la fracción (que permite que dos o más fracciones de un partido luchen por demostrar quién tiene la razón, con procesos diferenciados, obedeciendo jalonamientos diferentes, aún en el mismo partido) luchando por reestablecer la indispensable unidad, de la organización de combate única y centralizada; pero, si una de las líneas se ha convertido en su contrario, es decir, se ha trasformado en un verdadero obstáculo para la construcción del Nuevo Poder Proletario,y, por tanto, se ha hecho incorregiblemente oportunista, el proletariado debe recurrir a la escisión honrada. La escisión honrada es un recurso dentro de la dialéctica de la construcción del Partido al que sólo se debe recurrir cuando la lucha de líneas no logra resolver la contradicción dentro de la misma organización proletaria en el terreno ideológico (de la ideología de clase), es decir, cuando el oportunismo o el revisionismo hayan roto definitivamente el marco de los principios MLM que cohesionaba a toda la organización.

2. LOS ERRORES

¿Fundamentalmente, en qué radican los errores de los camaradas que desconocen los principioscomo factor unificador de los marxistas o que le atribuyen a la línea política el papel de piedra de deslinde entre los marxistas?:

1) Como se han empeñado en poner o imponer “la línea correcta” como el factor unificador de primer orden de los marxistas, han desencadenado la formación de tantas organizaciones revolucionarias como líneas políticas, o matices hay, fomentando la idea metafísica de una organización monolítica sin lucha de líneas interna;sin embargo, estas organizaciones que promueven la unidad, no en los principios, sino en la línea, en la práctica no se pueden abstraer de la contradicción y, como no existe unaverdadera lucha de líneas –entonces–esta lucha es sustituida inevitablemente por pequeñas diferencias de apreciación de la realidad, desacuerdos en los planes de trabajo, por deficiencias ideológicas de los camaradas, por querellas personales, por todos los problemas que generan los métodos inevitablemente artesanales de trabajo revolucionario de los pequeños círculos, en fin, por contradicciones propias de la convivencia. Por otra parte, estas contradicciones que en buena parte la constituyen diferencias de pequeña monta, se ven magnificadas por un lenguaje grandilocuente, llena de citas de los maestros del proletariado, que da la impresión de la mayor seriedad teórica, pero carecen, en lo fundamental, de una real aplicación del marxismo a nuestra realidad;

2) Como corolario, en ausencia de la lucha de líneas interna, tenemos que se ha generalizado entre todos los pequeños círculos la idea de que el Partido del Proletariado surgirá de la evolución de una de estas minúsculas organizaciones MLM.

3) Un abandono de la dialéctica por no comprender la quintaesencia del problema de la contradicción en la unidad de los marxistas, donde lo general (lo absoluto) son los principios que nos unen a todos los marxistas leninistas maoístas, determinando quién está en las filas del proletariado y quién por fuera, independientemente del territorio o nación en el que habite; lo individual (lo relativo), son las líneas que hay que concretar para desarrollar las diferentes tareas, por ejemplo, la revolución en cada formación social en las diferentes naciones.

4) Asegurar que la línea política, junto con los principios, determinan quién es marxista y quién no, es confundir lo general con lo individual, y, es desconocer, por un lado, que la lucha para determinar los principios se sintetiza en una cuerdo que, en lo fundamental, debe ser por consenso, pues, no deben haber en la organizaciones proletarias militantes que no acepten los principios fundamentales del marxismo, de acá su carácter absoluto; por otro lado, la línea se determina en medio de la lucha de líneas regida por los principios organizativos del centralismo democrático (donde la minoría se somete a la mayoría, los organismos inferiores a los superiores, la organización al congreso) es decir, se tiene que admitir disensos, sin que lleguen a negar los principios. Darle a la línea política el carácter de piedra de toque que determina quién es un verdadero marxista y quien no, es cambiar: el centralismo democrático (la lucha de líneas), por el consenso (todos de acuerdo con la línea correcta); la lucha de líneas como motor de la organización, por un tedioso y lento evolucionismo vulgar; el Partido único del proletariado, por la proliferación de pequeños círculos. En concreto, es cambiar la dialéctica por la metafísica.

5) Desconocen que la línea correcta es un proceso de síntesis de las diferentes luchas de líneas, y que todas las líneas, sin excepción, se dividen en dos. No existe línea que escape a esta dialéctica, no importa lo acertada que sea, siempre será susceptible de mejorar, de corregir en lucha. Decía Engels: “Vimos igualmente cómo tampoco en el mundo del pensamiento podemos librarnos de las contradicciones, y cómo, por ejemplo, la contradicción entre la interiormente ilimitada capacidad cognoscitiva humana y su existencia real sólo en hombres exteriormente limitados y que conocen limitadamente, se resuelve en la sucesión, para nosotros al menos prácticamente infinita, de las generaciones, en un progreso ilimitado.”Desconocer esto, es negar la teoría marxista del conocimiento.

Muchos pequeños grupos que reproducen este error andan prometiendo el infierno para todos los que no repitan exactamente su línea política. Dividen el mundo en buenos y malos. No perciben el mundo como una contradicción, donde se es, y nose es. Estos camaradas afirman que quienes no compartan su línea, no pueden llamarse proletarios y, en consecuencia, su pequeño círculo debe ser el Partido, y todo lo que está por fuera es puro revisionismo y oportunismo. Según esta lógica, por fuera de esa línea política no existe el proletariado; no existen más camaradas para aglutinar en el Partido que los que acepten por completo su línea política. Esta concepción del proletariado puro, sin contradicción, es antidialéctica.

En conclusión, la herencia más importante que ha dejado el oportunismo en el movimiento MLM en Colombia, es la incomprensión de la dialéctica, que se ha traducido en la práctica, en un remplazo de la dialéctica por la metafísica, por el evolucionismo vulgar y que, tiene como derivación directa, la imposibilidad de construir el Partido único del Proletariado; así mismo, las limitaciones que conlleva esto para una síntesis más correcta de la línea política MLM y, como consecuencia directa, la imposibilidad de desarrollar la Guerra Popular Prolongada. En este aspecto la práctica ya ha dado varios veredictos, por ejemplo, muchos de estos cuasimarxistas (con un marxismo asimilado de forma unilateral) coreaban hasta el cansancio que iban a construir el Partido del Proletariado a partir de uno de esos grupúsculos, producto de su aburrida y lenta evolución, dueños de una línea correcta sin contradicción, luego de construido el partido, se “lanzaría” una Guerra Popular Prolongada. Extenuados de repetir lo que era imposible hacer por métodos metafísicos, se han plegado a la Nueva Síntesis a esperar que llegue la revolución mundial. Hay que verlos hoy, sin análisis, sin autocrítica, abandonar los discursos encendidos de ayer sobre la GPP, y ahora dedicados a repetir, sin análisis, sin crítica, sin vergüenzas, el revisionismo de la Nueva Síntesis.

Pero, este oportunismo organizativo se ha regado como una epidemia entre muchos camaradas, y las escisiones por diferencias de líneas se han convertido en una constante y son la causa de la gran debilidad del proletariado y las masas en Colombia. Es la fuente principal de oportunismo, aunque paradójicamente, los revolucionarios han fomentado incontables divisiones con el pretexto de romper con el oportunismo; sin embargo, esta proliferación de pequeños círculos aislados, es, en la práctica, la negación del partido; es la sustitución del arma más importante del proletariado, el Partido MLM, por la línea oportunista en el terreno organizativo de los pequeños feudos. También se ha diseminado la idea de que si seunen (en lucha) todos los pequeños grupos MLM alrededor de los principios para formar el Partido, será el oportunismo el que salga ganando, ¡qué poca confianza le tienen a la teoría científica de la revolución! ¡Qué desconfianza se tienen a sí mismos! Así, todas las organizaciones MLM terminan depositando su fe en que su propia evolución dará como resultado el Partido del Proletariado.

3. LA METÁFORA DE LENIN DEL “NUDO DOBLE” EN “UN PASO ADELANTE, DOS PASOS ATRÁS”: UNA LECCIÓN DE DIALÉCTICA PARA LA CONSTRUCCIÓN DEL PARTIDO MLM

Fue Lenin, entre los maestros del proletariado, el que tuvo la experiencia más rica en la lucha por construir el Partido del Proletariado y, por supuesto, es el marxista que más síntesis dejó por escrito sobre este tema. Sería necio norecoger extensos pasajes de su rica y vasta obra.

En la obra que escribió a propósito de las contradicciones en el segundo congreso del Partido Socialdemócrata Ruso, “Un paso adelante, dos pasos atrás”, existe una cosecha de lecciones prácticas de dialéctica, aplicadas a la construcción del partido del proletariado, en una muestra de la extraordinaria capacidad de análisis y de su profunda comprensión de la dialéctica.

En “Un paso adelante, dos pasos atrás”, queda supremamente claro que la primera yprincipal lucha contra el oportunismo se concreta en la construcción del Partido del Proletariado: es la lucha por vencer la dispersión organizativa de los comunistas, contra el autonomismo de los grupúsculos; es la necesidad de construir el partido como una organización de primer orden, homogéneo, enérgico que se apreste a ser vanguardia del proletariado y las masas oprimidas. El que no comprenda esto y no ponga todos sus esfuerzos en concretar el Partido como tarea inmediata, no puede llamarse MLM. Si los que se dicen marxistas siguen disponiendo de los cuadros para conservar sus privilegios y caprichos en los pequeños círculos (feudos), y no para un objetivo superior en la lucha de clases (la construcción del Nuevo Poder dirigido por el Partido del Proletariado) sólo se les podrá llamar de una manera: oportunistas.

LA UNIDAD DEL PARTIDO TIENE QUE SOBREVIVIR A LAS CONTRADICCIONES INTERNAS: ESTO ES UN PROPÓSITO DE LOS PRINCIPIOS, Y ES GARANTÍA DE VIDA Y CONTINUIDAD DEL PARTIDO

A pesar de las discrepancias que tenía Lenin con Martov por el primer artículo de los estatutos del Partido, que determinaba quién podía ser miembro, Lenin no buscó la escisión sino la unidad.

Decía Lenin:

expreso de un modo perfectamente claro y preciso mi deseo, mi exigencia de que el Partido, como destacamento de vanguardia de la clase, sea lo más organizado posible y sólo acoja en su seno a aquellos elementos que admitan, por lo menos, un grado mínimo de organización. Por el contrario, mi contrincante confunde en el Partido elementos organizados y no organizados, a los que se dejan dirigir con los que no se dejan, a los avanzados con los incorregiblemente atrasados, pues los que son corregiblemente atrasados pueden entrar en la organización. Esta confusión es la efectivamentepeligrosa.”

