Poder Proletario: PRONUNCIAMIENTO POR UNA CONFERENCIA INTERNACIONAL MAOÍSTA

Colombia, 5 de marzo de 2022
Poder Proletario
Organización Partidaria MLM

DESLINDANDO Y PRECISANDO

Por una Conferencia Internacional que ponga la necesidad de la Guerra Popular en el centro de la práctica revolucionaria de los maoístas

En el marco de la preparación de nuestra esencial Conferencia Internacional Maoísta Unificada, venimos elaborando el texto “La unidad entre los comunistas, luchando por el Partido y por la Internacional Comunista de Nuevo Tipo”. Allí, continuamos desarrollando nuestro deslinde con el oportunismo de la Nueva Síntesis de Bob Avakian1, planteamos nuestro punto de vista sobre la urgente necesidad de avanzar en unidad de los comunistas alrededor de los principios, enunciamos las bases ideológicas de nuestra organización partidaria y hacemos un resumen de los principios que hemos alcanzado y proponemos como base de unidad entre los comunistas a nivel nacional e internacional.

En medio del desarrollo de esta tarea, que consideramos fundamental, conocimos:

a) El material “¡Por una Conferencia Internacional Maoísta Unificada!” presentada por el Comité Coordinador, y

b) Una respuesta a este documento elaborada y presentada por la Unión Obrera Comunista (MLM) bajo el título “Sobre la Propuesta acerca del balance del Movimiento Comunista Internacional y de su actual Línea Política General ¡Por una Conferencia Internacional Maoísta Unificada!”.

Nos sentimos en la obligación de precisar nuestra posición, en el proceso mismo de la lucha de líneas que allí se despliega, frente a perspectivas que si logran calar en la mayoría de los participantes de la Conferencia, pondrían a la Organización Comunista Internacional una vez más por fuera de las filas del proletariado revolucionario. Al hacerlo, es clave precisar los conceptos de nuestra ideología científica, el MLM que, allí, están comprometidos.

1El PCR EU persiste y viene haciendo una agresiva campaña para difundirla a nivel internacional. Ver nuestro primer pronunciamiento sobre la “Nueva Síntesis” del Renegado Avakian elaborado en febrero de 2017, en: https://poderproletario.blackblogs.org

URGE EL DESLINDE

La UOC, al señalar lo que su organización partidaria asume como errores de los camaradas del Comité Coordinador, terminan por oscurecer algunos asuntos de principios, entrando en contradicción con postulados fundamentales del Marxismo Leninismo Maoísmo. Iniciamos, pues, haciendo precisiones necesarias.

Precisiones

1. La Conferencia es y debe ser un espacio de unidad y lucha. Lucha por los principios MLM y unidad alrededor de los principios. Todos los participantes de la Conferencia, podrán escribir sobre la concepción o matiz que han adoptado. El texto que recoja la Base de Unidad general común de los MLM, debe ser uno de los resultados del desarrollo de la lucha y unidad en la Conferencia Internacional y no su premisa, por lo tanto, es casi imposible que el Comité Coordinador pudiera elaborar esta síntesis, antes de la indispensable lucha de líneas, como lo exigía en su documento la UOC.

2. En el debate sobre si nuestra ciencia es principalmente maoísta, el documento de la UOC afirma, explícitamente: “Partimos de la adopción del Marxismo Leninismo Maoísmo como una nueva, tercera y superior etapa de marxismo, e incluso admitimos la denominación maoísta para asuntos de la propaganda 2. Aquí, debe precisarse qué significa que “la denominación maoísta” se admite “para asuntos de propaganda”. Expresado de esa manera se entiende como que se admite la denominación de maoísta, por asuntos prácticos, por un practicismo utilitarista, porque sirve para la propaganda. Pretender usar la palabra “maoísta” como un simple apelativo para asuntos de la propaganda sería absolutamente inadmisible. El debate se debe centrar en si se reconoce el maoísmo como el más alto desarrollo del marxismo en teoría y práctica.

3. Para nosotros es inadmisible que la UOC trate de identificar las posiciones de los camaradas del Comité Coordinador con el revisionismo de Avakian en frases como:

“está en la pretensión de reducir las leyes generales del movimiento a la contradicción, interpretando que su carácter de ser la ley más fundamental de la dialéctica o núcleo o esencia de la dialéctica, significa que es la “única ley de la dialéctica”; idea equivocada que se impuso en el extinto MRI (defendida también por la “nueva síntesis” de Avakian).”

En primer lugar, la UOC debe comprender que afirmar no es demostrar. Para demostrar, se debe analizar y argumentar. Si bien, los camaradas no acusan directamente, dejan la sensación de una conexión del Comité Coordinador con las ideas del revisionismo de Avakian.

2Las negrillas son nuestras.

En segundo lugar, podemos afirmar que la concepción de los camaradas del Comité Coordinador está en abierta oposición a la Nueva Síntesis de Avakian. Qué se diga en el texto del Comité Coordinador una idea o dos que históricamente hayan sostenido en el PCR EU, no es razón suficiente para identificarlos con la Nueva Síntesis. Más aún, qué Avakian “defienda” la idea de que la contradicción es la ley única de la dialéctica, (nosotros no tenemos certeza si Avakian defiende esta idea) no hace a esta idea incorrecta; ni a los que la defiendan, avakianistas. Para demostrar que esta afirmación es incorrecta (o que tal o cual organización es avakianista) no basta que la UOC haga un par de afirmaciones y listo, es ineludible una profunda argumentación y contraargumentación, es decir, una lucha de líneas que nos lleve a todos los deslindes necesarios.

Es importante prevenirnos, en esta lucha de líneas (y en todas las luchas de líneas), de lanzar acusaciones, tácitas o explícitas, que echen manto de dudas sobre camaradas u organizaciones, sin argumentos, pues es contrario al espíritu de unidad-lucha-unidad que debe embargar a la Conferencia Internacional; en tercer lugar, la UOC debe demostrar con argumentos que de la tesis de que la contradicción es la única ley fundamental de la dialéctica se derivan varias ideas revisionistas. No basta con simples afirmaciones.

A propósito, los camaradas del Comité Coordinador dicen exactamente: La contradicción, única ley fundamental de la incesante transformación de la materia eterna (las negrillas son nuestras). A pesar de la UOC resaltar la palabra fundamental, asume que dijeron solamente única ley, en últimas, desconociendo lo que en realidad se dijo, sin argumentar porqué es lo mismo decir, única ley, a, única ley fundamental, tergiversando la posición de los camaradas del Comité Coordinador. En general, una tesis no es revisionista porque la diga tal revisionista, sino porque revisa los postulados fundamentales del marxismo y eso es precisamente lo que nos proponemos discernir a profundidad en la lucha de líneas en la Conferencia Internacional.

Consideramos que la formulación de Lenin sobre la dialéctica es exacta, no le agregaríamos ni quitaríamos nada. Al respecto, dice Mao en “Sobre la contradicción“:

“Lenin dijo: “La dialéctica, en sentido estricto, es el estudio de la contradicción en la esencia misma de los objetos [ . . . ]” Lenin solía calificar esta ley de esencia de la dialéctica y también de núcleo de la dialéctica.”

