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SOBRE LA LUCHA ACTUAL DE LAS MASAS POPULARES EN COLOMBIA Y LA NECESIDAD DEL PARTIDO COMUNISTA


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¡Proletarios de todos los países, uníos!

SOBRE LA LUCHA ACTUAL

DE LAS MASAS POPULARES EN COLOMBIA

Y LA NECESIDAD DEL PARTIDO COMUNISTA

Así pues, si nos sujetamos al marxismo-leninismo-pensamiento Mao Tsetung [hoy, marxismo-leninismo-maoismo] , y a partir de él analizamos la realidad concreta de la revolución peruana tenemos que concluir que vivimos una situación revolucionaria en desarrollo y, en consecuencia, toda estrategia, táctica y acción políticas deben partir de tal reconocimiento, pues de otra manera erraremos gravemente. En síntesis, la lucha de clases en la actualidad y en su perspectiva, la contienda antagónica entre revolución y contrarrevolución, sólo puede ser vista certera y correctamente y aplicada con firmeza y decisión si se parte de reconocer la existencia de situación revolucionaria en desarrollo; es a partir de este reconocimiento que el proletariado y su Partido y los revolucionarios en el país pueden enjuiciar la actual situación política y establecer su táctica”.

Presidente Gonzalo: Desarrollemos la Creciente Protesta Popular, 1979

Actualmente en Colombia se está expresando la explosividad de las masas ante la mayor explotación y opresión que padece por el imperialismo, el capitalismo burocrático y la semifeudalidad, como hace dos años también se expresó en Chile y Ecuador, pero esta vez en un nivel mayor correspondiente con la nueva situación a que ha entrado el mundo en esta década, es decir de un nuevo período de revoluciones.

La explosividad de las masas se está expresando en Colombia como grandes protestas y levantamientos contra recientes medidas antipopulares del gobierno reaccionario de Ivan Duque. Esto es como contradicción masas populares-gobierno reaccionario, como cabeza del viejo Estado terrateniente-burocrático al servicio del imperialismo principalmente yanqui. Lo cual muestra la agudización de las contradicciones de la vieja sociedad: masas-feudalidad, pueblo-capitalismo burocrático y nación-imperialismo.

Lo principal del desarrollo de la situación política en el país se está concretando en las movilizaciones, protestas y levantamientos de las masas populares y es un signo claro y concreto de un desarrollo de la situación revolucionaria en este país. En esta situación a los maoístas corresponde fundirse con las masas en lucha, esto es, ir a las masas, trabajar, luchar y vivir con ellas para pugnar por dirigirlas en la presente situación de verdadero levantamiento de resistencia popular, educando a las masas en medio de esta lucha en la violencia revolucionaria y la necesidad de luchar implacablemente contra el revisionismo, uniendo la lucha por las reivindicaciones más sentidas de las masas con la lucha por el Poder, que en el presente período se traduce culminar la tarea pendiente de la reconstitución del Partido Comunista para iniciar la guerra popular. Siguiendo el principio de construcción del partido, de sobre la base de lo ideológico y político construir lo orgánico en medio de la lucha de clases y la lucha de dos líneas.

Los revolucionarios en una situación como la que se vive en Colombia, no pueden permitirse la más mínima actitud pasiva ante los acontecimientos extraordinarios de los cuales atraviesa el país, con levantamientos violentos en sus principales ciudades. Las masas, como nos enseña el marxismo espontáneamente están dispuestas a la lucha y luchan siempre, lo que las masas necesitan es la consigna correcta para la lucha, esto es dirección consciente, dirección proletaria a través de su partido, hoy, la fracción que ha asumido esta tarea. Que señale el camino a seguir, que dirija las nuevas fuerzas y las nuevas tareas que surgen en tales situaciones y a las cuales tiene que dar respuesta la vanguardia del proletariado para el desarrollo de la situación revolucionaria. No bastan por lo tanto las consignas y acciones desarrolladas de forma espontánea por las masas, hay que elevar la lucha espontánea de las masas a movimiento consciente bajo el mando y guía del maoísmo a través o de su partido en reconstitución, es decir, por la fracción roja y ese contingente de comunistas en formación que están bajo su dirección.

La existencia de diferentes organizaciones en Colombia, que se reclaman maoístas, es un hecho que reviste especial relevancia en el desarrollo de la lucha para separar la paja del grano, pues la actuación de cada una de las fracciones, las consignas y tácticas que enarbolen, defiendan y apliquen en esta situación será decisiva para diferenciar marxismo y revisionismo. Para diferenciar la fracción roja, no solo de las tendencias contrarias (revisionistas y oportunistas) dentro del movimiento popular, sino también de otros matices dentro de la izquierda.