Pero, Lenin consideraba que estas diferencias no eran razón suficiente para la escisión, decía:

«¿En qué consistía, pues, la esencia de la cuestión en litigio? Ya dije en el Congreso, y lo he repetido después más de una vez, que “no consideroen absoluto nuestra discrepancia (respecto al artículo primero) tan esencial, que de ella dependa la vida o la muerte del Partido. ¡No pereceremos, ni mucho menos, por un mal artículo en los estatutos!”. Esta discrepancia, por sí misma, aunque pone de manifiesto matices de carácter de principio, no pudo producir en modo alguno la divergencia (y en realidad, para hablar sin convencionalismos, la escisión) que se ha producido después del Congreso. Pero toda pequeña discrepancia puede hacerse grande si se insiste en ella, si se la saca a primer plano, si nos ponemos a buscar todas las raíces y todas las ramificaciones de la misma.»

Lenin trató por todos los medios que dispone la lucha de líneas para continuar con el proceso de centralización en el partido, poniendo un nudo doble, al vaso que se había roto (metáfora con la que se refería a la derrota sufrida por los bolcheviques con el primer artículo del partido, pero la necesidad de continuar con la unidad en el Partido),velando por mantener la unidad del partido en armonía, por los derechos de la minoría; pero fueron los oportunistas los que insistiendo en esta contradicción y profundizando el oportunismo llevaron a la organización proletaria a la escisión, es decir, fue el ala derecha y no el alaizquierda la que precipitó la escisión.

De nuevo Lenin:

Repito: los centros dirigentes se han colocado fuera del partido. No hay término medio: se está con ellos o con el partido. Ya es hora de delimitar nuestras posiciones y, a diferencia de los mencheviques, que minan al partido taimadamente, de aceptar su reto con la cabeza en alto. Ruptura, sí, puesto que vosotros habéis querido que sea total. Ruptura, sí, puesto que hemos agotado todos los medios para zanjar la diferencia en el interior del partido.Ruptura, sí, porque siempre y en todas partes el acercarse vergonzosamente a los desorganizadores sólo sirve para perjudicar a la causa.”

Sin embargo, hay que recordar que hasta 1912 Lenin buscó la unidad con los Mencheviques, claro está, en medio de la lucha por los principios.12

Ahora, en un ejemplo, señala y nos enseña fehacientemente la manera dialéctica como razonan y argumentan los maestros del proletariado. Acá Lenin rescata una cita de Engels donde revela la dialéctica del Partido:

«Engels le decía (el 28 de diciembre de 1886) que no había llegado aún el momento de hacerlo, puesto que más valdría que el partido obrero comenzara a formarse, con un programa no del todo ortodoxo. Los propios obreros comprenderían luego el quid del asunto, “aprenderían de sus propios errores”; pero “yo tendría por un grave error” entorpecer “la cohesión nacional del partido obrero a causa de un programa, cualquiera que éste sea”. Por supuesto, Engels comprendía perfectamente, y lo señaló reiteradas veces, cuán absurdas y reaccionarias eran la idea de Henry George desde el punto de vista socialista».

De ahí que Lenin siguiera insistiendo en la unidad a pesar de las diferencias con los Mencheviques. Es bueno comparar la manera como razona un maestro del proletariado, en contraposición a los cuadros formados en las escuelas metafísicas tan difundidas en nuestros tiempos.

CAPÍTULO II

PRINCIPIOS DE UNIDAD PARTIDARIA

(Reproducimos, como perspectiva de la discusión propuesta, con pequeños ajustes, nuestras bases de unidad partidaria)

Sería sumamente irresponsable y contrario a la teoría marxista del conocimiento no prestar suficiente importancia a la Experiencia ganada y a las lecciones aprendidas en el curso de las luchas revolucionarias de más de millones de personas y pagados por innumerables mártires “

Declaración del MRI

NUESTRA BASE DE UNIDAD EN ELMARXISMO LENINISMO MAOÍSMO

¿POR QUÉ EL MARXISMO-LENINISMO-MAOÍSMO?

Hace parte de nuestra labor revolucionaria forjar comunistas que, pertrechados en la ideología del proletariado, logren la unidad dialéctica entre teoría y práctica, guiados por la consigna de cambiarle el carácter a la actual guerra. El ala izquierda del maoísmo, tiene que desplegar sus mejores esfuerzos para cerrar la brecha que existe entre el trabajo político organizativo y la participación en la guerra revolucionaria. Pretendemos aportar lo mejor de nuestros esfuerzos en la construcción de una Internacional Comunista de nuevo tipo, y al Partido Comunista militarizado de Colombia, en el proceso de convertir la confrontación actual que vive el país en una guerra popular, en función del Nuevo Poder.

Para lograrlo, es necesario asumir la esencia de los Principios ideológicos. Estos, son síntesis de la participación activa de las masas en la lucha por la producción a lo largo de los distintos modos de producción, de la permanente lucha por la experimentación científica en la sociedad y de la lucha política por el poder a lo largo de la historia como el fundamento mismo de la práctica revolucionaria. Han sidolas masas populares quienes han esclarecido estos principios revolucionarios en heroicas batallas en el trasegar de la lucha de clases. Es el Proletariado, quien los ha sintetizado a través de su partido y de los grandes maestros, en sus diferentes etapas.

Asumir los Principios ideológicos del proletariado debe llevarnos a comprometernos con el cumplimiento de las tareas básicas de la Revolución: la construcción del Partido y los otros instrumentos de la revolución como la tarea inmediata, con la conquistadel poder a través de la Guerra Popular como la tarea central. Como nuestra guía, estos principios, deben ayudarnos a comprender y transformar el carácter de la actual lucha armada revolucionaria que se libra en nuestro país y el papel protagónico que en ella debe cumplir el proletariado.

El Marxismo Leninismo Maoísmo (MLM) nos enseña no solamente que es justo rebelarse y que donde hay opresión habrá resistencia, sino a pasar de, simplemente sacudir las cadenas, a romperlas de una vez por todas. Decimos que el Marxismo Leninismo Maoísmo es una ideología científica, la ciencia de la revolución, precisamente porque nos muestra el camino certero a la liberación, porque va hasta lo más profundo del sistema y explica dónde radica la explotación capitalista, cómoexterminarla, señalando además quiénes son los llamados a hacerlo y cuál es nuestra meta estratégica.

El MLMsirve a la causa emancipadora del proletariado y se basa en la realidad objetiva del mundo material. Por ello es una ideología científica. Como lodiría Mao: “la filosofía marxista el materialismo dialécticotiene dos características sobresalientes. Una es su carácter de clase: afirma explícitamente que el materialismo dialéctico sirve al proletariado. La otra es su carácter práctico: subraya la dependencia de la teoría respecto a la práctica, subraya que la práctica es la base de la teoría y que ésta a su vez, sirve a la práctica. El que sea verdad o no un conocimiento o teoría no se determina mediante apreciación subjetiva, sino mediante los resultados objetivos de la práctica social. El criterio de verdad no puede ser otro que la práctica social”.

El MLM es la fuerza que nos mueve a cambiar el mundo y, además, es la herramienta científica que utilizamos para interpretar y transformar la sociedad. En las sociedades divididas en clases, todos los sujetos, individuales y colectivos, conciben el mundo desde su posición y sus intereses de clase, actuando desde esa concepción; las ideas y la práctica tienen en estas sociedades, su respectivo sello de clase. No obstante, tal como lo ha dejado establecido el Marxismo, en sus diferentes etapas (como marxismo, como marxismo-leninismo y como marxismo-leninismo-maoísmo), lejos de todo relativismo, la realidad existe objetivamente y puede ser conocida, dando paso a la existencia de la verdad objetiva. En la medida en que el conocimiento se desarrolla, las clases, según su ubicación en la historia, pueden tener mayores o menores posibilidades de acceder al conocimiento de esa realidad y a su transformación.

La ideología del proletariado no se reduce ni a una moral ni a una ciencia. Es ciencia que permite encontrar cuáles son las leyes y las contradicciones que rigen la realidad material (incluida la sociedad capitalista), e ideología que organiza a las masas en función de su principal reivindicación: la construcción y conquista del poder político.

El MLM, como ideología científica, se nutre y desarrolla con cada nueva experiencia revolucionaria; encarna una ciencia viva que se enriquece en cada nueva aplicación. En el desarrollo de la lucha resaltamos tres grandes cumbres generadas históricamente, producto de la relación dialéctica entre masas, partidos y jefes. En esta relación, el pensamiento de los que reconocemos como grandes maestros delproletariado en la historia que ha transcurrido bajo el capitalismo, representa –cada uno–una nueva síntesis del conjunto de la doctrina que, entonces, catapulta una nueva etapa y un nuevo desarrollo de nuestra ideología, haciendo posible la solución de los nuevos problemas que la lucha de clases plantea.

Así, la síntesis que el Marxismo hizo de lo más avanzado del pensamiento de la humanidad en el terreno de la filosofía, del conocimiento de las leyes que rigen el orden económico de la sociedad y de las lecciones referidas al conocimiento y la aplicación del poder político en su relación con la transformación del carácter de la sociedad, fueron nada más ni nada menos que la aplicación que Marx hizo de los principios encontrados en medio de la lucha del proletariado de entonces y su organización partidaria, a las condiciones concretas del capitalismo tal como se desplegaba en Europa. El resultado de esta lucha hizo posible encontrar las leyes universales que rigen la lucha de clases en general y, específicamente, las que lo hacen bajo el capitalismo. Precisamente, el Marxismo nace como ciencia e ideología que hace la síntesis de esas leyes, y las comprende y explica como leyes universales que se cumplen en toda formación social capitalista. La aplicación delMarxismo a las condiciones de la Rusia zarista hecha por Lenin (la línea del partido bolchevique), generó los universales del conocimiento de las leyes que rigen las sociedades capitalistas en la época del imperialismo. La aplicación del Marxismo-Leninismo a la realidad China generó nuevos aportes de validez universal, desde el pensamiento de Mao (la línea del partido Comunista), que el proletariado asumió como Maoísmo.

Marxismo, Marxismo-Leninismo y Marxismo-Leninismo-Maoísmo, representan –en cada etapa–la síntesis de los desarrollos, pero también un salto formidable, cada vez, en las tres fuentes y tres partes integrantes del marxismo. En cada caso, esa síntesis superior y ese salto constituyen desarrollos de la misma doctrina, y sus aportes a los universales válidos para el conjunto de la lucha de clases en el mundo entero.

1. Carlos Marx.

Marx, a quien reconocemos como el fundador de nuestra ideología científica con sus tres partes integrantes, aunque él no “inventó” nada, ni estaba solo, lo reivindicamoscomo el primer gran sintetizador y el primero en indicarle al proletariado la necesidad de asumir el liderazgo en el proceso de emancipación de sí mismo y de toda la sociedad, además de darle herramientas científicas para lograrlo. Por eso decimos que nuestra ideología científica es el marxismo.