Si existen los suficientes argumentos para dejar atrás la formulación de Lenin sobre la dialéctica, y, asumir una nueva, se deben presentar en la Conferencia para ser sometidos a discusión, de lo contrario, nos debemos reafirmar en la tesis de Lenin. En nuestra organización partidaria afirmamos que el movimiento de la materia, en cualquiera de sus dimensiones, niveles o tipos se da por la lucha de los aspectos contrarios que componen toda cosa o proceso; por eso reconocemos la contradicción como la ley fundamental de la dialéctica, que está presente en todos los fenómenos de la naturaleza, la sociedad y el pensamiento. Es la ley de la contradicción, o unidad y lucha de contrarios, la que nos permite deducir no sólo que todas las cosas cambian y se desarrollan a través de cambios cuantitativos y cualitativos, sino, además, conocer las causas de ese movimiento: el por qué y cómo se dan estos saltos o transformaciones.

4. La UOC “corrige” al Comité Coordinador y dice: «Donde por consiguiente hay que desarrollar una “revolución democrática”, no de Nueva Democracia ().». Lo cierto es que Mao usa indistintamente tanto la expresión “Revolución democrática” como “Nueva Democracia”, una simple remisión a su obra, bastará para comprobarlo. No implica una alteración en la teoría marxista, ni una renuncia a la Nueva Democracia, emplear el término Revolución Democrática.

5. Frente a la controversia que abre el texto de la UOC sobre la negación de la negación y la contradicción como la esencia de la dialéctica, para avanzar en ello, invitamos a los camaradas a que veamos, primero, las implicaciones que tiene el uso de lo que equívocamente asumen como dialéctica en el ejercicio de su crítica. Dicen los camaradas:

«consideramos errónea la expresión “principalmente maoísta” por cuanto corresponde a la pretensión de hacer del maoísmo una “síntesis” del comunismo y reducir el socialismo científico a los aportes de Mao Tse-tung.” (Las negrillas son nuestras).

Razonar en absolutos, conduce a ninguna parte. Donde dice “principalmente”, ellos entienden “únicamente”. Al hacerlo desconocen que, entre las partes constitutivas de un fenómeno, unas necesariamente influyen o determinan más que las otras; es decir, hay unas que son principales y, otras, secundarias.

Así, pues, no es cierto que, en el documento “¡Por una Conferencia Internacional Maoísta Unificada!”, se esté “reduciendo” el socialismo científico a los aportes de Mao; lo que se dice es que hoy, para ser marxista se tienen que reconocer los desarrollos del Marxismo representados por el Maoísmo. A principios del siglo XX, muchos adeptos a Marx y Engels, negaron los últimos desarrollos de Lenin al marxismo, convirtiéndose en verdaderos revisionistas. A muchos intelectuales que hoy se atienen sólo a las tesis de Marx y Engels (incluso en sus detalles) se les llama marxólogos, y no marxistas. El maoísmo es la piedra de toque entre los marxistas y los revisionistas, porque determina de una manera principal, estrategia, táctica, planes y campañas de los comunistas de hoy, porque caracteriza de forma principal, al marxismo de hoy: insistamos… al Maoísmo.

6. Luego de citar a los camaradas del Comité Coordinador donde señalan “() en estos países, sobre una base semifeudal, colonial o semicolonial, se desenvuelve el capitalismo burocrático, el texto que venimos debatiendo concluye: “Es decir, no existe el capitalismo (de ninguna clase)”. ¿Quién y cómo puede llegar a la conclusión según la cual el capitalismo burocrático es en la práctica un “no-capitalismo”? ¿por qué no comparten los camaradas todo el análisis donde se demuestre que el capitalismo burocrático no es capitalismo? Ningún marxista se puede conformar con una simple afirmación sin argumentos.

Mas adelante dice la UOC:

«Pero a ese gran error de los camaradas de hacer la “revolución democrática”, incluso en los países capitalistas oprimidos se suman otros de no menor importancia, como afirmar que el “campo es principal y la ciudad es complemento necesario” en la guerra revolucionaria, lo que en términos prácticos conduciría no a realizar la guerra de las masas que integran la mayoría de la sociedad y se concentran en las ciudades, sino una guerra con la minoría de la población»

Cuando los camaradas del Comité Coordinador dicen que el campo es principal, la UOC entiende que no se realizará la guerra en las ciudades. No es cierto que decir que la guerra revolucionaria se desarrolla principalmente en el campo, implica que no se va a desarrollar en la ciudad. Es más: no se podría asegurar de antemano dónde ocurrirán las batallas más grandes, más cruentas, en el campo o la ciudad. Lo que sí se puede asegurar es que la lucha por conquistar el poder político a través de la GPP es la esencia del maoísmo y, por tanto, el proletariado debe desarrollar la estrategia de destrucción del viejo poder, el poder reaccionario, y la construcción del Nuevo Poder Revolucionario forjado y concretado en las zonas donde el Estado reaccionario es más débil; ir debilitando con guerra popular al viejo poder en las zonas donde ahora éste es más fuerte, haciendo avanzar las bases de apoyo en las zonas rojas, en un proceso de lo pequeño a lo grande; esto es, en la mayoría de los casos, del campo a la ciudad. De ninguna manera puede concluirse que las ciudades estarán por fuera de la destrucción del viejo estado y la construcción del Nuevo Poder.

LA GUERRA POPULAR Y LA LUCHA DE LIBERACIÓN NACIONAL ASUNTOS DE PRINCIPIOS Y DESLINDES

Todas las organizaciones participantes de la Conferencia Internacional y, en general, todas las organizaciones MLM que por una razón u otra no participen en la Conferencia se deben pronunciar claramente sobre estos dos asuntos que hacen parte fundamental de los principios marxistas leninistas maoístas. No sentar una posición clara frente a estas cuestiones, es actuar con rodeos en asuntos fundamentales; quien no asuma con determinación los principios se pone por fuera de las filas del proletariado revolucionario.

La Liberación Nacional

En la discusión que adelanta la UOC por la palabra “fusión” en la frase del Comité Coordinador (sobre la “fusión” de las fuerzas del movimiento proletario internacional que actúa en todo el mundo y el movimiento de liberación nacional de las naciones oprimidas), asegura: “Es una gran equivocación adjudicarle a Lenin la detestable teoría de la fusión de la lucha de clases del proletariado con la lucha nacional”.

Pero, si leemos la cita de Lenin que ellos mismos traen al debate, veremos que Lenin, nos previene, no contra la unidad dialéctica de las luchas de liberación nacional y el movimiento proletario internacional, sino contra la pérdida de independencia del proletariado en las alianzas o acuerdos con las fuerzas de la democracia burguesa de los países coloniales y atrasados, y llama al proletariado a preservar incondicionalmente la independencia del movimiento proletario, incluso en sus formas más embrionarias.

Y, para preservarse (o prevenirse) frente a los peligros que representa la democracia burguesa para la revolución proletaria y la misma Liberación Nacional, el proletariado tiene como uno de los antídotos la unidad y la fusión de los obreros de todas las naciones en organizaciones proletarias internacionales únicas. En efecto, es precisamente la lucha por La Conferencia Internacional Maoísta Unificada y la unidad del proletariado internacional, parte importante de la lucha de los comunistas, ya no en las palabras sino en los hechos, por mantener independencia de clase con respecto a la burguesía y sus fracciones, incluidas las más avanzadas, en las luchas de liberación nacional y en las guerras populares.