Luchar con las masas para elevar la presente lucha a lucha por el Poder, que en la situación actual significa: impulsar la lucha de las masas para desbordar los marcos del viejo orden para dar un poderoso impulso a la tarea de la reconstitución del Partido Comunista de Colombia. Todo para iniciar la guerra popular para conquistar y defender el Poder. Todas las luchas deben servir a esta tarea. Toda la estrategia, la táctica y la acción política de la fracción roja que está luchando por reconstituir el partido debe servir a esta tarea y la dirección de la lucha de las masas es movilizarlas, politizarlas, organizarlas y a su futuro armamento para servir a la tarea de dotar a la revolución en Colombia del heroico combatiente que la dirija y mantenga el rumbo hasta el comunismo.

Hace semanas Colombia está siendo remecida por muy importantes jornadas de lucha cuyo detonante han sido las últimas medidas antipopulares del gobierno reaccionario de Ivan Duque, fiel sirviente del imperialismo yanqui, tal como hemos señalado al inicio de este artículo editorial. Las masas luchan contra “la reforma de la sanidad”, medida del gobierno que incrementan su pauperización, en medio la grave crisis económica y sanitaria que padece, de un incremento de la militarización y la represión a que son sometidas. Esta nueva ola de explosión de las masas, en verdad, es parte de un ciclo, casi ininterrumpido de casi dos años de creciente protesta popular que expresan el desarrollo de la situación revolucionaria en el país, ofertando una situación muy ventajosa para la acción práctica de los revolucionarios para el cumplimiento de la tarea estratégica principal.

Los revolucionarios, deben publicar pronunciamientos claros y llevarlos directamente a las masas que se están movilizando espontáneamente retransmitirlos de boca a oreja, indicando el camino a seguir, las tareas actuales y que señalen cuál es la actuación de la vanguardia del proletariado en este período en el cual se lucha para el desarrollo de la situación revolucionaria. Si bien se tiene que partir del estado actual del movimiento, dando a conocer las consignas y acciones desarrolladas de forma espontánea por las masas, hay que hacer un balance con ellas de todo lo desarrollado y señalar los aciertos y errores, el rumbo seguido, que es lo que se quiere alcanzar ahora y cuál es la perspectiva y volverlos a las masas para elevar el movimiento a nivel consciente. No podemos quedarnos a la saga del movimiento, se trata de ir a las masas en movimiento y pugnar por dirigirlas. Esto significa enseñar el camino con las consignas correctas y la táctica y formas de lucha, conducir la lucha de las masas para que esta lucha se desarrolle con razón, ventaja y límite, de otra forma se lleva a la derrota del movimiento de masas, a que la represión reaccionaria y el agotamiento de las masas por falta de objetivos concretos las lleve a la desmoralización y que ante esta situación la reacción, el oportunismo y el revisionismo reviertan la situación a su favor.

Si no se actuá con la energía suficiente en la brega por dirigir la lucha; como no hay espacios vacíos, porque espacio que no lo ocupamos lo ocupan otros. Así, leemos una proliferación de análisis y consignas que se propagan dentro del movimiento de masas que no tienen que ver con el maoísmo, pero si bien con el sindicalismo troskista. Un ejemplo de lo anterior es la consigna de “responder a la militarización con el paro general indefinido”. “Paro general”, no como medida de lucha para alcanzar determinados objetivos del movimiento actual, sino como estrategia política. Esto es, no solo para traerse abajo las últimas medidas del gobierno reaccionario, esto es las llamadas “reformas de salud”, sino también para que el gobierno de marcha atrás todas las medidas impuestas con relación a la pandemia y para frenar la represión. Al llamar a que este paro general sea indefinido están llamando a luchar hasta que se alcance todos estos objetivos amplios y sin clara definición, esto es llevar la lucha hasta limites más allá del agotamiento. En esta propuesta tenemos una táctica equivocada, aparentemente radical pero que de seguirse llevará a la derrota del movimiento actual con las consecuencias señaladas anteriormente. Pues esta propuesta de “paro general indefinido” rebasa los alcances y objetivos concretos de la lucha actual que desarrollan las masas con protestas y levantamientos violentos contra las últimas medidas antipopulares, que hay que elevar a lucha consciente, a lucha política para incorporar a las masas a la actual tarea de la revolución en Colombia.

La estrategia que esta detrás de esta propuesta sale más a luz, si se propone formación de comités para la huelga general, que en realidad se reducen a frentes de partidos y organizaciones (por encima de las diferencias ideológicas y políticas), y no por su carácter de masas, a través de la construcción territorial. Su existencia seria no otra cosa que bloques de fuerzas independientes que estarían dirigidas a influenciar dentro de los sindicatos, los que serían quienes dirijan la lucha de las amplias masas populares por las reivindicaciones más amplias y diversas para alcanzar los objetivos estratégicos de sus autores.