Marx, sintetiza la filosofía alemana de Hegel y Feuerbach para parir el materialismo dialéctico, que es la base filosófica del Marxismo. La síntesis superior que Marx hace de la herencia del materialismo y la dialéctica, permite superar tanto el materialismo mecanicista que no asume consecuentemente la contradicción (y, por lo tanto, sólo puede pensar la evolución) como a la dialéctica idealista que no reconoce la primacía de la materia sobre el pensamiento. El materialismo dialéctico, la dialéctica materialista, reconoce que toda la realidad es realidad material, que ella se compone de materia en movimiento y que las ideas arrancan de dicha realidad material. Además, plantea que toda realidad existe como una unidad de contrarios; la unidad e identidad de todas las cosas es temporal y relativa, la lucha de los contrarios es incesante y absoluta, y esto causa rupturas radicales y saltos revolucionarios. Toda idea de equilibrio permanente, de estabilidad permanente, de orden permanente o de cosas predestinadas o eternas es incorrecta y en última instancia reaccionaria. Esto se aplica a la realidad que, como el propio Marx dice “es una y diversa” y abarca y articula procesos de la naturaleza, la sociedad y el pensamiento con su complejo desarrollo, sus múltiples saltos y síntesis. El materialismo dialéctico también reconoce que la práctica es tanto la fuente como el criterio fundamental de la verdad y subraya principalmente la práctica revolucionaria, como responsable de los avances de la sociedad, cuando afirma que “los filósofos no han hecho más que interpretar de diversos modos el mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo”.

En economía política, Marx al hacer la crítica de la economía política burguesa, explica de qué modo las relaciones capitalistas de producción llegan a generalizar la producción de mercancías a tal punto que –en su seno–la fuerza de trabajo, en sí misma, se convierte en una mercancía más; pero en una mercancía cuya reproducción garantiza la reproducción del capitalismo y de las relaciones sociales en las cuales el capitalismo se funda. Al hacer esta síntesis devela cómo las mercancías se nos presentan como objetos que satisfacen una necesidad humana cualquiera, al tiempo que objetos susceptibles de ser cambiados por otros. La capacidad que tiene un objeto cualquiera para satisfacer una necesidad, constituye su valor de uso. Éste es histórico y depende no sólo de las características que la naturaleza le aporta a la materia que ha sido transformada para generarlo, sino de otras características que se materializan en el proceso de trabajo concreto que le da origen, de acuerdo con el desarrollo de las fuerzas productivas y al avance de la ciencia y su aplicación (la tecnología) en un nivel particular de la producción material conquistado por la sociedad. Explicar qué es lo que permite cambiar en una cierta proporción un objeto por otro, había sido un problema insoluble hasta que la economía burguesa descubrió que ello lo permite la cantidad de trabajo en su producción. Marx sacó de esta verdad todas las conclusiones, de tal manera que haciendo la crítica a lo que hasta entonces era simplemente el primer camino que había recorrido la economía (parafraseando a Marx: habían conseguido conceptos cada vez más simples: de lo concreto representado llegaron a abstracciones cada vez más sutiles hasta alcanzar las determinaciones más simples, pero llegando a este punto no reemprendieron el viaje de retorno para dar con una rica totalidad con múltiples determinaciones y relaciones) pudo Marx explicar el fenómeno de la explotación capitalista, precisando que el trabajo socialmente necesario en cada mercancía, es el fundamento del intercambio en las sociedades divididas en clase. Lo verdaderamente fundamental es quelas mercancías son el producto del trabajo humano y, por eso, cuando se intercambian, se intercambian por su valor, es decir, por el tiempo socialmente necesario para la producción de esos objetos.

El valor de la mercancía lo determina entonces la cantidad de tiempo de trabajo socialmente necesario para su producción. El obrero asalariado vende su fuerza de trabajo al propietario de la tierra, de la fábrica y de los instrumentos de trabajo, vale decir, de los medios de producción; parte de la jornada de trabajo, la emplea el obrero en producir lo necesario para cubrir el costo de su sustento y el de su familia, es decir crea el valor de su propia fuerza de trabajo. El salario no paga, pues, el trabajo, sino sólo la fuerza de trabajo del obrero asalariado. Durante la otra parte de la jornada, el obrero crea otra parte de valor que se convierte en plusvalía, la que se apropia el capitalista, fuente de ganancia y riqueza de la clase burguesa. Bajo las sociedades divididas en clase y con su desarrollo a lo largode la historia, va desapareciendo cada vez más el trabajo que no produce mercancías (objetos destinados al cambio) y, en el capitalismo esta forma se exacerba y generaliza copando todos los espacios de la practica social: cada vez más son eliminados los trabajos que no producen mercancías.

La propiedad privada reposa en la explotación del trabajo ajeno. El marxismo explicó cómo la apropiación privada de la producción y de los medios de producción por un lado y la socialización o producción socializada del trabajo por otro, es la contradicción fundamental del capitalismo.

Es Marx, quién sintetiza a través del materialismo histórico, que la historia de las sociedades que han existido es, en lo fundamental, la historia de la lucha de clases y que la lucha entre éstas constituye el motor principal de los acontecimientos históricos. Pero como él mismo nos lo dijera, a él no debemos el mérito de este descubrimiento. Su mérito está en comprender y explicar la causalidad de la historia, el reconocimiento del desarrollo de la lucha de clases que, necesariamente, determina y lleva su proceso desde el origen histórico de las mercancías hasta la etapa histórica de la dictadura del proletariado como fase de transición necesaria para la eliminación de las clases sociales. En otras palabras, la obra de Marx y Engels hecha marxismo, encontró las leyes objetivas del desarrollo de las sociedades divididas en clases, señalando las determinaciones tanto de su reproducción como de su radical transformación: encontró las claves de la revolución social. Fue él, quién nos planteara que el socialismo es la declaración de la revolución permanente de la dictadura de clase del proletariado, como punto necesario para la supresión de las diferencias de clase en general, para la supresión detodas las relaciones de producción en que éstas descansan, para la supresión de todas las relaciones sociales que corresponden a esas relaciones de producción, para la subversión de todas las ideas que brotan de esas relaciones sociales.

2. V. I Lenin.

Lenin profundizó en las lecciones que, de la Comuna de París, primera experiencia histórica victoriosa del proletariado en la lucha por el poder político, había extraído Marx. Así, desarrolló la teoría marxista en sus tres partes integrantes: filosofía, economía política y socialismo científico, y al mismo tiempo encabezó la luchan, contra el revisionismo de su época. A la cabeza del partido bolchevique, en su línea, aplicando el marxismo a las condiciones concretas de la Rusia zarista y a lo que era la realidad del mundo capitalista cuando cerraba el siglo XIX y despuntaba el XX, condujo al proletariado a la conquista y aplicación del poder por segunda vez en la historia, y lo hizo aplicando un programa que resultó de la investigación y de la apropiación de la ciencia de la revolución. Por eso lo reconocemos, entonces, como la segunda cumbre en el desarrollo de nuestra ideología científica. Gracias a su obra elevamos el marxismo a una segunda etapa, el marxismo leninismo.

Lenin, deslindó campos con la falsa dialéctica del enfoque que busca o cree encontrar en los procesos sociales “lo positivo y lo negativo “, lo “bueno y lo malo” que ya Marx había criticado en las posiciones de Proudhom; y, al hacerlo y criticar al empirocriticismo o empiriomonismo, demolió los resquicios de la dialéctica mecanicista que, de la mano del revisionismo se había querido adueñar del pensamiento revolucionario y hegemonizar el movimiento.

Con el avance de las ciencias naturales, sus inventos y descubrimientos, muchos sustentaron la invalidez del marxismo. Lenin, por el contrario, vio en esos progresos la práctica viva del materialismo dialéctico y nos enseñó que el marxismo es impulsado por el desarrollo de las ciencias. En el terreno de la filosofía, Lenin, libró una gran lucha contra el empiriocriticismo y el agnosticismo. Fue él quién nos enseñó que el alma del marxismo era el análisis concreto de la situación concreta, y nos señaló por primera vez que la ley fundamental de la dialéctica materialista es la identidad y lucha de los contrarios.

En cuanto a la relación teoría-práctica, nos indicó que sin teoría revolucionaria no puede haber movimiento revolucionario y que la contradicción entre la teoría revolucionaria y la práctica revolucionaria sólo puede saldarse en el Partido, con la organización de las masas. Demostró que, siendo la conciencia proletaria exterior a las masas, tenía el Partido que llevársela a las masas, y ésta conciencia surge de su inserción en el conjunto de la lucha de clases y no se genera mecánicamente “progresando” de lo económico (la lucha tradeunionista) a lo político y, de allí, a lo militar.

Al desarrollar la crítica de la economía política burguesa, ubicó como fase superior y última del capitalismo al imperialismo, y explicó cómo las leyes que lo rigen son las mismas que determinan al capitalismo, y cómo sus características, que aparecen como novedades, son sólo consecuencia de su propio desenvolvimiento. Concluyó que el capitalismo de libre concurrencia se transforma en un sistema dominado por un pequeño grupo de monopolios; y tal como él mismo lo dijera, el imperialismo es un capitalismo monopolista, parasitario y en descomposición. Fue él quién nos planteó que con el desarrollo del capitalismo a su fase superior y última, habíamos entrado enla época del imperialismo y la Revolución Proletaria mundial, de tal modo que, agotado el programa de la burguesía revolucionaria, a partir de los años cincuenta del siglo XIX, las revoluciones democráticas, en adelante, serían dirigidas por el proletariado y conducidas hasta el socialismo por la labor de su partido que debería concentrar en sus manos todos los hilos de la actividad conspirativa.

Aplicó y desarrolló el principio de la violencia revolucionaria para alcanzar el triunfo de la revolución, y nos orientó que, ante las rivalidades imperialistas por el reparto del mundo, los comunistas debemos oponer la guerra revolucionaria a la guerra reaccionaria, cambiarle el carácter a la guerra imperialista, a las guerras de agresión. Fue él quién nos mostró que el proletariado en su lucha por el poder dispone de su más mortífera arma que es la Organización y que la forma más alta de Organización del proletariado es el Partido Comunista, un Partido de nuevo tipo diferente y opuesto a los partidos burgueses. Endura lucha contra el menchevismo y la blandenguería liberal, encontró y sistematizó unos principios organizativos universalmente válidos bajo la lucha de clases en toda sociedad capitalista, diferenciando el Partido de masas del Partido de cuadros que el proletariado necesita construir. Mostró cómo estos principios leninistas de organización (dirección colectiva, centralismo democrático, rigurosa conspiratividad de los afiliados), necesariamente aterrizan en muy diferentes formas organizativas que dependende múltiples factores, históricamente determinados. Al hacer esto mostró que había una relación y una diferencia entre las formas organizativas de las masas y la organización partidaria, de tal modo que ésta pudiese llevar la conciencia revolucionaria al movimiento vivo de las masas. Mostró que el carácter de la organización partidaria dependía del carácter de las tareas que debía asumir, de tal modo que una cosa es un partido organizado para “ampliar la democracia” y hacer algunas reformas al capitalismo,y otro un Partido que pretenda demoler el capitalismo y hacer la revolución.