Es más: Lenin sí habló de la fusión de las insurrecciones y guerras nacionales revolucionarias y de las guerras e insurrecciones del proletariado contra la burguesía:

“Desde el punto de vista teórico sería totalmente erróneo olvidar que toda guerra no es más que la continuación de la política por otros medios. La actual guerra imperialista es la continuación de la política imperialista de dos grupos de gran des potencias, y esa política es originada y nutrida por el conjunto de las relaciones de la época imperialista. Pero esta misma época ha de originar y nutrir también, inevitablemente, la política de lucha contra la opresión nacional y de lucha del proletariado contra la burguesía, y por ello mismo, la posibilidad y la inevitabilidad, en primer lugar, de las insurrecciones y guerras nacionales revolucionarias; en segundo lugar, de las guerras e insurrecciones del proletariado contra la burguesía; en tercer lugar, de la fusión de los dos tipos de guerras revolucionarias, etc.”. (Lenin. El programa militar de la revolución proletaria).

En todas estas discusiones de línea sobre la unidad, el significado de las palabras, por ejemplo, “fusión”, no es tan importante por su acepción, sino, por la relación dialéctica que se revela, en este caso, entre los dos aspectos fusionados. Es decir, hay que tener en cuenta la fusión o unidad, y, también la lucha. En ninguno de los dos casos, en la fusión de los dos tipos de guerra revolucionaria; y, en la unidad de la lucha orientada por el proletariado con los impulsores de la democracia burguesa en los países coloniales y atrasados, se debe interpretar la “fusión”, unidad, alianza literalmente (como una unión absoluta de intereses, ideas, y partidos, sin lucha). Se trata de la unidad (unidad-lucha-unidad), más allá de la simple unidad de acción en el seno de una apuesta de Frente que sólo es defensable para el proletariado, en términos de su hegemonía.

Dice la UOC:

«La errónea teoría de “fusionar la lucha de clase en la lucha nacional”, fue defendida por el revisionismo prachandista antes de la traición en Nepal, siendo esta una versión remozada del viejo oportunismo frente al problema nacional en la fase imperialista.»

Como ya vimos, Lenin sí habló de la fusión de los dos tipos de guerras revolucionarias. Además, no porque lo haya mencionado el traidor Pachandra, entonces es falso. Lo reiteramos: no puede convertirse en un argumento válido en contra de una tesis, el hecho de que algún planteamiento (o alguna idea) lo haya referido un revisionista; eso no lo hace falso, ni lo hace acertado y correcto porque lo hayan dicho los maestros del proletariado. Sí, existe un cuerpo teórico de nuestra ciencia comprobado en la lucha de clases que nos permite recurrir a citar la teoría para argumentar; sin embargo, siempre debemos desplegar completos los argumentos para demostrarle al contradictor el rigor y la justeza de nuestras afirmaciones y, en últimas, se impongan las ideas correctas. Lo que sume al proceso en Nepal en el pantano del oportunismo, es precisamente la negación de la lucha revolucionaria de la Liberación Nacional y su relación dialéctica con la guerra del proletariado contra la burguesía; es la renuncia a la GPP la causa fundamental del hundimiento en el pantano del oportunismo del proceso en Nepal, y ello tiene su origen en la renuncia del Partido Comunista de Nepal al marxismo, lo cual ubicó a esta organización por fuera de las filas del proletariado3.

Frente a la Liberación Nacional repetiremos las palabras de Lenin en “La revolución socialista y el derecho a la autodeterminación”:

“Los socialistas deben exigir, no sólo una incondicional e inmediata liberación sin indemnizaciones de las colonias —y esa exigencia, en su expresión política, no significa otra cosa que el reconocimiento del derecho a la autodeterminación—; los socialistas deben apoyar de la manera más decidida a los elementos más revolucionarios de los movimientos democrático-burgueses de liberación nacional de estos países y ayudar a su rebelión —y si se da el caso, también a su guerra revolucionaria— contra las potencias imperialistas que los oprimen”.

Llamamos a articular de la manera más decidida y coherente a los elementos más revolucionarios y a la guerra revolucionaria del movimiento de Liberación Nacional en la perspectiva de la edificación del socialismo. Estamos por el derrocamiento del imperialismo para alcanzar la completa Liberación Nacional.

Hay que hacer entrar en razón a los maoístas que pretenden apoyar sólo a los revolucionarios pequeño burgueses y democráticos burgueses condicionándolos a que participen en la liberación nacional y desarrollen la guerra desde el MLM. Con este requisito que enuncian, la disposición real que tienen estos camaradas para apoyar los movimientos de Liberación Nacional es realmente ninguna. El argumento es que la lucha armada de liberación nacional que podría surgir en ausencia de la vanguardia del proletariado como partido, carecería de toda validez. Desde esta lógica lo único que merece ser apoyado son las luchas de los auténticos partidos comunistas, y, todo apoyo, alianza o acuerdo con la pequeña burguesía, la burguesía media (revolucionarias) y otras fracciones de clase en un Frente, queda proscrito. A esto es lo que Mao llamaba “actitud de puertas cerradas”: Cero acuerdos, cero alianzas, cero apoyos. En otras palabras: es la renuncia a la hegemonía proletaria y su camino.

3 Con respecto a Nepal los invitamos a estudiar un balance que frente a la destorcida del PCN realizamos en el 2008 y que se encuentra publicado en: https://poderproletario.blackblogs.org

Decía Mao en “Sobre la táctica de la lucha contra el imperialismo japonés”:

«Sólo la táctica de frente único es marxista-leninista. En cambio, la táctica de “puertas cerradas” es la del “aislamiento imperial”. La actitud de “puertas cerradas” “empuja los peces hacia las aguas profundas y los pájaros hacia el bosque”; ella empujará a los “millones y millones de hombres de las masas populares”, a ese “gigantesco ejército”, hacia el bando del enemigo, ganándose así el aplauso de éste.»

«En la práctica, la actitud de “puertas cerradas” sirve lealmente al imperialismo japonés y a los colaboracionistas y vendepatrias. Lo que sus partidarios llaman “puro” y “recto” es lo que el marxismo-leninismo condena a bofetadas y lo que el imperialismo japonés elogia. Rechazamos categóricamente la actitud de “puertas cerradas”; lo que queremos es un frente único nacional revolucionario, que ha de asestar un golpe mortal al imperialismo japonés y a los colaboracionistas y vendepatrias.» (Las negrillas son nuestras).

«Si logramos atraernos a gran número de personas, entonces mermarán las filas enemigas y crecerán las nuestras. En resumen, dos fuerzas fundamentales están luchando entre sí; todas las fuerzas intermedias, por la lógica de las cosas, tendrán que ponerse de un lado o del otro. La política de los imperialistas japoneses de subyugar a China y la política entreguista de Chiang Kai-shek, no pueden sino empujar a numerosas fuerzas hacia nuestro lado, ya sea para incorporarse directamente a las filas del Partido Comunista y del Ejército Rojo, o bien para formar con nosotros un frente unido. Todo esto se logrará siempre que nuestra táctica no sea la de “puertas cerradas”.»

Las actitudes de “puertas cerradas” mantienen una preocupante política sectaria, que condena a muchas organizaciones maoístas al aislamiento, al ostracismo. La Conferencia Internacional debe pronunciarse en contra de la táctica de “puertas cerradas” y orientar el trabajo por el sendero de la hegemonía proletaria.

Y, en “DESECHAR LAS ILUSIONES, PREPARARSE PARA LA LUCHA”, Mao enfatiza:

“Es deber de los hombres avanzados – comunistas, miembros de los partidos democráticos, obreros políticamente conscientes, jóvenes estudiantes e intelectuales progresistas – unirse, en el seno de la China Popular, con las capas y los elementos intermedios, los elementos atrasados de diversas capas, con todos los que aún se muestran vacilantes e irresolutos (estas personas continuarán vacilando por largo tiempo; vacilarán aun después que se hayan hecho firmes; vacilarán apenas tropiecen con dificultades), darles sincera ayuda, criticar su carácter vacilante, educarlos, ganarlos para el lado de las masas populares, impedir que los imperialistas los arrastren consigo, y decirles que desechen las ilusiones y se preparen para la lucha.”