Los maoístas tenemos aquí también una diferencia esencial crucial, en cuanto a la formación de asambleas para dirigir la lucha de las masas. Que las mismas se realicen en una base territorial sería la cuestión decisiva, las mismas no podrían funcionar como apéndices de la lucha sindical (de la lucha por la huelga general), pero sí como base de masas para ampliar la base de la revolución, de que habla Lenin en 1905, en la cual se desarrolla la actuación del Partido para dirigir la lucha de las masas. Por lo tanto no estamos de acuerdo con que las “milicias populares” dependan de este tipo de asambleas, que en última instancia llegarán a ser controladas por la aristocracia obrera para ser dirigidas contra la revolución, como lo muestra por ejemplo la experiencia histórica de la revolución alemana. Nosotros desde un principio y sin excepción estamos por la aplicación de la construcción concéntrica de los tres instrumentos de la revolución en medio de la lucha de clases y la lucha de dos líneas.

Y si se habla de revolución en un país como Colombia, se equipara a un crimen político la ausencia de cualquier referencia a la fuerza principal de la revolución, el campesinado, más aún, si el viejo Estado colombiano, en este momento se ve obligado a concentrar sus fuerzas en la represión en las ciudades, es el momento de levantar al movimiento campesino en la lucha por la tierra y en solidaridad con la lucha de las masas en las ciudades, uniendo ambas luchas para conseguir el éxito del actual movimiento.

Expresamos nuestro saludo y solidaridad proletaria internacionalista al proletariado y las masas del pueblo de Colombia, que con sus heroicas jornadas de lucha y como parte de los pueblos de América Latina, combaten por la defensa de sus derechos, libertades, conquistas y beneficios alcanzados en dura lucha contra los explotadores y su aparato de represión el viejo Estado, violencia organizada de grandes burgueses y terratenientes al servicio del imperialismo, principalmente yanqui, están clamando por la dirección del Partido Comunista militarizado, marxista-leninista-maoísta, que aplicando las contribuciones de validez universal del Presidente Gonzalo, para levantarse en poderosa revolución de nueva democracia para barrer con guerra popular la vieja sociedad de explotación y opresión y el viejo Estado que la mantiene y defiende, siguiendo el camino de cercar las ciudades desde el campo y tomar el Poder en todo el país para culminar la revolución democrática y pasar inmediata e ininterrumpidamente al socialismo para proseguir con revoluciones culturales proletarias hasta llegar al dorado comunismo.

Sin la dirección del proletariado a través de su Partido Comunista, la lucha de las masas, principalmente del campesinado, del proletariado y demás clases que conforman el pueblo en la revolución democrática quedarán encerradas en el círculo de hierro de la lucha reivindicativa sin desarrollarse a lucha política, esto es a lucha por el Poder. Estos movimientos no podrán llevar a las masas más allá de los limites de lo permitido por el viejo orden y de lo que se trata es de llevara a las masas al desborde para levantar al campesinado como fuerza principal de la revolución para seguir el camino de cercar las ciudades desde el campo. Teniendo en cuenta la experiencia de la guerra popular en el Perú, que por la importancia de las ciudades, aplica el desarrollar la guerra popular tomando el campo como principal y las ciudades como el complemento necesario.

Como las masas son arena de contienda no solo entre revolución y contrarrevolución, sino también arena de contienda reaccionaria; cuando no se aprovecha la movilización espontánea de las masas para organizarlas científicamente bajo dirección del partido revolucionario, se montan sobre sus luchas toda clase de oportunistas y reaccionarios para servir a los intereses del viejo Estado. Lo hacen para favorecer la salida reaccionaria a la crisis. Esta salida reaccionaria puede ser: mantener al actual gobierno mediante el “diálogo” con los representantes oportunistas, reformistas y revisionistas quienes siempre se montaron para dividir y desmovilizar a las masas a cambio de dejar sin efecto la medida más antipopular. Pero, dejando sin resolverlos temas de derechos, libertades, conquistas y beneficios y reivindicaciones del proletariado y el pueblo de Colombia, porque estos reaccionarios jamás lo resolverán. Otra salida reaccionaria a la crisis, entre otras posibles, puede ser alargar la lucha para desmoralizar a las masas con el servicio de estos mismos traidores para que los frutos del movimiento popular sean capitalizados por una de las dos facciones de la gran burguesía (compradora y burocrático) y grupos, en que estas se dividen, para dirimir sus disputas y reestructurar el viejo Estado llamando a “nueva constitución”. “Nueva constitución” para centralizar más el Poder en el Ejecutivo para reprimir a la revolución, que está en gestación, dando paso a un gobierno fascistas-corporativo o a un nuevo gobierno demo-burgués reaccionario.

En la lucha por la dirección del amplio levantamiento popular, los comunistas en Colombia deben combatir, politizan y movilizan con decisión y aplicando la justa y correcta línea proletaria ir al campesinado principalmente pobre para organizar el trabajo del partido en el campo futuro escenario principal de la guerra popular. Ligado al proletariado representado por el Partido Comunista con el campesinado, forjando así la alianza obrero-campesina en los hechos y dando así un salto en la tarea de reconstitución del Partido, trasladando su peso al campo.