En consecuencia con esto, nos mostró, igualmente, en la práctica, que el Partido de la clase obrera, debe ser el arma principal del proletariado, que debe ser conspirativo, clandestino y compartimentado si quiere alcanzar el triunfo; que al ser un destacamento organizado de la clase, altamente disciplinado y pertrechado con la ideología proletaria, es un Partido de nuevo tipo que se desarrolla en lucha contra todas las corrientes ajenas al proletariado, para forjarse como un arma para el avance, y también para el mantenimiento de la dictadura del proletariado y hacer desarrollar la revolución socialista.

Lenin dirigió la revolución contra el zarismo y no la limitó a los alcances deuna revolución democrática, tras el “ensayo general” de 1905. Rusia que con fuerzas productivas atrasadas y unas relaciones sociales de producción donde bajo el capitalismo pervivían, a su servicio, formas de sujeción personal y estructuras económicas ligadas a la gran propiedad territorial, era sin embargo y al mismo tiempo, una potencia imperialista. Lenin, aplicando un magistral análisis del desarrollo del capitalismo en Rusia, comprendió y explicó cómo las leyes que rigen las formaciones sociales capitalistas, generan un sistema mundial de contradicciones donde el eslabón más débil de la cadena permite romperla y desatar el proceso revolucionario.

Demolió el análisis economicista de la Segunda Internacional y de los mencheviques que llevaba al falso dilema según el cual, en un país con fuerzas productivas atrasadas, como lo era la Rusia zarista, el proletariado debía esperar a que la burguesía quisiese o pudiese conducir la revolución democrática, para apoyarla. En lugar de esta teoría de la conciliación, proclamó la tesis del “eslabón más débil de la cadena imperialista”, donde se condensarían todas las contradicciones que darían lugar a una nueva situación revolucionaria que obligarían al proletariado a ponerse al frente de la revolución democrática hegemonizando el proceso para instaurar un nuevo régimen bajo la dictadura del proletariado que permitiera conducir la revolución hasta el socialismo.

3. Mao Tse-tung.

Mao, al frente del Partido, en medio de la lucha de líneas,aplicando de manera científica y creadora el marxismo leninismo, llevó al proletariado y a las masas obreras y campesinas de China al poder, enriqueciendo la ciencia de la revolución en el terreno de la filosofía, la economía política y el socialismo científico, siendo uno desus aportes más destacados, la teoría y práctica de la Revolución Cultural que señala y desbroza el camino para avanzar, bajo la dirección del proletariado, del socialismo al comunismo. Con él, nuestra ideología científica se eleva a una nueva cumbre, el Marxismo Leninismo Maoísmo.

Partió de que el Marxismo Leninismo es una ideología científica viva, en permanente desarrollo. En el campo de la filosofía su principal contribución fue en el terreno de la ley fundamental de la dialéctica materialista: la unidad y lucha de los contrarios. Desarrolló y llevó a nuevas y superiores cumbres la teoría de la contradicción, planteando que la unidad y lucha de contrarios, no sólo es universal (no existe ningún fenómeno de la naturaleza, la sociedad y el pensamiento, que no esté determinado por un conjunto de contradicciones, desde el principio hasta el fin del proceso en el cual existe), sino que también se despliega en lo particular. Dice Mao: “lo general está contenido en todo ser individual; sin carácter individual no puede haber carácter general”, de tal manera que lo universal contiene lo particular y en él se concreta su existencia: es la particularidad de la contradicción, la síntesis de múltiples contradicciones, lo que diferencia una cosa de otra, un fenómeno deotro.

Con Mao pudimos explicar y asumir que todo proceso se desenvuelve por etapas donde la contradicción fundamental gobierna el proceso del principio hasta el fin, pero la contradicción principal marca el carácter de una de sus etapas. El desplazamiento de una contradicción que funge como principal y su reemplazo por otra que pasa a comandar el proceso como contradicción principal, abre una nueva etapa o fase y hace que surjan nuevas contradicciones hasta entonces inéditas.

Demostró que, entre todas lascontradicciones presentes en cada etapa histórica, pero también en toda cosa o fenómeno, hay una que es principal por cuanto dinamiza, determina y rige a las demás en esa etapa del movimiento. Explicó cómo, y de qué manera, en cada contradicción hay, en un determinado momento, un aspecto que es principal y determina su transformación, de tal modo que –al desarrollarse la contradicción–cada aspecto puede convertirse en su contrario y “cambiar de lugar”, cambiando la naturaleza de la cosa (el aspecto principal es el que desempeña el papel dirigente en la contradicción. La naturaleza de una cosa es determinada fundamentalmente por el aspecto principal de su contradicción, aspecto que ocupa la posición predominante.Mao)dando origen a nuevas contradicciones completamente inéditas, o elevando a un rango superior una contradicción hasta entonces secundaria.

Contra el dogmatismo, Mao estableció que no basta determinar los universales, las leyes generales; contra el pragmatismo y el empirismo, que no podemos quedarnos en la mirada corta de la particularidad de la contradicción, sin encontrar sus múltiples conexiones y causalidades; de tal modo que, el camino hacia el conocimiento, pasa por ligar lo general con lo particular, lo universal con lo concreto, asumiendo que –precisamente–el desarrollo de las múltiples contradicciones que determinan un objeto, fenómeno y proceso, genera su movimiento, su transformación y sus saltos cualitativos, en el sendero hacia lo nuevo y superior. Esas contradicciones, son –en esencia–el acervo y la unidad de sus determinaciones (de la unidad de lo diverso, como decía Marx) que explican el fenómeno y el proceso que lo origina, más allá de lo evidente que impregna a los sentidos en una primera etapa del conocimiento. Esta concepción del mundo, es –pues–contraria a todo relativismo, pero también a todo dogmatismo.

Mao, mostró que contradicciones diferentes deben ser tratadas y resolverse con métodos distintos.

En el campo de la economía política, Mao desarrolló la teoría de la contradicción entre las fuerzas productivas y las relaciones sociales de producción, lo mismo que entre la base económica de la sociedad y la superestructura, señalando el camino que conduce a resolverlas en el marco de la dictadura del proletariado.

Mao nos enseñó que sólo desarrollando continuas revoluciones en el ámbito de la superestructura y haciendo uso de su rol iniciador, en particular el poder estatal y la ideología, es posible para el proletariado consolidar y desarrollar la base económica socialista. Del mismo modo, mostrando cómo “el proletariado debe dirigirlo todo” y siempre al mando debe estar nuestra política nacida de la aplicación de nuestra concepción del mundo, nos enseñó que, sin revolucionar las relaciones de producción, antes y aún después de que la sociedad socialista se ha logrado en lo fundamental, es imposible consolidar y continuar la revolución, la modificación del carácter de las fuerzas productivas, su liberación y su desarrollo al servicio del pueblo y de la humanidad. Este planteamiento tiene una base: comprender, profundamente, que el motor de la historia es la lucha de clases.

Otro gran aporte de Mao en la esfera de la economía política es la identificación del capitalismo burocráticoque articula las formaciones sociales en las naciones oprimidas que fueron generadas por el imperialismo en la última y superior etapa del capitalismo donde, el conjunto de las relaciones sociales de producción, se reproducen en función y al servicio del capitalismo y los capitalistas, del imperialismo, los imperialistas y sus agentes.

En el marco del socialismo científico, la revolución China y Mao como su dirigente más destacado, con su teoría y práctica de la guerra popular prolongada donde las bases de apoyo juegan un papel estratégico en la construcción del Nuevo Poder, dotó al proletariado de una línea militar científica en la cual lo decisivo son las masas y no las armas. Así, señaló el camino de la revolución en las formaciones sociales y países donde las naciones son oprimidas, semifeudales y semicoloniales: la Revolución de Nueva Democracia. Ella instaura la dictadura del proletariado en un régimen político y bajo un sistema de estado que define e implanta el poder necesario para resolver el problema agrario y el problema de la democracia,la opresión imperialista y la explotación capitalista por la gran burguesía (burocrática y compradora) y por los terratenientes. Abatir al imperialismo y resolver el problema nacional es, en rigor, el camino de la Nueva Democracia. Éste es el camino que necesariamente debe recorrer en una nación como Colombia la Revolución socialista: el sendero de la guerra popular que construirá un Sistema de Estadoque, desde la Nueva Democracia, instaura un Régimen Político de dictadura conjunta de las clases revolucionarias, donde, en todo caso,todo lo define el que, en manos del proletariado está la dirección en el conjunto del proceso y en cada una de sus etapas y es ella, allí, la clase hegemónica.

Es, pues, clave para la comprensión y la explicación de la estrategia de la Guerra Popular el concepto de “Sistema de Estado” y de sistema de gobierno que Mao aporta al socialismo científico. Estos son conceptos claves que permiten pensar y hacer alianzas de claseque, a uno y otro lado de la contradicción principal permitan consolidar el carácter proletario del nuevo Estado, su dictadura y su democracia. Es el elemento que permite generar y desplegar una estrategia que cobije, en la construcción del Nuevo Poder, en el desarrollo mismo de la Guerra Popular, el sentido que tiene la unidad, la conducción y el compromiso de las diferentes fracciones de clase o capas sociales que apoyan la revolución, se constituyen en sus fuerzas motrices o pueden llegar a ser sus aliados.

La Guerra Popular es, hoy, el camino de la Revolución Socialista. Sólo si la asumimos avanzaremos hacia esa meta en el mundo entero, al demoler las condiciones en que se reproducen las relaciones precapitalistas al servicio del imperialismo liquidándolas, donde quiera que ellas estén.

Quizás, la más importante contribución de Mao, la hizo en el marco de la teoría de la dictadura del proletariado, en dónde después de sacar lecciones del proceso socialista en la URSS y de analizar el desarrollo de la lucha de clases durante el socialismo en China, planteó que dado que la contradicción entre la burguesía y el proletariado sigue existiendo en el socialismo, y que es en el seno del Partido en donde se vuelve más enconada la lucha entre revolución y restauración, es necesario hacer desarrollar la revolución para avanzar al comunismo a través de sucesivas revoluciones culturales dirigidas por el proletariado.