En la lucha que apunta a retomar los principios proletarios, hemos enfatizado en que Lenin, al desarrollar la crítica de la economía política burguesa, ubicó como fase superior y última del capitalismo al imperialismo, explicando cómo las leyes objetivas que lo rigen son las mismas que determinan al capitalismo, y de qué manera sus características, que aparecen como “novedades”, son consecuencia de su propio desenvolvimiento, donde el capitalismo de libre concurrencia se transforma en un capitalismo monopolista, parasitario y en descomposición… pero… ¡capitalismo!.

Así, con el desarrollo y salto del capitalismo a su fase superior y última, entramos en la época del imperialismo y la Revolución Proletaria mundial donde, agotado ya el programa de la burguesía revolucionaria, a partir de los años cincuenta del siglo XIX, la burguesía se torna incapaz de dirigir hasta la victoria total las revoluciones democráticas y las luchas de Liberación Nacional, de tal modo que corresponde al proletariado asumir esa dirección: la de las necesarias revoluciones democráticas inalcanzadas que, en adelante, sólo podrán ser conducidas hasta la victoria por el proletariado y su partido, en el camino mismo del socialismo. Por eso la tarea de conducir las Guerras Populares debe ser una tarea del proletariado y su partido (lo cual implica la alianza con las clases y fracciones de clase revolucionarias).

Lo reiteramos: Lenin lo dejó claro en su lucha de líneas frente a Martov y su fracción revisionista de entonces: no se trata de apoyar a la burguesía para que haga la revolución democrático burguesa y abra paso a la revolución proletaria, sino de que el proletariado concrete su perspectiva histórica conduciendo las revoluciones democráticas que estén vigentes y sean necesarias, a la vez que conduce la alianza de clases y sectores de clase que permitan golpear los blancos de la revolución, según las condiciones definidas por el carácter de la respectiva formación social.

Es más, veamos la concepción dialéctica de Lenin sobre las tareas del Partido del proletariado que muchos maoístas sectarios no logran comprender: Ser vanguardia en la conquista del poder político con el fin de organizar la sociedad socialista y ser defensores de las masas oprimidas en general y apoyar a las clases y partidos progresistas contra los reaccionarios, es decir, ser vanguardia del 90 % de la población. Leamos a Lenin:

“El proletariado debe aspirar a fundar partidos políticos obreros independientes cuyo objetivo principal sea la conquista del poder político por el proletariado, con el fin de organizar la sociedad socialista. El proletariado no debe, ni mucho menos, considerar que las demás clases y los demás partidos son “una masa reaccionaria”; por el contrario, el proletariado debe participar en toda la vida política y social, apoyando a las clases y los partidos progresivos contra los reaccionarios, apoyando todo movimiento revolucionario contra el régimen existente, debe ser defensor de toda raza o pueblo oprimido, de toda religión perseguida, del sexo privado de derechos, etc.” “Protesta de los socialdemócratas de Rusia”.

La Guerra Popular, imperialismo y capitalismo burocrático

En el numeral 5 titulado “Sobre el erróneo método de evadir el análisis concreto de la situación concreta”, en el texto que vamos discutiendo, se critica al Comité Coordinador porque en el análisis de los países oprimidos dicen que en estos países “sobre una base semifeudal, colonial o semicolonial, se desenvuelve el capitalismo burocrático

Entonces, la UOC pregunta “¿Qué significa esto? ¿Acaso no se trata del modo de producción capitalista, sino de una superestructura del semifeudalismo?”, y más adelante concluye:

“Es decir, no existe el capitalismo (de ninguna clase) sino la semifeudalidad que es la base económica de la sociedad en TODOS los países oprimidos. Donde por consiguiente hay que desarrollar una “revolución democrática”, no de Nueva Democracia, una “guerra unitaria”

Donde el monopolio niega la libre competencia, es decir, donde el monopolio impone sus condiciones al mercado, la compulsión al desarrollo de las fuerzas productivas y la tendencia a barrer las relaciones de producción precapitalistas se ven drásticamente limitadas. Esta es, en esencia, la razón por la cual, en los países oprimidos, las fuerzas productivas no tienen la misma compulsión a desarrollarse como en las naciones opresoras. En consecuencia, las relaciones precapitalistas no pueden ser barridas como ocurrió en las naciones donde el capitalismo librecambista se desarrolló completamente (antes de que surgiera el imperialismo). No olvidemos, al respecto, que Lenin reconocía que en Rusia “el imperialismo capitalista moderno se halla envuelto, por así decirlo, en una red particularmente densa de relaciones precapitalistas”. Es más: en el proceso de las crisis del capitalismo que subsisten y se potencian en la fase imperialista, un mecanismo para cazar rentas que se despliega como contra tendencia, es precisamente la reproducción de diferentes formas precapitalistas que profundizan, como en el caso de Colombia, el gamonalismo y el problema de la tierra en sus factores de propiedad, apropiación y uso. Porqué, entonces, algunos se sorprenden, o dicen no entender cómo o por qué “subsisten” relaciones precapitalistas en los países y las naciones oprimidas por el imperialismo.

Recordemos lo que decía Marx en “PRÓLOGO DE MARX A LA PRIMERA EDICION DEL CAPITAL”:

“Junto a las miserias modernas, nos agobia toda una serie de miserias heredadas, fruto de la supervivencia de tipos de producción antiquísimos y ya caducos, con todo su séquito de relaciones políticas y sociales anacrónicas. No sólo nos atormentan los vivos, sino también los muertos. Le mort saisit le vif!”

Recordemos que el monopolio niega y limita la libre concurrencia y hace que esa “libre concurrencia” sea la de los monopolios y la de sus pugnas intestinas. Por eso, justo por eso, el imperialismo es la última fase del capitalismo.

Dice Lenin en “El imperialismo fase superior del capitalismo”:

“El imperialismo ha surgido como desarrollo y continuación directa de las propiedades fundamentales del capitalismo en general. Pero el capitalismo se ha trocado en imperialismo capitalista únicamente al llegar a un cierto grado muy alto de su desarrollo, cuando algunas de las propiedades fundamentales del capitalismo han comenzado a convertirse en su antítesis, cuando han tomado cuerpo y se han manifestado en toda la línea los rasgos de la época de transición del capitalismo a una estructura económica y social más elevada. Lo que hay de fundamental en este proceso, desde el punto de vista económico, es la sustitución de la libre concurrencia capitalista por los monopolios capitalistas. La libre concurrencia es la propiedad fundamental del capitalismo y de la producción de mercancías en general; el monopolio se halla en oposición directa con la libre concurrencia, pero esta última se ha convertido a nuestros ojos en monopolio, creando la gran producción, eliminando la pequeña, reemplazando la gran producción por otra todavía mayor, llevando la concentración de la producción y del capital hasta tal punto, que de su seno ha surgido y surge el monopolio: cartels, sindicatos, trusts, y, fusionándose con ellos, el capital de una docena escasa de bancos que manejan miles de millones. Y al mismo tiempo, los monopolios, que se derivan de la libre concurrencia, no la eliminan, sino que existen por encima y al lado de ella, engendrando así una serie de contradicciones, rozamientos y conflictos particularmente agudos. El monopolio es el tránsito del capitalismo a un régimen superior.”