La obra de Engels, Stalin y Gonzalo son un aporte importantísimo en el desarrollo del marxismo, por lo tanto, tiene que ser tenida en cuenta a la hora de establecer los principios de nuestra ideología, pues en ella encontramos no sólo fundamentos esenciales sino indicadores muy valiosos que permitieron en su momento definir con claridad al Marxismo, al Marxismo-Leninismo y al Marxismo-Leninismo-Maoísmo.

Engels desarrolla el trabajo teórico junto a Marx y contribuye decidida y esencialmente a fundar la ciencia de la revolución, dándole continuidad, sistematizando y sintetizando el Marxismo, deslindando terrenos con las ideologías extrañas y hostiles a él.

Stalin, garantiza la continuación de la obra de Lenin (la línea del partido bolchevique), sintetiza las tesis y los ejes de lo que pudo denominarse con certeza Marxismo-Leninismo, segunda etapa del marxismo, en duros combates contra el revisionismo y sus diferentes variantes que pretendieron (y pretenden) adocenarlo o combatirlo. Su labor es invaluable en el proceso que da fundamentos a la continuación del socialismo. La defensa de la dictadura del proletariado, la tesis de la posibilidad de avanzar en la consolidación del socialismo en un solo país; lo mismo que las claridades que establece sobre la cuestión nacional y el carácter de las revoluciones después del octubre rojo que inaugura la época de la revolución proletaria, patrimonios del proletariado y de la ideología proletaria a la que no podemos renunciar. Dejó bien establecido cómo y por qué la liberación de las nacionalidades oprimidas es imposible sin romper con el imperialismo, derrocar a las burguesías de sus países y sin que allí el poder pase a las manos de los trabajadores. De la mano de Lenin, caracteriza la marcha de los procesos revolucionarios posteriores a la Revolución de octubre desenmascarando y descartando la anterior concepción burguesa del principio de la autodeterminación de las naciones que planteaba como un dogma “todo el poder a la burguesía nacional”, para dar paso a la nueva concepción que ve en las masas de los trabajadores organizadas la opción del Nuevo Poder, de tal modo que ya no tiene cabida histórica el movimiento burgués de liberación nacional (dirigido por la burguesía) y se inaugura“la Nueva Era del nuevo movimiento socialista de los obreros y de los campesinos de las nacionalidades oprimidas dirigidas contra toda opresión y, por consiguiente contra la opresión nacional, contra el poder de la burguesía ‘propia’ y extraña, contra todo imperialismo”. En estos términos, la cuestión nacional se convierte, de ser un problema particular de lucha contra la opresión nacional, al problema general de librar del imperialismo a las naciones,a las colonias y a las semicolonias, cuando la Revolución de Octubre establece los lazos entre los pueblos del mundo y los agrupa en un campo común de lucha contra el imperialismo.Stalin deja ver la conexión indisoluble entre la cuestión nacional y el problema del poder, dejando también claramente establecido que ha sido abolida la interpretación burguesa de los principios de la autodeterminación y de la defensa de la patria, y no el principio mismo.

La línea del PCP, encabezó la lucha en el movimiento comunista Internacional para defender el legado de los maestros del proletariado y de la historia del movimiento comunista internacional proclamando que —en estas condiciones—el marxismo, lejos de haber muerto, llegaba desde el Marxismo-Leninismo hasta una nueva, tercera y superior etapa, el marxismo leninismo maoísmo, y concretaron en la práctica las enseñanzas de Mao, desarrollando consecuentemente una Guerra Popular Prolongada como camino a cercar las ciudades desde el campo construyendo bases de apoyo revolucionarias. La necesidad de la construcción del Partido militarizado de nuevo tipo, la construcción concéntrica de los tres instrumentos para la revolución proletaria (partido-ejército-frente), las organizaciones generadas, la guerra popular como vía universal para la revolución en todos los países, la identificación del capitalismo burocrático como resultado de la hegemonía imperialista sobre las formaciones sociales que configuran y plasman a las naciones en los países sometidos a su dominación económica, ideológica, política y cultural, son importantes aportes de validez universal emanados de la revolución en el Perú y de la línea del PCP.

Ninguno de estos aportes y desarrollos a la ideología científica del proletariado se ha desarrollado sin lucha contra concepciones ajenas que representan, en últimas, a la clase burguesa. El Marxismo Leninismo Maoísmo, se ha desarrollado en lucha contra diversas corrientes que le son ajenas u hostiles. El mérito de los maestros del proletariado es, también, el de haber encabezado esta lucha. Cuando las condiciones del momento así lo exigían, lucharon sin tregua contra el revisionismo de su época, defendieron con la pluma y el fusil los aciertos de la ciencia de la revolución y, como lo hemos visto con su propia experiencia y la experiencia de las masas, desarrollaron en teoría y práctica, las tres partes integrantes de nuestra ideología.

Conociendo el desarrollo de nuestra ideología científica y con férrea convicción comunista, hoy decimos, sin temor: ¡somos MLM! ¡Viva el marxismo leninismo maoísmo, principalmente maoísmo!

Y, si decimos principalmente maoísmo, es porque dadas las aplicaciones que hizo Mao de la ciencia de la revolución, sus desarrollos, sus aportes de validez universal, se convierten ahora en el eslabón clave para transformar radicalmente la sociedad, para sepultar al imperialismo, el revisionismo y las diferencias de clase en todo el mundo. Hoy podemos decir que el maoísmo armó al proletariado de una visión más omnímoda del poder, más profunda ensu concepción filosófica, con una línea militar científica, que con su práctica delimitó claramente el camino para tomar el poder en todos los países dominados por el imperialismo y que trazó la estrategia para avanzar de la revolución socialista hacia elcomunismo en medio de sucesivas revoluciones culturales proletarias.

De la síntesis de las luchas de los pueblos del mundo hecha principalmente por los tres grandes maestros del proletariado, sacamos importantes enseñanzas que hoy en día elevamos a la categoría de principios de nuestra ideología científica constituida por sus tres partes integrantes: la filosofía marxista, la economía política y el socialismo científico.

PRINCIPIOS QUE RESALTAMOS DENUESTRA IDEOLOGÍA CIENTÍFICA

1. Como marxistas, asumimos eimpulsamos una visión del mundo: todo el universo está constituido por diversas formas de materia en movimiento, es un universo cognoscible, sin cabida para fuerzas sobrenaturales o actividad divina. Todo lo que existe es materia y la energía es una formaen que ésta se manifiesta. La conciencia y la materia constituyen una unidad dialéctica donde la materia existe independientemente de la conciencia; es lo primigenio, la fuente de toda conciencia. Por eso decimos que somos materialistas.

El materialismo exige explicar todos los fenómenos por sus causas materiales. Estas causas derivan de las leyes objetivas que los rigen, de las contradicciones que los fundan y dinamizan. Pero ningún fenómeno ocurre por una sola causa, tal como lo dijera Marx: “lo concretoes concreto porque es la síntesis de múltiples determinaciones, la unidad de lo diverso”. Estudiar y conocer un fenómeno es encontrar las múltiples determinaciones, el complejo de contradicciones que lo originan.

Afirmamos que el movimiento de la materia,en cualquiera de sus dimensiones, niveles o tipos se da por la lucha de los aspectos contrarios que componen toda cosa o proceso; por eso reconocemos la contradicción como la ley fundamental de la dialéctica, que está presente en todos los fenómenos de lanaturaleza, la sociedad y el pensamiento. Es la ley de la contradicción, o unidad y lucha de contrarios, la que nos permite deducir no sólo que todas las cosas cambian y se desarrollan a través de cambios cuantitativos y cualitativos, sino, además, conocer las causas de ese movimiento: el por qué y cómo se dan estos saltos o transformaciones. La contradicción es universal y al mismo tiempo particular, exige que a contradicciones particulares se apliquen métodos particulares para resolverlas. Entre las distintas contradicciones existentes en un momento dado hay una que es fundamental, presente a lo largo de toda una etapa; hay otra que es principal que caracteriza un período, y otras, secundarias. Toda contradicción tiene dos aspectos que la dinamizan; uno de ellos es el principal, pero en el proceso puede transformarse y cambiar de lugar. A toda esta concepción la llamamos dialéctica materialista.

2. En el proceso de desarrollo del conocimiento, la realidad material, la práctica, es el principio de todo, fuentede toda idea, de todo pensamiento; el paso a la elaboración de conceptos, de la práctica a la teoría, es un paso importante, donde se pasa de la etapa sensorial a la etapa racional del conocimiento. Posteriormente se da el paso de los conceptos, de la conciencia a la práctica social, y en ella, de la teoría revolucionaria a la práctica revolucionaria. Éste es el principio de la práctica-transformación, eslabón principal en el proceso de desarrollo del conocimiento. No se trata, entonces, sólo de interpretar el mundo, es necesario transformarlo. Por eso evaluamos la teoría a la luz de su correspondencia con la realidad objetiva y, principalmente, a la luz de sus implicaciones en la transformación revolucionaria del mundo. Por eso afirmamos que la práctica nosólo es el punto de partida para conocer el mundo, sino también el criterio de verdad donde el ser humano demuestra el poder transformador de su pensamiento. Son éstas las razones que hacen de la dialéctica materialista una filosofía fundamentalmente práctica.

Para la dialéctica materialista, la práctica no es simplemente la práctica menos la teoría, sino la praxis o práctica social. Por eso en este proceso de desarrollo del conocimiento y de transformación revolucionaria del mundo material, somos conscientes de que sin teoría revolucionaria no hay práctica revolucionaria. Aquí, la realidad debe estar al centro, y la teoría es una “herramienta” indispensable que nos ayuda a interpretarla y transformarla revolucionariamente. La teoría se produce bajoel principio marxista del conocimiento: el análisis concreto de la realidad concreta.

3. Para la dialéctica materialista, la realidad existe independientemente de la conciencia y por eso el marxismo reconoce la existencia de la verdad objetiva. Asumimos, talcomo lo señalara el presidente Mao, que la verdad es objetiva y, al mismo tiempo, relativa; en relación a que el mundo es cognoscible y está en permanente desarrollo. Esto no niega la existencia de la verdad absoluta, entendida como el conjunto de todas las verdades relativas en un momento histórico determinado. La verdad, sin embargo, puede ser ocultada conscientemente dados los intereses de clase, o podría no estar al alcance de los seres humanos en un momento dado de la historia, en cuanto no se haya desarrollado la ciencia que dé cuenta del aspecto de la realidad en la que está inscrito el fenómeno estudiado o porque el cúmulo de evidencias impiden conocerla.