El imperialismo ha dividido al mundo en un número cada vez mayor de naciones pequeñas o débiles y un puñado de países riquísimos o muy fuertes. Pero, el capitalismo que se desarrolla en las naciones fuertes como EEUU, no se concreta exactamente de la misma manera en las naciones oprimidas. En las fuertes, se concreta fundamentalmente como capital financiero y, en las naciones oprimidas, como capital burocrático. Si no existiera esta diferencia, no se podría distinguir entre nación opresora y nación oprimida. Si todas las naciones desarrollaran capital financiero y el burocrático no existiera, no sería posible distinguir las economías de las naciones opresoras y las de las oprimidas. Las migajas que el capital financiero deja en las naciones oprimidas, por ninguna razón lógica (de la lógica burguesa, por supuesto) del sistema imperialista, se pueden reproducir como capital financiero. La base está, precisamente, en el manejo que hacen los Estados y sus regímenes, de la captación de la plusvalía a discreción de las clases dominantes, de la relación entre el capital variable y el capital constante; todo, en el proceso de la centralización y concentración del capital. Los capitales financieros, imperialistas, y los monopolios en general, necesariamente, engullen todas las concentraciones importantes de capitales que sean una amenaza de competencia fuerte para sus intereses; no obstante, el capital imperialista y monopolista desarrollan, en las naciones oprimidas, unos capitales absolutamente funcionales para sus propósitos de dominación. Estos son el capital burocrático y el capital comprador, que crean las condiciones propicias para la acumulación y la expoliación imperialista.

Dice Lenin en “El imperialismo fase superior del capitalismo”:

“Tres o cinco bancos más importantes de cualquiera de las naciones capitalistas más avanzadas han realizado la “unión personal” del capital industrial y bancario, han concentrado en sus manos miles y miles de millones que constituyen la mayor parte de los capitales y de los ingresos en dinero de todo el país. Una oligarquía financiera que tiende una espesa red de relaciones de dependencia sobre todas las instituciones económicas y políticas de la sociedad burguesa contemporánea sin excepción: he aquí la manifestación de más relieve de este monopolio.”

Si bien el imperialismo es el capitalismo en su última fase y, como imperialismo (capitalismo), llegó a todos los rincones del planeta, eso no quiere decir que todos los países exporten capitales. Sólo un puñado de países se reservan, para ellos, la base económica más esencial del imperialismo: la exportación de capitales. La reproducción del capital financiero queda en manos de una oligarquía financiera muy exclusiva, que no está dispuesta a socializar su capital financiero, ni con los más firmes lacayos de las naciones oprimidas. La oligarquía financiera (que tiende una espesa red de relaciones que subordinan a todas las instituciones económicas y políticas de la sociedad burguesa) estimula la conformación, en las naciones oprimidas, de una burguesía burocrática que accede y acumula capital en el manejo (administración) del Estado, a condición de gobernar al servicio de la explotación imperialista. Pero existe también, ligada a este proceso, una burguesía compradora encargada de concretar los negocios con los monopolios imperialistas, igualmente de forma absoluta, en función de facilitar la expoliación imperialista de la nación oprimida. Es decir, el imperialismo, el capitalismo en su última fase, necesita de una burguesía burocrática y compradora en las naciones oprimidas, eslabón clave para la dominación imperialista.

Pero, también, concluir de las tesis del Comité Coordinador que lo que se está afirmando es que no existe el capitalismo, es afirmar que es inconcebible el capitalismo envuelto en una red de relaciones precapitalistas de las que él mismo se beneficia, es reducir el mundo multicolor a blanco y negro. Es fantasear con un mundo donde no existen formaciones sociales. Es no comprender la dialéctica de la fase monopolista del capitalismo, es desconocer la dialéctica entre un puñado de naciones opresoras y una gran mayoría de naciones oprimidas (precisamente por el monopolio, el imperialismo) y, por supuesto, es no comprender la obra de Lenin “El imperialismo fase superior del capitalismo”.

¿Hay o no diferencia de desarrollo de las fuerzas productivas entre, por ejemplo, China y Colombia? o ¿entre EEUU y Haití? ¿Cómo no reconocer esto y al mismo tiempo afirmar que “() el imperialismo, como modo de producción internacionalizado, encadenó a todos los países —con sus modos específicos de producción— en una sola economía mundial”?

La UOC no logra comprender a profundidad su propia frase donde afirman: con sus modos específicos de producción, y la eclipsan con frases como:

el surgimiento y la expansión de la industria en los países oprimidos y la introducción de importantes cambios en la agricultura, destruyendo los sistemas tradicionales de producción y acelerando el proceso de descomposición del campesinado, causando a la vez la urbanización acelerada de los países oprimidos, el desarrollo de las ciudades y acrecentando la migración internacional del proletariado.”

Lo que se puede afirmar con toda categoría es que la UOC no interpreta correctamente la realidad de su propio país. Al hablar de la expansión de la industria y la introducción de importantes cambios en la agricultura desconoce que Colombia tiene una de las mayores concentraciones de tierra en el mundo, y que esa tierra la utilizan los terratenientes, como Álvaro Uribe, como un factor de poder (no de producción de valores de uso), que la mayor parte de las tierras fértiles están, no en agricultura, sino en ganadería extensiva con procesos de explotación precapitalistas o se mantienen como tierras de engorde, que la mayor parte de las tierras destinadas al cultivo de la palma de aceite, no eran propiedad de los terratenientes (que ya ostentaban el mayor índice Gini de concentración de la tierra en el mundo, 0,89, donde cero es plena igualdad, y, uno plena desigualdad, datos del 2019) sino que era de campesinos pobres y medios y que fueron expropiados por los ejércitos de paramilitares de los terratenientes, que los campesinos terminan en las ciudades, no atraídos por las oportunidades de empleo, como suele ocurrir en Europa y Norteamérica, sino huyendo de los paramilitares que matan, violan, mochan cabezas para robarles las tierras; es una incoherencia absoluta.

Lo que en Colombia ha sido una campaña de terror para concentrar más la tierra y afianzar a los terratenientes y la burguesía burocrática en el poder, no puede presentarse como, simplemente, el desarrollo de las fuerzas productivas del capitalismo; lo que en el mundo se llama desplazamiento (cinco millones de desplazados para Colombia) no lo podemos llamar eufemísticamente “migración” o “urbanización acelerada”. En suma, los crímenes de un Estado, para consolidar en el poder a la burguesía burocrática y a los terratenientes, no pueden quedar mimetizados en frases que distorsionan la verdad como esta:

el surgimiento y la expansión de la industria en los países oprimidos y la introducción de importantes cambios en la agricultura, destruyendo los sistemas tradicionales de producción y acelerando el proceso de descomposición del campesinado

4De las cinco mil empresas más grandes de Colombia, 43 están en el sector de maquinaria y equipo, siendo la industria militar Indumil la más importante y ocupando el puesto 258 del ranking nacional. Revista Dinero, 28 de junio de 2019.

¿De qué industria hablamos? Por ejemplo, en Colombia, las cinco mil empresas4 más grandes del país están ubicadas en el sector de servicios, el sector bancario, los almacenes de grandes superficies, el procesamiento de alimentos, la salud y en el sector extractivista como el petróleo y el carbón. No existe la industria de bienes de producción. El sector bancario, al que le dicen erróneamente “sector financiero”, no es el resultado de la fusión del capital bancario con el industrial, como sucede con el verdadero capital financiero, sino, la unión del capital bancario con una burguesía empotrada en el poder, captando rentas en la administración del Estado y la corrupción.