4. Aferrados al materialismo histórico como aplicación de la dialéctica materialista al desarrollodel mundo y de las sociedades humanas, reconocemos el papel protagónico delas masas en los tres tipos de movimientos que impulsan la sociedad: la lucha por la producción, la lucha por la experimentación científica y la lucha política por el poder a lo largo de la historia. Las masas han sido las verdaderas protagónicas y se han rebelado provocando saltos en la sociedad. Han sido ellas las que han escrito los grandes capítulos de la historia, a sangre y fuego, demostrando que, sin ellas, ninguna revoluciónserá posible.

Por principio no debemos apartarnos de las masas básicas ni por un instante si realmente deseamos transformar revolucionariamente la sociedad; es imprescindible considerar siempre sus intereses y ponerlos por encima de los intereses individuales y de los de los pequeños grupos. Partir de las masas y volver a ellas significa no sólo captar su experiencia, sino asumir su sabiduría; a condición de estar atentos a la necesidad de criticar lo que de la ideología de las clases dominantes tome cuerpo en su práctica y en su pensamiento. Por eso, la línea de masas también debe ser un ejercicio de la teoría del conocimiento que el materialismo dialéctico y la dialéctica materialista sintetizan.

Las masas básicas son las verdaderas constructoras y protagonistas de la historia, ellas siempre se han rebelado, pero para lograr su verdadera emancipación del yugo de la explotación y la opresión, necesitan de su parte más consciente, la Dirección Proletaria representada en el Partido para que, en unidad dialéctica masas-dirigentes, sea posible conquistar el poder político.

5. Coincidimos en que la contradicción entrelas fuerzas productivas y las relaciones sociales de producción es la contradicción fundamental que ha dinamizado todas las sociedades humanas, y en el capitalismo esta contradicción se expresa como contradicción entre la apropiación privada y la producción social. La propiedad privada sobre los medios de producción, al generar la apropiación privada sobre éstos entra en choque permanente con su indiscutible carácter social. En las sociedades capitalistas, la contradicción fundamental se expresa como contradicción entre el capital y el trabajo; por tanto, políticamente, bajo la forma de la lucha de clases entre la burguesía y el proletariado, y como la anarquía de la producción en el seno de toda la sociedad y la organización de la producción dentro de cada fábrica.

Las fuerzas productivas, en el marco de unas relaciones sociales de producción, concretan la organización del trabajo y expresan la capacidad para producir que el conjunto de la sociedad tiene. Esta capacidad está íntimamente relacionada con la manera como la sociedad organiza la producción. En las sociedades divididas en clases, la fuerza de trabajo de las masas, la principal fuerza productiva, es explotada. De este modo, sólo cambiando su carácter de clase, podrá ponerse el desarrollo de las fuerzas productivas, al servicio del conjunto de la sociedad y al cuidado del planeta.

De otro lado, como ninguna sociedad puede proponersela solución de problema alguno cuyas premisas no estén siendo generadas, todo salto en las relaciones de producción que modifique el carácter de sus fuerzas productivas, sólo puede darse sobre la base de sus condiciones materiales objetivas, dentro de lascuales el nivel actual de desarrollo de esas fuerzas productivas, es una condición necesaria, pero no suficiente del salto histórico. Así la intervención de las masas en la transformación de las relaciones de producción, es el aspecto decisivo en la revolución del conjunto de las relaciones sociales de producción.

En la sociedad capitalista, el desarrollo de las fuerzas productivas estará, como un aspecto principal, al servicio de la acumulación capitalista, y sólo bajo la dirección del proletariado romperán sus barreras históricas para ponerse al servicio del conjunto de la sociedad y la naturaleza, teniendo así todas las posibilidades de hacerlo al servicio de la humanidad y preservando la salud de la naturaleza. Éste, es el primer aspecto de la contradicción que tiene, en el otro, un elemento esencial: ese desarrollo de las fuerzas productivas, es al mismo tiempo, la base material de la construcción de la nueva sociedad.

6. En la sociedad dividida en clases, la violencia ha sido la partera de la historia. Ladefensa de las viejas instituciones es llevada a cabo por las clases reaccionarias principalmente a través de la violencia ejercida por sus fuerzas armadas y demás instituciones represivas, buscando ahogar en sangre todo estallido de rebelión de las masas. De esta forma, tal como nos enseña la historia, sólo oponiendo la violencia revolucionaria a la violencia reaccionaria es posible conquistar las fuerzas productivas cambiando su actual carácter, liberando al pueblo de la esclavitud asalariada que le impone hoy el imperialismo y demás reaccionarios.

Deslindamos campos con los que recurren a la violencia revolucionaria para presionar reformas al viejo Estado y también con la concepción foquista de la guerra que suplanta a las masas en la lucha por su emancipación. Para nosotros como MLM lo fundamental es la construcción del Nuevo Poder a través del fusil o violencia organizada de las masas comandada por la política; pero sabemos bien que esto no es posible si, al mismo tiempo, no destruimos el viejo poder. Por eso reivindicamos la violencia revolucionaria de las masas como partera de la historia y reconocemos que, salvo el poder, todo es ilusión.

7. Partimos de reconocer que en Colombia hay una guerra revolucionaria de liberación nacional que, muy a pesar de nodesarrollarse bajo los principios de la Guerra Popular, es una guerra justa donde las masas populares (hasta hoy, principalmente el campesinado pobre, el semiproletariado del campo y la ciudad y la pequeña burguesía) se levantan contra este sistema terrateniente, gran burgués y pro imperialista.

A las Organizaciones comunistas nos corresponde partir de esta experiencia, asumirla críticamente, siendo críticos también con nosotros mismos, para aprender de la experiencia ganada por las masas y las organizaciones revolucionarias que ya llevan varias décadas desarrollando la guerra. Pero, ante todo, significa que debemos comprometer todos los esfuerzos en construir nuestras propias fuerzas armadas, lo que implica organizar armadamente, bajo la influencia de la ideología del proletariado, a las más amplias masas del campo y la ciudad. Esto nos permitirá tener independenciaideológica y política, avanzando hacia la transformación de estalucha armada revolucionaria enguerra popular, donde lo medular es la construcción del Nuevo Poder.

8. En medio de la lucha de clases llegamos a la época actual: época del imperialismo y la revolución proletaria, caracterizada por la mutación del sistema capitalista a formas más brutales y agresivas de acumulación, basadas en los monopolios, en el tráfico de capitales por todo el mundo, en la fusión del capital bancario con el capital industrial que hizo dominante una forma superior de capital: el capital financiero, donde, como dice Lenin:“han tomado cuerpo y se han manifestado en toda la línea los rasgos de la época de transición del capitalismo a una estructura económica y social más elevada. Lo que hay de fundamental en este proceso, desde el punto de vista económico, es la sustitución de la libre concurrencia capitalista por los monopolios capitalistas”.

Las crisis económicas, necesariamente articuladas a inmensas crisis sociales (incluidas las políticas y en el terreno de la cultura) son una condición misma de la sociedad capitalista. Se originan en lo fundamental en la anarquía que impone unprecepto imperativo, que obliga a todo capitalista industrial a mejorar continuamente su maquinaria, so pena de perecer, aumentando la producción a niveles cada vez más alejados de la demanda; y, enla contradicción irreductible entre la necesidad que el capital tiene para reproducirse, de aumentar su tasa de ganancia que se ve limitada y decreciente, ante el incremento de los capitales destinados a los medios de producción. Estas crisis que aparecieron en la dinámica esencial del capitalismo como crisis cíclicas, se han venido generando: a) cada vez más próximas en el tiempo, b) más profundas y c) de más larga duración.

Pero, al mismo tiempo, los cuadros dirigentes, los intelectuales orgánicos del imperialismo y las clases dominantes, aplican audaces políticas que imponen contratendencias materiales, de las cuales han surgido profundas reformas en los regímenes políticos y en los sistemas de gobierno, que han hecho posible exacerbar la explotación y, por ende, la lucha de clases y las condiciones materiales de esa lucha del proletariado y las masas populares por construir un nuevo tipo de sociedad. Por eso afirmamos que las condiciones para la revolución maduran. Porque en tanto que las diferentes fuerzas imperialistas y sus instrumentos del poder en todos los estados capitalistas existentes en el mundo entero, abren las puertas a una mayor opresión y explotación, abren también y al mismo tiempo, las puertas de la revolución proletaria mundial.

No es cierto que los Estado nacionales, proyecto e instrumento de la burguesía y su modelo de sociedad, hayan desaparecido o perdido sus funciones. Siguen siendo, en cada formación social, el “estado mayor” y la junta que administra los intereses de las clases en el poder. Tampoco es cierto que, enel llamado mundo globalizado, esos estados nacionales hayan dado paso a la existencia de un solo y único “estado mundial”. En cada ciclo por el que atraviesa la fase imperialista del capitalismo, las contradicciones ínter imperialistas se exacerban y la solución parcial y relativa de esas contradicciones da lugar a la hegemonía de una de sus alianzas comandados por su gendarme. La actual hegemonía del imperialismo yanqui, no implica que las cosas ya no sean de ese modo en el mundo.

Como comunistas deslindamos campos con los puntos de vista socialdemócratas, liberales, revisionistas, que pregonan que ya las contradicciones ínter imperialistas no existen, que estamos en presencia de un solo gran “estado multinacional”, que el imperialismo es tan sólo “una política”; cuando lo que en verdad ocurre es que el imperialismo es una etapa, la superior y última del capitalismo, donde las leyes que rigen su realidad son las mismas de la vieja economía capitalista, ahora exacerbadas en la tarea de acumular por la vía deuna mayor extracción de plusvalía, una más sedienta presencia del capital parasitario y un margen mayor de maniobras para la captación de todo tipo de rentas.

9. Afirmamos que la revolución sigue siendo la tendencia principal en el mundo capitalista actual. Así mismo consideramos que existen tres contradicciones que se deben destacar en esta situación de perspectiva estratégica en la que se está desenvolviendo el conjunto de las sociedades actuales, regidas por las leyes objetivas del capitalismo que las determinan: contradicción entre el imperialismo y los pueblos oprimidos, entre las diferentes fuerzas imperialistas, y entre la burguesía y el proletariado. Todas estas contradicciones se desenvuelven de manera simultánea y en espiral, donde la primera, sigue siendo la contradicción principal.

La contradicción entre las distintas fuerzas imperialistas se resuelve a través de agresiones y guerras imperialistas; en estos casos los comunistas debemos oponer la guerra revolucionaria a la guerra reaccionaria, cambiándole el carácter a la guerra imperialista, a las guerras de agresión, siguiendo el sendero trazado por la revolución bolchevique de 1917.

La contradicción entre la burguesía y el proletariado en cada país, se resuelve mediante revoluciones socialistas a través de la guerra popular o insurrecciones armadas dirigidas por el proletariado.