Esto es, precisamente, lo que se llama capital burocrático; burocrático porque acumula fundamentalmente a través del Estado. A propósito, es mucho mejor negocio, para los clanes que dominan la nación colombiana, comprar elecciones presidenciales y al Congreso, que fundar una empresa industrial. Sólo, por ejemplo, Sarmiento Angulo, el hombre más rico de Colombia, con su capital, no fomenta la industria, no desarrolla las fuerzas productivas, como asegura el texto que vamos analizando. Lo que hace es poner presidente, gobernadores, alcaldes, fiscal, congresistas, jueces, etc., no por un afán de gobernar por gobernar; se trata es de implementar los mecanismos concretos para sustraer ganancias de la administración del Estado, acaparar contratos, robar el erario público por medio de la corrupción, robar elecciones, y otras “jugaditas”. Puntualicemos que la acumulación de rentas no es un problema moral ni se define porque sean legales o ilegales. Esto en términos marxistas es capital burocrático, no importa si en los medios de comunicación, que son de propiedad del mismo Sarmiento Angulo, le llaman “sector financiero”. Sarmiento Angulo y el Centro Democrático son, ahora, la punta de lanza del capital burocrático.

No podemos criticar la falta de análisis concreto de la situación concreta, y prescindir de él.

No es lo mismo el capital industrial, que el comercial y el usurero. Es fundamentalmente el capital industrial el que, bajo ciertas circunstancias, desarrolla las fuerzas productivas como un apremio. El capital usurario y el comercial no; y, en este sentido, Marx los consideraba reaccionarios y Lenin, parasitarios.

La revolución proletaria, en general, lucha por poner las riquezas y el desarrollo de las fuerzas productivas al servicio de las masas, sin diferencias, sin segregaciones. Pero, si lo que existe en las naciones oprimidas no es una vigorosa industria, sino que el capitalismo se concreta, principalmente, como capital comercial, usurario (todos entrelazados con el burocrático y el financiero, con un carácter supremamente reaccionario), las tareas de la revolución no pueden ser indiferentes a esta realidad. Tienen los comunistas que resolver el problema de la dominación imperialista, de la dominación de los monopolios; y esto no es otra cosa que la Liberación Nacional. Sí, deben los comunistas barrer los obstáculos que impiden el desarrollo industrial, tanto en la industria de bienes de producción como la industria de bienes de consumo y la producción agropecuaria; y esto se logra derrotando a los terratenientes, democratizando la tenencia de la tierra, derrotando a la burguesía burocrática y compradora; todo, en una revolución de Nueva Democracia, construyendo Nuevo Poder con la Guerra Popular Prolongada. Optar, en las naciones oprimidas como Colombia, por un supuesto camino más corto, que ahorra la construcción del Nuevo Poder y lo prolongado de la guerra popular, es hacer del socialismo en estos países un imposible.

Lenin dice que “todo el mundo conoce hasta qué punto el capital monopolista ha agudizado todas las contradicciones del capitalismo”. Son precisamente las contradicciones, imperialismo versus naciones oprimidas, las que tienen un carácter antagónico abierto, muy agudo, y, por tanto, determinan la estrategia de la revolución (los blancos de la revolución, las formas de lucha, etc.) en las naciones oprimidas en una primera fase de la revolución proletaria.

Hoy, en Colombia, es un privilegio tener un empleo formal; las condiciones de desempleo, campesinos sin tierra, hambre, miseria y represión es la principal dolencia de las masas y las generan precisamente el imperialismo, los terratenientes, la burguesía burocrática y compradora. Es con esta oligarquía reaccionaria que están más agudas las contradicciones; por consiguiente, son las contradicciones que deben ser resueltas en primera instancia, para desbrozar el camino al socialismo. Son precisamente éstas las que impiden el desarrollo de las fuerzas productivas. Por eso, también por eso, los terratenientes, la burguesía burocrática y compradora, las naciones imperialistas, son los blancos fundamentales de la revolución en las naciones oprimidas.

Los análisis que ignoran esta realidad y tienen estas limitaciones, no revelan las contradicciones de la lucha de clases en Colombia; más bien las ocultan. Pero lo más grave, lo que en la preparación de una Conferencia maoísta no podemos pasar por alto, son posiciones como las que originan textos que no dejan claramente señalada su posición sobre los asuntos centrales del maoísmo: la Guerra Popular, el Nuevo Poder.

Sobre la forma principal de lucha y la forma principal de organización

Definir y asumir la forma principal de lucha y la forma de organización, son elementos claves que, desde los principios fundamentales del marxismo leninismo maoísmo, debe definir e impulsar la Conferencia Internacional para asirlos con determinación. De no hacerlo, se emprende un camino que convertirá en su contrario a todos los que no los asuman.

Decía Lenin en “Tareas urgentes de nuestro movimiento”:

“Nuestro cometido principal y fundamental consiste en coadyuvar al desarrollo político y a la organización política de la clase obrera. Quien relega este cometido a un segundo plano y no subordina a él todas las tareas parciales y los distintos procedimientos de lucha, se sitúa en un camino falso e infiere un grave daño al movimiento.”

Pero, el “desarrollo político“, no puede ser otra cosa diferente a elevar a la clase obrera y a las masas explotadas hasta una lucha de clases consciente; es decir, es el ejercicio de la violencia revolucionaria para construir el Nuevo Poder y mantenerlo. Pero para esto se necesita la organización de los explotados en Partido, Ejército y Frente. Siendo el Partido la vanguardia (cuadros) de la revolución, por tanto, la forma superior de organización; el Ejército, la forma principal de organizar a las masas, porque, es con la violencia revolucionaria que se construye el socialismo y son las masas las que hacen la historia; y el Frente nuevo Estado, donde se concreta el Nuevo Poder articulado al frente-movimiento, que aglutinará las más diversas luchas de resistencia de las masas. Quien no comprenda y asuma este proceso, no logra ubicar, hacia dónde deben estar enfocados los esfuerzos principales para el mayor desarrollo político y el mayor nivel de organización de las masas para la revolución y en la revolución, de tal modo que terminará sin remedio, sumido en tareas parciales, complementarias, secundarias. Cuadros comunistas que no trabajen por la formación del Partido, Ejército y Frente Nuevo Estado, simultáneamente, ayudarán a mantener el divorcio de las masas con su papel histórico en la revolución social, y, a disminuir las tareas del Partido de vanguardia de la revolución, a la de radicales líderes sindicales, tenaces dirigentes comunales, pedagógicos expositores del marxismo, etc.; esto, en el mejor de los casos.

En otras palabras, existe una relación dialéctica entre dirigentes y dirigidos; posponer la tarea de crear las condiciones subjetivas de conciencia y organización de las masas, posterga la formación del Partido como vanguardia de la revolución, dejándonos desarmados frente a un poderoso enemigo. Construir un verdadero Partido Comunista está estrechamente ligado a forjar a las masas en y para las diferentes tareas y niveles de la lucha armada, la forma más alta de lucha de clases. Y, esto implica hacerlo desde ahora, no importa si las batallas no están a la vuelta de la esquina. Cuando estallen, no nos sorprenderán, ya habremos avanzado: el verdadero Partido de vanguardia y las masas deben hacer la historia siendo el Ejército la forma principal de su organización y, el Partido, la superior. Pero el ejército como principal forma de organización de las masas no puede reducirse a lo meramente “operativo”.

Mao en “Problemas de la guerra y la estrategia” decía:

“La tarea central y la forma más alta de toda revolución es la toma del Poder por medio de la fuerza armada, es decir, la solución del problema por medio de la guerra. Este principio marxista-leninista de la revolución tiene validez universal, tanto en China como en los demás países.” (Las negrillas son nuestras).