Y, finalmente, la contradicción entre el imperialismo y los pueblos o naciones oprimidas, se resuelve mediante la revolución democrática, de nueva democracia ó democrático nacional, a través de la guerra popular dirigida por el Partido del Proletariado, teniendo en cuenta las condiciones específicas de cada país.

Afirmamos entonces, que la Guerra Popular se aplica universalmente, según el carácter de la revolución y se especifica en cada país. Las revoluciones democráticas, socialistas y las sucesivas revoluciones culturales dirigidas por el proletariado, hacen parte de un mismo camino por el que debe avanzar la humanidad hacia su meta estratégica: el Comunismo.

Por ello el conjunto de guerras que barren al mundo entero (reaccionarias, revolucionarias, de agresión, etc.) deben ser transformadas en guerras populares que, asumiendo formas nacionales, tendrán que expresarse en su unidad estratégica bajo el ejercicio del auténtico internacionalismo proletario. Es justa entonces la consigna de ahogar al imperialismo en un mar de guerras populares, ¡Porque sólo la guerra popular puede acabar con el imperialismo y todas las clases reaccionarias! Pero, tal como lo hemos afirmado: la responsabilidad histórica de liquidar al imperialismo no es tarea sólo de las masas organizadas de las naciones oprimidas, sino que es también tarea de todos los revolucionarios y comunistas del mundo entero.

10. Los blancos de nuestra Revolución en su primera fase son, el imperialismo, la gran burguesía (burguesía burocrática y compradora), los terratenientes y todos quiénes agencian sus políticas. Mientras que, la clase obrera del campo y la ciudad, el semiproletariado del campo y la ciudad, el campesino medio y pobre, el ala izquierda o capa inferior de la pequeña burguesía, son las clases y sectores de clase, amigos y aliados de la revolución en su primera fase. Las fuerzas de clase que deben ser neutralizadas en el proceso de la revolución, en dicha etapa, esel campesinado rico la burguesía media y la burguesía con contradicciones con las naciones imperialistas; si el proletariado no los neutraliza, se convertirán en fuerzas contrarrevolucionarias.

Nuestra Revolución se construye en medio de la guerra popular prolongada, generando una nueva economía, una nueva cultura y un nuevo poder político en la forma de dictadura conjunta de las clases revolucionarias bajo la hegemonía proletaria, asentada en la organización de las masas en el Frente-Nuevo Estado. Para entender el carácter de nuestra revolución tenemos que asumir el desarrollo de la teoría marxista del Estado en lo relacionado con los tipos de dictadura o sistemas de Estado. El Estado a construir o Frente-Nuevo Estado, es la dictadura conjunta de las clases revolucionarias basada en la alianza obrero-campesina y dirigida por el proletariado.

Nuestra Revolución, en su primera etapa, se propone destruir las relaciones sociales generadas por el imperialismo, confiscar el poder económico y político de la gran burguesía y destruir la propiedad terrateniente, eliminando los rezagos y rasgos en las relaciones precapitalistas; avanzando simultáneamente en algunas tareas socialistas. Consiste entonces en una revolución antiimperialista, democrática y agraria, donde quiera el imperialismo, el capitalismo que genera y subordina y las “relaciones atrasadas”, sean el resultado del proceso de la formación social.

Es en y con la Guerra Popular Prolongada que ésta se hace posible, siendo lo medular de la estrategia de la GPP, la construcción del nuevo poder, es decir, de las bases de apoyo revolucionarias, que son un eslabón clave para la construcción paso a paso de la nueva sociedad.

11. Para el desarrollo y triunfo de nuestra Revolución es indispensable la construcción concéntrica, simultánea y en espiral de los tres instrumentos: el Partido, el ejército y el frente. Concéntrico: que el Partido esté al centro dirigiendo su propia construcción, la construcción del ejército comandando el fusil y la construcción del frente tanto en campo como su expresión en la ciudad; Simultáneamente: que desde los mismos inicios de la participación en la lucha, se vaya construyendo a la par el Partido y los otros dos instrumentos, como una manera de garantizar que el Partido asuma como suya la tarea estratégica principal, dirigir la guerra popular en función del nuevo poder. Y tener los cuadros dentro de uno y otro, que garanticen su conducción. Sólo es posible construir una verdadera vanguardia proletaria, en el proceso donde los cuadros del futuro partido van liderando, simultáneamente, la construcción del partido, ejército y el frente. Sin la construcción del ejército y el frente todo está en ciernes si aún no hay partido de vanguardia.

El partido es la forma más alta o superior de organización donde van los mejores hijos del pueblo, debe ser de revolucionarios profesionales, de cuadros que dedican todos sus esfuerzos a la causa de la emancipación proletaria, cuadros comunistas principalmente, combatientes y administradores del nuevo Poder; que luchan en todas las situaciones por mantener la autonomía e independencia ideológica, política y organizativa del Partido. Debe ser un Partido Militarizado; esto es, forjado en medio de la guerra popular, que asuma como suya la tarea principal, la dirección de la GP en función del nuevo poder. Su función es trazar las políticas generales y dirigir todo el proceso revolucionario: a su propia construcción, al ejército y al frente. Aunque no es un Partido de masas, su carácter es estar unido a las masas y en las masas; es decir, que, aunque allí sólo entran los mejores entre la clase, está estrechamente ligado a las masas; se encarga además de recoger las ideas dispersas de ellas, sintetizarlas y devolverlas a las masas en forma de orientaciones que guíen su acción transformadora, garantizando así que el Partido represente siempre los intereses de las masas. Su principio rector es el Centralismo Democrático y en su seno se desarrolla continuamente la lucha de dos líneas, que no es otra cosa que la lucha entre la ideología burguesa y la ideología del proletariado en las filas del Partido, la cual es el motor que va forjando la auténtica dirección proletaria en su seno. El Partido, constituye el instrumento de dirección de la revolución Proletaria.

El ejército guerrillero de nuevo tipo, es la forma principal de organización de las masas revolucionarias, en el campo y en la ciudad. Se aplica el principio “el Partido manda el fusil y jamás permitiremos que el fusil mande al Partido”. Debe estar constituido fundamentalmente por los campesinos pobres, los obreros y el semiproletariado. Cumple tres funciones básicas: combatir que es principal; movilizar, politizar, organizar y armar a las masas; y producir.

La experiencia foquista ha demostrado que, si el ejército no se piensa y se desarrolla como la organización principal de las masas, independientemente de las buenas intenciones, los ejércitos revolucionarios terminan funcionando como elementos externos y, en el mejor de los casos, como verdaderas fuerzas de ocupación que se miran con simpatía. Una guerra popular no puede conducirse sin una estrecha relación masas-partido-ejército-frente.

En una verdadera Guerra Popular, la guerra la hacen las masas, es a las masas que el enemigo de clase debe enfrentarse. Por eso el ejército es la forma principal de organización de las masas. La metáfora según la cual “el ejército revolucionario debe moverse entre las masas como pez en el agua” es engañosa: realmente las masas son el pez y son el agua al mismo tiempo. Sólo así los combatientes se hacen invisibles a los ojos del enemigo. Cuando las organizaciones armadas revolucionarias operan “desde afuera”, no están en capacidad de generar el Nuevo Poder. Sólo un ejército invisible, de combatientes que se han hecho invisibles porque se funden en las masas armadas, organizadas y movilizadas, podrá derrotar las poderosas fuerzas puestas hoy al servicio del imperialismo y la gran burguesía en el mundo entero.

El frente, es el tercer instrumento a través del cual seconstruye el nuevo poder por el camino de la GPP. Se materializa en la dictadura conjunta de las clases y sectores de clase revolucionarios bajo la dirección proletaria, esto es Frente-Nuevo Estado. Enélse agrupan no sólo los obreros y campesinos pobres, sino también el semiproletariado, la capa inferior de la pequeña burguesía y todos aquellos sectores de clase revolucionarios, y a la cabeza, el proletariado organizado en su Partido. Se concreta en el campo como nuevo poder, a partir de los Comités populares; y en las ciudades como movimiento revolucionario, a partir de los Organismos generados del Partido, cuyo objetivo es elevar la resistencia de las masas, preparando a las ciudades con guerra popular. El Frente-Nuevo Estado se construye en el campohasta finalmente plasmar el poder en todo el país.

12. Frente al Estado partimos del principio que el proletariado “no puede simplemente hacerse cargo de la maquinaria estatal y servirse de ella para sus propios fines, sino que debe destruirla” y levantar sobre las ruinas el nuevo poder. Así entonces al mismo tiempo que vamos destruyendo el poder del enemigo por medio de la guerra revolucionaria de las masas dirigidas por el proletariado, debemos ir construyendo el nuevo poder, el Nuevo Estado, por medio de comités populares conformados por miembros del Partido, el Ejército y por representantes de las masas revolucionarias.

Firmes en que la meta última es la supresión de todas las clases, de las relaciones de producción en que éstas descansan, de las relaciones sociales que éstas generan y de todas las ideas que brotan de este sistema de clases, pensamos que lo fundamental del MLM es el poder, que la esenciade la teoría marxista es el asuntode la dictadura del proletariado. Nos ratificamos en que ésta debe ser ejercida en el socialismo por la clase obrera en alianza con el campesinado pobre; porque es la clase obrera la única clase capaz de emanciparse a sí misma y al resto de la humanidad, borrando de la faz de la tierra y para siempre, todo tipo de opresión, explotación, clases sociales y por ende al Estado mismo. Dictadura del Proletariado que significa, dictadura para la burguesía y amplia democracia para las masas obreras y campesinas.

13. Porque en el socialismo continúa la lucha de clases, existe por ende el peligro de la restauración capitalista. En el tránsito del Estado Socialista hacia la sociedad Comunista, la lucha que las clases reaccionarias derrocadas dan para restaurar su poder, unida a la herencia nefasta de hábitos e ideas tradicionales que corresponden a las viejas relaciones de producción, imponen la obligatoriedad de intensificar la lucha ideológica en toda la sociedad y especialmente en el seno del Partido; precisamente porque los restauradores capitalistas pueden convertirlo en su cuartel general. De este modo, las transformaciones revolucionarias en el ámbito de la superestructura, se convierten en el aspecto principal. Aunque esté ya revolucionada la base económica, ella sola no se mantendrá si no se pone la política y la ideología al mando. El maoísmo nos enseña cómo, sólo a través de sucesivas Revoluciones Culturales Proletarias dirigidas por el proletariado a través de su Partido, podrá la clase obrera romper con las viejas ideas, conducir a las masas a retener el poder y a ser quién lo dirija todo en la sociedad socialista avanzando sin tregua hacia el mundo comunista. La línea de consolidar el socialismo en cada país como base de apoyo de la revolución mundial, continuar la revolución por parte de la clase obrera contra la burguesía y su ideología reaccionaria, es la línea de luchar contra el revisionismo a escala mundial.

Por eso, la construcción del socialismo en un solo país, es la alternativa revolucionaria frente a quienes, de manera mecánica ven como vía al comunismo un supuesto levantamiento simultáneo y planetario de las masas insurreccionadas. Quienes son seducidos por semejante ilusión, han terminado oponiéndose al avance del proceso revolucionario en cada país porque, dicen, “no ven condiciones” para triunfar o mantenerse. La lucha que instaura el socialismo en un país sólo tiene sentido en una concepción planetaria de la guerra popular que ve en su victoria sólo un triunfo parcial que instaura una base de apoyo a la revolución proletaria mundial. Cada revolución triunfante que derroque el estado burgués en cada formación social actual, tiene que entenderse como la construcción de una nueva base de apoyo de la revolución mundial, en el desarrollo de la guerra popular a escala planetaria. Quienes no asumen consecuentemente esta perspectiva estratégica, termina renegando de la guerra, denunciando las guerras imperialistas y de agresión y renunciando a la tarea de cambiarle el carácter a estas guerras generadas por el capitalismo en su fase actual, vale decir por el imperialismo.

El contenido fundamental de la Gran Revolución Cultural Proletaria es la continuación de la revolución bajo la Dictadura del Proletariado rumbo al comunismo. Por tanto, es el mayor aporte y desarrollo hecho por la Revolución China y el maoísmo a la teoría marxista de la dictadura del proletariado.

14. Consideramos la revolución Proletaria en Colombia desde sus fases o etapas iniciales como parte de la Revolución Proletaria Mundial.

El proletariado no tiene fronteras que lo divida, no tiene patria, pues el capitalismo y ahora su fase superior y última: el imperialismo, ha borrado las diferencias entre los obreros de las distintas naciones y los antagonismos entre los pueblos. Son explotados los obreros de Colombia, los de Afganistán, los de Filipinas, los de EU, Alemania o Japón. En este sentido compartimos que la emancipación definitiva del proletariado es una tarea internacional, somos pues internacionalistas proletarios, apoyamos las luchas de liberación de todos los pueblos oprimidos del mundo y toda revolución por la emancipación del trabajo, sin chovinismo alguno.

Especificamos que la forma más alta de internacionalismo proletario, la mejor manera de ser consecuentes con él, como lo plantearan Lenin, es el desarrollo de la guerra popular en cada país, sirviéndole así al avance de la Revolución Proletaria a nivel Mundial.

Así entonces, lo mismo que se hace indispensable un Partido proletario para la toma del poder en cada país, consideramos necesaria una Organización internacional que agrupe a todas las organizaciones MLM del mundo. Es tarea permanente de todos los comunistas velar por la construcción de la Internacional de Nuevo Tipo, materializando la consigna “¡proletarios de todos los países, uníos!”,pugnando desde hoy por el fortalecimiento del Movimiento Revolucionario Maoísta, desarrollando correctamente y profundizando la lucha de líneas hasta lograr unas nuevas bases de unidad, que necesariamente conducirá a la depuración y a un nuevo y necesario salto cualitativo.

EPÍLOGO

Dado las características de nuestra formación social, que exigen a la revolución proletaria en Colombia, la resolución del problema agrario, la solución del problema de la democracia (generado por el gamonalismo) y la derrota del imperialismo (vale decir, la solución del problema nacional), optamos sin vacilación por seguir el camino trazado por el presidente Mao: Desarrollar la revolución en los países oprimidos por el imperialismo, a través de la Guerra Popular Prolongada. Su aspecto medular es la construcción del nuevo poder, la construcción de las bases de apoyo revolucionarias, cuya estrategia es cercar las ciudades desde el campo. Sin liquidar el problema nacional, sin derrotar al imperialismo, no es posible transitar al socialismo y, para lograrlo, la guerra popular que crea el nuevo poder es el único camino posible. La aplicación del MLM a nuestras condiciones concretas nos permitirá generar y desarrollar aportes significativos a la revolución proletaria mundial.

Conscientes de que el marxismo se desarrolla y florece en lucha abierta contra el oportunismo y demás tendencias incorrectas, sabemos que es nuestro deber como maoístas dar una dura lucha tanto en el seno del movimiento comunista mundial y nacional, como en el seno de nuestra propia Organización contra el Revisionismo como peligro principal de la revolución proletaria, el cual se expresa actualmente en Colombia con múltiples caretas: la dispersión de la fuerzas proletarias, revisionismo armado, dogmatismo, socialdemocracia, corporativismo. Sabemos que sólo desatandola lucha consciente contra estos males y en especial en nuestro caso contra un marxismo asimilado incorrectamente esencialmente metafísico y evolucionista, es que podremos los maoístas vincularnos a la guerra para transformarla.

CAPÍTULO III

NUESTROS PRINCIPIOS

(Propuesta de principios para todo el movimiento comunista internacional)

1. El primer principio básico es que el proletariado necesita de un verdadero partido comunista. Que es su arma más importante. Un Partido único del proletariado, independiente de todos los partidos de la burguesía, el imperialismo, los terratenientes. “El proletariado -escribía Lenin-no dispone, en su lucha por el Poder, de más arma que la organización. El proletariado, diseminado por el imperio de la anárquica concurrencia dentro del mundo burgués, aplastado por los trabajos forzados, al servicio del capital, lanzado constantemente a la “sima “ de la miseria más completa, del embrutecimiento y de la degeneración, sólo puede hacerse y se hará inevitablemente invencible, siempre y cuando que su unión ideológica por medio de los principios del marxismo se afiance mediante la unidad material de la organización, que funda a los millones de trabajadores en el ejército de la clase obrera”.

2. La vida misma del partido es la lucha: lucha de líneas interna que tiene como fin la unidad; deslinde con revisionistas y oportunistas; lucha por unir a la nación para la revolución; lucha contra los blancos de la revolución.

3. La unidad básica del partido del proletariado es la unidad ideológica. La ideología marxista leninista maoísta. Los principios determinan quiénes están en las filas del proletariado.

4. La clase obrera, el proletariado, es la clase sepulturera del capitalismo.

5. Para que los principios sean una realidad deben estar acompañados de los principios organizativos del centralismo democrático: 1) Carácter electivo de todos los órganos de dirección del Partido de abajo arriba desde un carácter estrictamente conspirativo; la selección de los miembros que por compartimentación no puedan ser elegidos de abajo arriba, debe hacerse por cooptación o selección desde los organismos de dirección constituidos; 2) Rendición periódica de cuentas de la gestión de los órganos del Partido ante las organizaciones del Partido correspondientes; 3) Severa disciplina de Partido y sumisión de la minoría a la mayoría; 4) Obligatoriedad incondicional de los acuerdos de los órganos superiores para los inferiores y para todos los miembros del Partido; 5) todo el partido se somete al congreso y los principios; 6) lucha de líneas.

6. El partido es un partido de vanguardia para dirigir al proletariado y a las masas a la construcción del poder, para que las masa se liberen a sí mismas. La transformación de la sociedad es obra de las mismas masas. Las masas hacen la historia. Aunque el Partido fuese el mejor destacamento de vanguardia y se hallase magníficamente organizado, no podría vivir ni desarrollarse sin tener vínculos de unión con las masas (incluidas las sin partido), sin multiplicar y afianzar estos vínculos.

7. El frente debe aglutinar al grueso de las masas que están dispuestas a la lucha de resistencia o a luchar contra los blancos de la revolución y la construcción del nuevo poder.

8. Se necesita de un ejército revolucionario que destruya el poder del enemigo. En los países oprimidos es la forma principal de organizar a las masas.

9. La construcción del Partido, del Ejército como forma principal de organización de las masas y del Frente como concreción del poder proletario debe ser concéntrica y en espiral, de tal manera que el partido esté al mando en todo el proceso con los avances y retrocesos que en la historia se generan.

10. la violencia ha sido la partera de la historia. La transformación social sólo es posible por medio de la violencia revolucionaria, aplicando la línea militar MLM y una coherente Línea militar de masas. La principal forma de lucha es la GP. Ser que haceristas en una nación como Colombia es organizar y hacer agitación y propaganda por medio de la GPP.

11. Sólo puede haber revolución con una verdadera teoría revolucionaria. El Partido único del proletariado debe estar forjado en la ciencia de la revolución el marxismo leninismo maoísmo. “Sin teoría revolucionaria-decía Lenin-no puede haber tampoco movimiento revolucionario … Sólo un partido dirigido por una teoría de vanguardia puede cumplir su misión de combatiente de vanguardia”.

12. Es un Partido forjado para dirigir al proletariado y las masas revolucionarias en la revolución social, para la construcción de un Nuevo Poder por el proletariado y las masas revolucionarias. La revolución “no puede simplemente hacerse cargo de la maquinaria estatal y servirse de ella para sus propios fines, sino que debe destruirla”.

13. Dictadura del proletariado: dictadura conjunta en las revoluciones democráticas dirigidas por el proletariado; dictadura proletaria en la revolución socialista.

14. Revolución Cultural Proletaria. En una dialéctica de restauración y contra –restauración; para evitar la restauración del capitalismo o para preparar a las masasen la contra restauración.

15. Desarrollando la idea leninista de la política como expresión concentrada de la economía, asumimos que la política es el mando (aplicable en todos los planos) y el trabajo político es la línea vital del trabajo económico; lo cual lleva a un verdadero manejo de la economía política y no a una simple política económica. La política manda al fusil.

16. La revolución en cada país como parte de la revolución proletaria mundial. El proletariado no tiene patria. Crear urgentemente una internacional comunista que ayude a difundir el MLM y a fundar partidos comunistas que desarrollen guerras populares y construyan nuevo poder tanto en las naciones oprimidas tanto como como en los países imperialistas.

¡Construir o Reconstituir Partidos del Proletariado y la Nueva Internacional Comunista, alrededor de los Principios, al calor de la Guerra Popular, a través de la lucha entre dos líneas y en estrecha ligazón con las masas!

¡Viva el Marxismo leninismo Maoísmo!

¡Por laconstrucción de la Nueva Internacional Comunista, viva la Conferencia Internacional Maoísta Unificada!

Comité Ejecutivo

PODER PROLETARIO

Organización Partidaria MLM

Colombia

11 Retomamos, entre comillas, planteamientos esenciales del MLM correspondientes a diferentes textos. Al hacer este registro, éstos, pueden tomar la forma de paráfrasis que aportan a la claridad de la discusión asumida. Salvo una nota explicita que remita a un texto particular, todos tienen este carácter.