Posponer el proceso (que va de lo pequeño a lo grande) de armar, entrenar, ganar en mentalidad de guerra, en conspiratividad, etc., de las masas, hasta que lleguen los días de las grandes batallas, es como coger un grupo de deportistas entrenarlos 365 días del año, por varios años, en fuerza, potencia, flexibilidad, agilidad y destreza, pero, un buen día los paran frente a costas del Canal de la Mancha y les rebelan que el reto consiste en pasar a nado los 33 kilómetros de agua fría que separan al continente europeo de Inglaterra. No importa la calidad del entrenamiento, ni la disciplina de los deportistas, ni la tenacidad de las personas, si no se entrenaron nadando en aguas frías, con dificultad conseguirán llegar a la otra orilla. A los entrenadores comprometidos, no les queda otro camino que coger a sus deportistas y entrenarlos en el agua fría para que en las futuras pruebas consigan su meta con éxito. Si algún entrenador hubiera conocido el reto de antemano y se hubiera negado a entrenar a sus deportistas nadando en aguas frías, solo se le puede calificar de charlatán.

Hay que poner todos los procedimientos de lucha, todas las tareas parciales, en función de la principal forma de lucha y la principal forma de organización, la lucha armada y la conformación del ejército, esto lo debemos asumir con la mayor responsabilidad, compromiso y seriedad, no importa lo lejos que podamos prever que están las batallas, no importa si es en una nación oprimida u opresora; de no hacerlo, extraviamos el camino correcto, y, como los entrenadores que no logran poner a sus deportistas al otro lado del canal de la Mancha, porque no prepararon a sus deportistas nadando en aguas frías; un partido comunista que no prepare a las masas, (a pesar de conocer de antemano los retos), para la construcción del Nuevo Poder no podrá lograr victorias importantes y todo se reducirá a una mera aventura de charlatanes.

En “Problemas de la guerra y la estrategia” Mao dijo:

“Según la teoría marxista del Estado, el ejército es el principal componente del Poder estatal. Quienquiera que desee tomar el Poder estatal y retenerlo, tiene que contar con un poderoso ejército. Cierta gente nos ridiculiza calificándonos de partidarios de la teoría de la omnipotencia de la guerra. Sí, somos de la teoría de la omnipotencia de la guerra revolucionaria; eso no es malo; es bueno, marxista. Con sus fusiles, los comunistas rusos crearon el socialismo. Nosotros crearemos una república democrática. La experiencia de la lucha de clases en la era del imperialismo nos demuestra que sólo mediante la fuerza del fusil la clase obrera y las demás masas trabajadoras pueden derrotar a la burguesía y la clase terrateniente armadas; en este sentido cabe afirmar que sólo con el fusil se puede transformar el mundo entero”.

La Guerra Popular Prolongada es síntesis del marxismo que abarca: la violencia revolucionaria, las masas hacen la historia, el poder como lo central de la revolución y la dialéctica entre la destrucción del viejo poder y la construcción del Nuevo Poder.

Si somos verdaderos maoístas debemos reconocer que la forma principal de lucha es la lucha armada; obviamente, no se puede entender como la única forma de lucha, sino, que las otras formas de lucha deben servir a la lucha armada. En otras palabras, las luchas económicas, de resistencia de las masas, para los comunistas, no son un fin en sí mismas, no sólo son un medio para paliar las penurias de las masas, sino, principalmente, un medio para ayudar o fortalecer o preparar la lucha armada, la GPP; deben servir para crear sus condiciones subjetivas, esto es: debe coadyuvar al desarrollo político y a la organización política de la clase obrera y las masas para la revolución, para ejercer la violencia revolucionaria.

Quien considere que existe, en un período determinado de desarrollo de las fuerzas revolucionarias, una forma principal de lucha distinta a la lucha armada, una forma principal de organizar a las masas distinta al ejército, lo debe manifestar abiertamente; pero, plantear así el asunto es dejar establecido claramente que se relegará a un segundo plano la forma principal de organización de las masas y la forma principal de lucha para la revolución, subordinándolas a otras tareas parciales y a otros procedimientos de lucha, situándose en un camino falso e infiriendo un grave daño al movimiento.

Por último, repetimos con Mao: Todos los comunistas tienen que comprender esta verdad: El Poder nace del fusil y que la política comanda al fusil.

ALGUNAS PRECISIONES SOBRE LA PROPUESTA ACERCA DEL BALANCE DEL MOVIMIENTO COMUNISTA INTERNACIONAL Y DE SU ACTUAL LÍNEA POLÍTICA GENERAL FORMULADA POR EL COMITÉ COORDINADOR, CCIMU

Sobre las contradicciones fundamentales

El modo de producción capitalista y, por tanto, el imperialismo, está determinado por su contradicción fundamental, contradicción que determina su esencia y desarrollo durante toda la existencia del capitalismo. La desaparición del capitalismo significa la desaparición de su contradicción fundamental.

En “Sobre la Contradicción” Dice Mao:

“Al aplicar esta ley al estudio de la estructura económica de la sociedad capitalista, Marx descubrió que la contradicción fundamental de esta sociedad es la contradicción entre el carácter social de la producción y el carácter privado de la propiedad. Esta contradicción se manifiesta en la contradicción entre el carácter organizado de la producción en las empresas individuales y el carácter anárquico de la producción en la sociedad en su conjunto. En términos de relaciones de clase, se manifiesta en la contradicción entre la burguesía y el proletariado.” (Las negrillas son nuestras).

Entonces, si se está hablando del capitalismo en esta fase (del imperialismo), llamar contradicciones fundamentales a la contradicción entre el capitalismo y el socialismo, a las contradicciones interimperialistas y a la contradicción entre las naciones oprimidas y el imperialismo no es exacto. Estas son derivaciones de la contradicción fundamental. El fin del capitalismo pone fin a estas contradicciones y no al contrario. La contradicción entre la burguesía y el proletariado hace parte de la contradicción fundamental y su solución pondrá punto final al capitalismo. Sin capitalismo no hay ni burguesía ni proletariado, sin capitalismo esta contradicción desaparece dando curso a una etapa superior en el desarrollo de la historia.

Las contradicciones entre el capitalismo y el socialismo, las interimperialistas y las que se dan entre naciones oprimidas y el imperialismo, son contradicciones reales y algunas pueden ser principales, sin embargo, no pueden ser las fundamentales.

Dice el Comité Coordinador:

“Partiendo de la tesis de Lenin se valora que las relaciones económicas del imperialismo constituyen la base de la situación internacional hoy existente. A lo largo de todo el siglo XX se ha definido por completo esta nueva fase del capitalismo, su fase superior y última, y que la división del mundo entre países oprimidos y países opresores es una característica distintiva del imperialismo. Por lo tanto, para comprender la situación actual no podemos partir de la contradicción fundamental del capitalismo, ya que estamos en su fase superior y última, el imperialismo.”

Para comprender las dinámicas del imperialismo sí hay que partir de la contradicción fundamental del capitalismo, pero es del todo necesario encontrar cómo el capitalismo, en su fase superior, siembra y reproduce al capitalismo burocrático en las naciones oprimidas como forma que le es esencial.

Para partir de las tesis de Lenin, no se puede dejar de lado que el imperialismo, es la fase superior del capitalismo y, por tanto, no cambia su contradicción fundamental. La solución, entonces, de las contradicciones entre el capitalismo y el socialismo, las interimperialistas y las que se dan entre naciones oprimidas y el imperialismo, no resuelven por sí solas el problema del capitalismo, pues, sólo se pueden ir resolviendo cuando se resuelva la contradicción entre la apropiación privada versus la producción socializada. Es decir, por ejemplo, la contradicción, imperialismo versus socialismo sólo puede resolverse usando a los países socialistas como base de apoyo para que el proletariado de las naciones imperialistas, avance con la revolución socialista, resolviendo la contradicción burguesía versus proletariado. Entonces, no es por medio de una guerra convencional, donde los ejércitos rojos invaden al imperialismo, no es por un ataque sorpresa de los países socialistas a los países imperialistas, sino, a través de la revolución social, donde el proletariado de las naciones opresoras, con la solidaridad del proletariado internacional, construya el Nuevo Poder, que resuelva, en últimas, la contradicción fundamental entre el carácter social de la producción y el carácter privado de la propiedad.

Dice el Comité Coordinador:

“Tercera contradicción: interimperialista. Como enseñó Lenin, el imperialismo no es uno, hay diferentes países imperialistas. Es decir, hay potencias imperialistas y superpotencias que se dividen el mundo entre ellas según sus relaciones de fuerza, económica, política y militar; relaciones de fuerza que están cambiando en todo momento y se desarrollan en colusión y pugna.” (Las negrillas son nuestras).

En primer lugar, hay que dejar claramente establecido que el modo de producción actual es el capitalismo en su fase última, es decir, el imperialismo; en ese orden de ideas, no hay muchos imperialismos, pues, el modo de producción capitalista (imperialismo) es uno. No obstante, los países o naciones (o las fuerzas) imperialistas son un puñado, y es claro que a esto es lo que se refería el Comité Coordinador con la frase el imperialismo no es uno, en lo cual estamos completamente de acuerdo; pero, la expresión exacta debe ser: no es una sola la nación o el país imperialista.

Sobre bloque imperialista como concepto revisionista

Dice el Comité Coordinador:

«La disputa imperialista es absoluta y la colusión es relativa, esto determina el carácter circunstancial y pasajero de las alianzas imperialistas; por eso no se puede hablar de “bloques imperialistas”, eso es revisionismo».

Lo cierto es que es inconcebible la unidad, del carácter que sea, sin lucha. Entonces, podríamos cambiar la palabra “bloque” por “unidad”, “acuerdo”, “alianza”, “contrato”, “compromiso”, “apoyo”, “pacto”, “convenio”, “tratado”, etc., y con todas habría que decir que la disputa de contrarios (imperialista) es absoluta y la colusión es relativa. Entonces, ¿es revisionista hablar de bloque, coalición, unidad, acuerdo, alianza, contrato, compromiso, apoyo, pacto, convenio, tratado entre naciones imperialistas? Lo que ocurre en la realidad es que cualquier bloque que se arme va a tener disputas, no importa si los participantes tienen o no conciencia de eso; en todo caso, la lucha será absoluta. Los bloques, las coaliciones, los acuerdos, las alianzas, siempre han existido, el camino no es negar su existencia, lo incorrecto es analizarlas metafísicamente, sin contradicción. Tener un análisis de la conformación de esas alianzas y su transformación, aporta no sólo para definir nuestra táctica.

A este respecto decía Lenin “El imperialismo fase superior del capitalismo”:

“Por esto, las alianzas “interimperialistas” o “ultraimperialistas” en la realidad capitalista, y no en la vulgar fantasía pequeñoburguesa de los curas ingleses o del “marxista” alemán Kautsky — sea cual fuera su forma: una coalición imperialista contra otra coalición imperialista, o una alianza general de todas las potencias imperialistas — no pueden constituir, inevitablemente, más que “treguas” entre las guerras. Las alianzas pacíficas preparan las guerras y, a su vez, surgen del seno de la guerra, condicionándose mutuamente, engendrando una sucesión de formas de lucha pacífica y no pacífica sobre una y la misma base de relaciones imperialistas y de relaciones recíprocas entre la economía y la política mundiales.”

Sobre una época que estremecerá a la tierra

El Comité Coordinador dice correctamente:

“La revolución triunfará en el mundo entero y el comunismo brillará sobre la tierra más temprano que tarde, dependiendo de la acción de los comunistas.”

Sin embargo, cuando se refieren a la época que estremecerá a la tierra en los próximos 50 a 100 años, a veces la mencionan, no como una tarea nuestra a cumplir, sino como algo que ocurrirá independientemente de nosotros, como cuando se impone una ley, como si pudiéramos sentarnos a ver cómo llega la derrota del imperialismo.

Si algo aportó el análisis de Marx sobre las crisis del capitalismo, fue entender la existencia de las contratendencias como el cruce de leyes objetivas que, de hecho, generan espacios de lucha entre quienes pretenden “curar” al costo que sea la caída de la tasa de ganancias, y los que asumen la tarea de resistir y de, fundamentalmente, construir un mundo nuevo, donde el monstruo del capital y del capitalismo no exista y no pueda existir.

Pero veamos a que se refiere exactamente Mao:

“Los próximos 50 a 100 años más o menos, a partir de hoy, serán una gran época de cambio radical del sistema social en el mundo, una época que estremecerá la tierra, una época con la que ninguna otra época histórica anterior pueda compararse. Viviendo en tal era, debemos estar listos para librar una gran lucha cuyas formas tendrán muchas características diferentes de las épocas pasadas.” (Las negrillas son nuestras).

Mao pudo prever la agudización de las contradicciones en 50 o 100 años. Era imposible prever las condiciones subjetivas en esa época para el proletariado y las masas; es por eso que dice que debemos estar listos para librar una gran lucha. Es claro que el desenvolvimiento de estas contradicciones dependerá en muy buena medida del desarrollo de las condiciones subjetivas del proletariado y las masas revolucionarias. Es decir, si nosotros fallamos en la construcción de los Partidos Comunistas, si fracasamos en la construcción de la Internacional Comunista, si no logramos vencer la dispersión de los comunistas, no podremos aprovechar esta agudización de las contradicciones para barrer al imperialismo y la reacción mundial. Lo importante de la cita no es que creamos que se acercan tiempos de cambio, sino que luchemos incansablemente por tener las condiciones subjetivas para los cambios. Entonces, lo importante no es creer que van a llegar los cambios, sino luchar tenazmente para que lleguen.

Finalmente, es necesario que en la conferencia se estudie, debata y precise nuestra posición como MLM frente al proceso derivado de la segunda guerra mundial. Retomando la herencia de Stalin, de Dimitrov y de la postura y los desarrollos del leninismo, hacer la crítica de las derivaciones del frente populismo en las cuales, en la práctica, se revisó la concepción de los Frentes Populares. El sacrificio y compromiso de obreros y campesinos que asumieron las tareas de la guerra para enfrentar las diferentes manifestaciones y concreciones del fascismo, terminó siendo manipulado y conducido por las burguesías que fortalecieron y desarrollaron los estados capitalistas europeos con una derrota histórica del proletariado.

¡Forjar el Partido Comunista como tarea inmediata de la revolución en todos los países, al calor de la guerra popular, desarrollando la lucha entre dos líneas y en estrecha ligazón con las masas!

¡Organizar el clamor de las masas para la guerra popular!

¡Abajo el capitalismo y todo su sistema de explotación y opresión!

¡Ahogar al imperialismo en un mar de guerras populares!

Comité Ejecutivo

Poder Proletario

Organización Propartido MLM

Marzo de 2022